Respiro hondo y siento una masa de aire desplazarse desde lo más profundo de mis pulmones a través de mi boca.
Es la noche fría que congela poco a poco mi piel mientras regreso a la casa.
La gran puerta de madera se desplaza en silencio y siento alivio.
Nadie puede saber que salgo por las noches al jardín, y menos a mantener conversaciones fugaces con un extraño del que no se nada.
Aunque él sí sabe mucho sobre mí, y eso es aún más misterioso.
A travieso el comedor, y subo las escaleras con sigilo.
La pared que da frente a las escaleras está repleta de cuadros antiguos de colores opacos. Parecen de otro tiempo, y no recuerdo desde cuándo están allí, pero tengo otras cosas más importantes para ocupar mi mente.
Quizás nunca me detuve a verlos porque su aspecto tétrico y desprolijo me marea.
Una vez en la planta superior atravieso algunas habitaciones hasta que mis ojos se detienen en la habitación gris.
Tal como pensé, una tenue luz puede verse desde la cerradura y parece ser que mi segunda teoría era cierta: Claire tomó la llave más temprano para ingresar.
Mi corazón late temeroso, pero no es capaz de retenerme.
Acerco mi cuerpo a la puerta y mis rodillas se acuestan sobre el suelo.
Mi mano derecha se apoya sobre la pared y acerco mi rostro a la cerradura.
A través del pestillo puedo ver a una mujer: Claire.
Está sentada sobre la misma silla que me senté yo cuando vi el cuerpo en el jardín.
¿Qué está haciendo?
La forma en la que mueve sus manos mientras sostiene su cabeza es extraña.
Algo en la manera en la que mira por la ventana me hace sentir que ella está involucrada con el muerto en el jardín.
El pasillo de la casa está en absoluto silencio, pero nada de eso puede calmarme. Sospecho que la criada de mi casa no es quien yo creía: hay algo perturbador en ella.
Unos quejidos salen por su boca y se pierden entre las paredes de la habitación.
-Date prisa.
Sé que debería ingresar a la habitación e increparla, pero no estoy segura. ¿Será ella capaz de matarme a mí también?
La silla de madera cruje bajo sus pies, que se balancean hacia adelante y hacia atrás sin miedo a caer.
Por el reflejo de la ventana puedo ver su rostro, completamente lúgubre.
Sin apartar la vista de la cerradura empujo con mis dedos suavemente la perilla de la puerta. Creo que si me escucha quizás vaya a darme alguna explicación.
Pero nada sucede. Claire continua allí, sin percatarse del sonido.
Una vez más, giro con mis dedos la perilla de la puerta y su chillido agudo me hace sentir incómoda.
Finalmente, el crujir de la silla desaparece. Claire se ha levantado de la silla.
Aparto mi mirada de la cerradura y me enderezo, esperando su llegada. Un dolor punzante atraviesa mi estómago.
Tras unos minutos nadie sale por la puerta y me inclino nuevamente para observar por entre la cerradura que ha pasado.
Claire yace parada frente a la pared del lado izquierdo.
Un sonido desde el fondo del pasillo interrumpe mis pensamientos: alguien se dirige hacia aquí, pero por razones obvias, esta vez, no es Claire.
Me aparto de la habitación lo más rápido que puedo, hasta llegar a un rincón lo suficientemente oscuro como para ocultarme.
Los pasos se oyen cada vez más fuertes y quien se asoma viene con prisa: Es Irene.
Yace parada frente a la habitación gris y toca tres veces con su dedo índice. Tac tac tac.
- Estoy cansada de justificar tus inasistencias.
Irene susurra por la puerta sin ingresar dentro. Su voz se oye desesperada.
- La Sra. Marci ha ido hasta tu recámara y ha notado que no estás. Me ha llamado preocupada. No puedes venir más aquí por las noches Claire, es demasiado peligroso. – Continúa.
La puerta se abre y su sonido estremece la calma del pasillo. Claire asoma su rostro por entre la puerta mientras su cuerpo permanece dentro de la habitación.
- Lo siento Irene. Prometo ser más cuidadosa.
- ¿Más cuidadosa? La luz de la habitación puede verse desde afuera. Tienes suerte que la Sra. Marci vino por mí en lugar de dar una vuelta por fuera de la casa.
- En dos minu...
- Baja el volumen de tu voz. ¿Qué no entiendes que lo que haces está prohibido?
- Si alguien viene le explicaré.
- Nadie creerá lo que digas. En cuanto alguien se entere, te encerrarán Claire.
Las palabras de Irene hacen eco filtrándose a través de la puerta de la habitación, y la mirada de Claire es fúnebre.
Ambas mujeres abandonan el sitio, caminando juntas hacia sus habitaciones con pasos irregulares y descoordinados.
Yo por mi parte, he confirmado algo: El escondite de la llave sigue siendo el mismo. Y eso significa que mientras Irene vigila que Claire permanezca en su recámara, debo ingresar por mí misma a esa habitación.
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SI ME ENTIENDES ©
Mystery / ThrillerTodo cambia en la vida de Gretel cuando conoce a Finn, un misterioso joven que parece saber todo sobre ella.