↬ Dottore's Fanfic ¦ Los dioses son crueles, enfermos y retorcidos. Durante quinientos años, creyó que estaba destinado a estar solo. Lo había aceptado durante mucho tiempo, incluso había abrazado su realidad. Es decir, hasta que una noche de plen...
໒✦⋮ Construcción de mundo para Snezhnaya, Fatui y Fontaine.
໒✦⋮ Se me olvido que era viernes y me distraje leyendo un libro nuevo así que estamos un poco tarde pero de todos modos <.< a su tiempo también voy a responder preguntas mañana lo prometo 😭
[Para que no se pierdan con los títulos de los Heraldos: El Fraile o el Bufón, es Pierotto. La Bella Dama, Columbina. El Gallo, es Pulcinella. El Bribón, es Arcchelino. El Regatero, es Pantalone. El Baladista, es Scaramouche. La Marioneta, es Sandrone. El Doctor, es Il Dottore. Y el Capitán, es Capitano.]
[Ya casi nos ponemos al día con los capítulos, cuando eso pase habrá un tiempo más largo en las actualizaciones ya que el autor tarda entre una y dos semanas en subir capítulos.]
[Al final del capitulo anterior se menciona que un enmascarado que habla la protagonista, por el resto de capítulos voy a referirme al enmascarado como "él", y debes en cuando, ya que el sujeto no trabaja solo, será como "ellos". Ya que como sabrán, los pronombres neutros en ingles no siempre se pueden usar en español sin que se vea incoherente.]
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Suspiraste suavemente, alisando la tela que te cubría mientras volvías a mirarte en el espejo. No había nada que arreglar: tenías el cabello bien peinado, la joya del collar en el centro del pecho y el vestido te quedaban perfectamente. Pensaste que debías alarmarte, no sabías cómo la persona enmascarada tenía todas tus medidas. Supusiste que había sido él quien te había dejado el vestido en la posada en la que te alojabas en la ciudad de Snezhnaya para que pudieras estar bien vestida para el evento en el Palacio de Zapolyarny.
Te pusiste en pie, mordiéndote el labio inferior mientras te mirabas al espejo por última vez. Te habían dado un vestido púrpura, y no uno cualquiera, sino el color de tu familia, el tono exacto. No te gustaba. Te preguntaste si era a propósito o sólo una coincidencia, pero te diste cuenta de que nada en esta persona era una coincidencia. Lo sabía todo sobre ti, desde quién eras hasta la razón por la que habías venido a Snezhnaya, un secreto que creías que había quedado resguardado entre tu abuelo y tú.
Tus ojos se volvieron hacia la ventana y captaste un carruaje de aspecto bastante elegante que avanzaba por el camino de piedra en dirección a la posada en la que te alojabas. Supusiste que sería él... quienquiera que fuese el aristócrata que el enmascarado había dicho que te llevaría al evento.
¿Cómo?
El evento era sólo con invitación, estrictamente moderado, cómo esta persona había logrado entrar era un misterio. No sabías qué esperar: no sabías cuánta gente habría ni si asistirían todos los Heraldos. Supusiste que lo harían, así podrías prepararte para el peor de los escenarios, pero esperabas que no fuera así.
No sabías mucho sobre los Heraldos Fatui, sólo lo que tu abuelo había aprendido de una de las pocas redes de información a las que tenía acceso y que se extendían por Snezhnaya. Eran once, pero sólo diez estaban activos; clasificados por su fuerza, infundían miedo y temor en los corazones de sus subordinados. Se rumoreaba que algunos de los de mayor rango podían rivalizar en poder incluso con los Arcontes. Tu abuelo te advirtió de algunos antes de que partieras hacia el norte: el Doctor, el Baladista, la Bella Dama y el Fraile, todos brutales, peligrosos e implacables, si se enteraban de tus planes en el norte, te encontrarías rápidamente como un peón caído en cualquier partida de ajedrez que estuvieran jugando contra el resto de Teyvat.
