Confeciones a la luz de las velas
Tal vez se hubiera pasado un poco al presentarle a los vibradores por su nombre, pero lo había hecho, en parte por nerviosismo, y en parte por la desaprobación que notaba en el tono cortante de él. Según Naruto, la altanería de Sasuke se debía a que era japones de primera generación. Su padre, británico, había sido trasladado a Tokio como conservador de un museo antes de que naciera Sasuke. A ella no le importaba a que se debiera, pero estaba harta de su actitud altiva. Y, si había de ser sincera, tampoco le gustaba que la afectara tanto. Cuando estaba con él no podía pensar en nada que no fuera sexo. Había estado a punto de hacer el ridículo cuando él le había puesto las manos en los hombros y después, cuando le tocó el pecho, le faltó poco para suplicarle que la poseyera allí mismo, contra la pared del pasillo. Sasuke hacía aflorar en ella una sensualidad que no había conocido nunca y cuya intensidad a veces la asustaba.
Sasuke puso las pilas a la radio en silencio. Sus manos no parecían muy firmes. A lo mejor aquella proximidad también lo afectaba a él.
La radio cobró vida...
-... y parece que el apagón se debe al aumento de la demanda debido al uso mayoritario del aire acondicionado con este calor. Por desgracia, ha fallado la electricidad en todo el estado y las autoridades no están seguras de cuándo volverá la luz. Parece que va a ser una noche caliente, así que quédense donde están y no se muevan. Debido al apagón, vamos a abrir las líneas para peticiones y dedicatorias que tengan que ver con el verano y el calor. Y supongo que dentro de nueve meses habrá muchos recién nacidos. Eh, de alguna forma hay que pasar el tiempo. Vamos a empezar con un clásico. Ama a aquel con quien estás.
Sakura extendió la mano y apagó la radio.
¿Atrapada toda la noche con Uchiha en su apartamento? Intentó reprimir el pánico. Señales de peligro explotaron en su cerebro. Sasuke, ella, la luz de las velas... y ya tenía la sensación de que la temperatura en su apartamento había subido varios grados.
-Bien, podemos olvidarnos de la comida tailandesa -dijo-. ¿Tienes hambre?
Por supuesto, tenía que ser ella, la gorda, la que sacara el tema de la comida. Pero estaba hambrienta y al menos dejaba de pensar en sexo. Y en Sasuke. Y en sexo con Sasuke. Bueno, no dejaba de pensar, pero era cierto que tenía hambre.
Él sonrió y a ella la desarmó el brillo de sus dientes blancos en la penumbra.
-Estoy muerto de hambre. Podría comerme las uñas.
-No tengo mucha comida en casa. Hay una tienda a menos de dos manzanas. ¿Crees que seguirá abierta?
-Debería. En el apagón anterior, no recuerdo bien el año, las tiendas de comida vendían barato porque no sabían cuánto tiempo duraría el apagón. Mejor vender la comida que dejar que se estropeara. Yo llevo algo de dinero encima. Vamos a intentarlo -sonrió de nuevo-. Y no me importaría comprar también unos carretes de fotos.
Por supuesto que no. Era fotógrafo y era normal que le apeteciera hacer fotos. Y también era increíble cómo cambiaba su actitud cuando hablaba de fotografía.
-Bien. Comida y carretes. Por mí de acuerdo -dijo ella.
Apenas acababa de hablar cuando vieron un relámpago, que fue seguido de un trueno. Empezó a llover a cántaros. Al parecer, esa noche no ocurría nada en pequeñas dosis.
-O no. Me da lo mismo. Pero se acabó. No pienso planear nada más esta noche porque todo lo que planeo sale mal –La pelirosa soltó una risita nerviosa. Tomó una vela gruesa y se dirigió a la puerta-. No tengo una despensa muy surtida, pero no será necesario que comamos uñas.

ESTÁS LEYENDO
tentación
FanfictionEsa noche, aquella noche a oscuras, fue lo que nos llevó hasta ese encuentro sexual tan fascinante, si no hubiera sido por esa noche a oscuras jamás hubiéramos entregado nuestros cuerpos a la tentación.