Pasaron casi 24 horas desde que vi al hombre misterioso desde el otro lado de la arboleda de mi jardín por última vez.
Su rostro desapareció demasiado rápido entre la oscuridad de la noche como para entender lo que quería de mí.
La música que suena desde la cocina me revuelve el estómago, y eso me sucede con frecuencia desde que tengo memoria.
Estoy de pie frente a la mesa del comedor, y al igual que ayer, no tengo hambre.
Me pregunto si el hombre del jardín se aparecerá una vez más por aquí.
Una voz en mi interior me susurra que puede ser demasiado peligroso, pero no tengo miedo.
Las agujas del reloj marcan las 10:05 y la noche está igual de hermosa que ayer.
Por primera vez en mucho tiempo experimento una sensación que creí haber olvidado: Entusiasmo. Como si por un momento me hubiera olvidado de lo que sucedió en la habitación gris.
Todas las criadas de la casa están en sus habitaciones y yo solo puedo pensar en salir al jardín, justo donde termina la arboleda, ansiosa por cruzar su mirada otra vez.
Abro la puerta de la entrada y el viento desordena mi cabello, como de costumbre.
La noche oscura es aún más oscura desde aquí. Justo donde termina una seguidilla de árboles que separa mi jardín del resto del mundo.
- Ten cuidado Gretel.
Nadie me habla. Es mi voz, advirtiéndome. Su eco retumba dentro de mi piel, buscando salir por mi boca.
La tierra es húmeda bajo mis pies. Intento mirar a través del espacio vacío de los árboles, pero nada puede verse. Me pregunto si el hombre estará allí.
Pero no hay nadie.
Me siento sobre mis talones, flexionando mis rodillas y pienso que tal vez la oscuridad de la noche sea lo único que contemple esta noche.
No se porque pero me entristece pensar que no ha venido.
- ¿Qué te hace pensar que no vendría esta noche?
Giro mi cabeza y busco el hueco más grande entre los árboles. Su figura apenas puede verse, y puedo sentirlo frente a mí. Sus ojos son de color gris. Su cabello es oscuro. Viste una remera y pantalones color negro.
Su voz se oye tan clara que por un momento me hace creer que está hablándome al oído, pero no es así: está a unos varios metros de mí. Hacía tiempo no escuchaba a alguien hablarme con esa claridad.
- Se que te resulta extraño no escuchar mi voz distante y lejana, como te sucede con otros, ¿No es así? – Su voz ahora me susurra.
En ese exacto momento hay una pausa. Como si el tiempo y el espacio se detuvieran frente a mí.
En mi mente se figuran todos los episodios que tuve con Claire.
- ¿Cómo lo sabes? – Mis palabras salen despedidas de mi boca como si no estuviera pensando lo que digo.
Lanza una carcajada.
- Entonces es cierto.
No puedo creer lo que está ocurriendo. Me pregunto cómo es posible que un desconocido sepa tanto sobre mí.
- ¿Quién eres? - mi voz hace eco entre los árboles.
- Mi nombre es Finn. Siento no haberme presentado anoche. A decir verdad, no creí que ibas a volver aquí. Al parecer, mi intento por intimidarte no dio resultado.
Puedo sentir su aliento acariciar mis mejillas.
- Soy Gretel – mi voz se escucha temblorosa y es que, a este punto, no puedo disimular el cosquilleo que recorre mi cuerpo.
- ¿Por qué tiemblas, Gretel?
Mis piernas tiritan como si la temperatura fuera de menos diez grados.
- De repente hace frío aquí.
- Tal vez sea hora de que regreses a la casa.
Y así, su mirada se perdió entre la calle y la oscuridad, sin dejar rastro otra vez. Yo estoy aquí, inmóvil en este lugar, preguntándome si ese hombre está cambiando todo lo que sé sobre mí.
~~~
Me giro hacia la puerta de la entrada, con una sensación extraña.
Algo en Finn me hace sentir distinta.
Mientras alzo mi brazo para abrir la puerta, algo detiene mi marcha.
Mis ojos perplejos miran con asombro hacia la casa: Hay una luz prendida en la habitación gris.
Sin poder creer lo que estoy viendo, y dudando de si estoy en lo correcto, me apresuro por entrar: Alguien está en este preciso momento ahí, en la habitación que supuestamente no se abre por años y en la que pasé cada día del verano.
Mis piernas veloces se resbalan por el comedor hasta alcanzar la escalera en espiral. Impaciente flexiono mis rodillas mientras gotas de sudor caen por mi frente: la adrenalina ya corre por mis venas.
Al subir, me dirijo directo hacia la habitación gris y compruebo que debajo de la puerta puede verse el reflejo de la luz: definitivamente alguien está allí.
Pienso que lo mejor será esconderme en el pasillo y observar desde aquí, evitando que quien ingresó pueda verme.
Tras unos minutos el sonido de la cerradura penetra en mis oídos: Quien se encuentra adentro está abriendo la puerta para poder salir.
Me quedo allí observando la cerradura, que se mueve varias veces y chilla entre vuelta y vuelta.
La puerta apenas se abre y alguien saca su cabeza y mira hacia ambos lados del pasillo, corroborando no ser visto, sin percatarse de mi presencia en el lugar. Guarda una llave en su bolsillo y se encamina hacia afuera de la habitación: Es Claire.
Definitivamente no todas las criadas duermen por las noches.
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SI ME ENTIENDES ©
Mystery / ThrillerTodo cambia en la vida de Gretel cuando conoce a Finn, un misterioso joven que parece saber todo sobre ella.