Capítulo 5: ¿Quién eres?

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Las palabras de Claire se esfuman en la oscuridad.

- ¿Me escuchas? – Continúa Claire.

Me cuesta mucho hacerlo. Su voz se oye lejana como si estuviera hablándome desde afuera de la casa, a pesar de que está justo frente a mí. Su mirada desafiante penetra la poca luz de este pasillo.

- ¿Qué te sucede Gretel? - replica por tercera vez - Esa puerta está cerrada hace años, la Sra. Marci ha ocultado la llave. No puedes ingresar allí.

Puedo sentir la fragilidad de su perfume flotar en el aire mientras me habla. 

El aire espeso es aún más espeso entre sus ojos negros. 

Pienso que puedo vomitar las palabras sin esfuerzo, y decirle que pasé cada día del verano en esta habitación, que es imposible que permanezca cerrada. Siento como si pudiera escupirle mi voz en este preciso instante y decirle que ella misma abrió esta puerta más temprano el día de hoy, pero nada de eso sucederá.

Un tintineo fuerte y claro desde el fondo del pasillo me obliga a girar mi cabeza hacia mis espaldas: Es la Sra. Marci saliendo de su habitación. Su figura apenas puede vislumbrarse en la oscuridad. Su presencia por la casa es inusual a estas horas.

- ¿Quién anda ahí?

La voz perpleja y quebradiza de la Sra. Marci retumba en el ambiente.

- Lo siento Sra. Marci. Soy yo, Claire. Derramé una taza de té frente a la habitación gris y he venido a limpiarla. ¿Necesita algo? – La voz de Claire suena dulce pero su mirada es lúgubre.

- Descuida – dijo mientras rechinaba sus dientes, y su figura se desapareció entre las sombras.

Tan pronto contestó la Sra. Marci, Claire abandonó el pasillo dirigiéndose hacia las escaleras, sin esperar mi respuesta.

¿Por qué Claire iba a mentirle a la Sra. Marci sobre lo que hacíamos? Ninguna taza de té se había derramado. ¿Y por qué le ocultó que estaba ahí junto a ella? ¿Y por qué decía que la habitación gris llevaba cerrada por años?

Nada de todo esto tiene sentido.

Pienso que lo mejor será encontrar esa llave, entrar a la habitación y ponerle fin a todo esto.

La hora de la cena se acerca y su aroma ya ha trepado por las escaleras hasta llegar a mí. 

No tengo hambre, pero realmente quiero salir de aquí.

                                                                                             ~~~

Durante la cena todo trascurre con normalidad. Rebecca es una excelente cocinera, aunque siempre creí que pasa demasiado tiempo trabajando en esta casa. Con frecuencia sospecho que extraña su vida fuera de aquí.

La noche se disipa entre sus anécdotas de hazañas en la pesca y sus intentos fallidos en el único lago aquí, a 10 kilómetros del pueblo. La risa de Claire por momentos me hace pensar que no es la misma mujer que vi hace minutos en la puerta de la habitación gris, de ojos lúgubres, pero me esfuerzo por dejar atrás ese episodio hasta dar con la llave que guarda la Sra. Marci y desentrañar el asunto.

Cuando la cena está por concluir, Irene levanta los platos y Rebecca limpia la mesada. Claire se dirige con un plato de sopa hacia la habitación de la Sra. Marci, que nunca cena con nosotras, o al menos no tengo recuerdos de que alguna vez haya cenado en esta mesa conmigo.

El reloj marca las 10 y sus agujas solo indican una cosa: Todas las criadas de la casa se irán a dormir pronto.

Mis piernas se mueven lento, como si mis huesos fueran más pesados de lo que eran hoy por la mañana, y pienso que podría dormir para siempre, si eso fuera posible, pero no es cierto. Algo me inquieta.

SI ME ENTIENDES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora