Vino, charla y velas
-Gracias por tu consejo. Lo tendré en mente.
Aquello resultaba muy retorcido. El objeto de su afecto no correspondido, y prometida además de su mejor amigo, estaba sentada enfrente, bañada por la luz de las velas, con un top sexy que le dejaba al descubierto la espalda y los hombros y un pantalón corto, y le aconsejaba que intentara conquistarla. O por lo menos así había interpretado él la frase de la pesca.
Sakura terminó su vaso de vino y volvió a llenarlo.
-Pues yo creo que deberías lanzarte. ¿Qué tienes que perder?
¿Qué tenía que perder si se lanzaba a por ella en ese momento?
-Nada, aparte de mi orgullo y mi autoestima -repuso.
-Es muy difícil abrazar esas cosas y acurrucarte con ellas en la cama. O disfrutar de un vaso de vino y un baño espumoso a la luz de las velas con ellas.
Sasuke luchaba por mantener una expresión de sorna mientras las palabras de ella creaban imágenes de ellos dos en su mente. La ironía de estar tomando un vaso de vino con ella casi fue más fuerte que él. Era masoquista continuar con aquella conversación. ¡Qué diablos!, simplemente estar allí era ya masoquista.
-Pero el vaso de vino se termina, las velas se consumen y el agua se enfría, por lo que quizá sea mejor optar por algo más duradero.
-Pero la vida es pasajera. El mañana puede no llegar antes de que se acabe el vino o se enfríe el agua.
-¿Estoy en compañía de una hedonista? - preguntó él.
Ella se puso un mechón de pelo detrás de la oreja.
-La vida es corta y es una pena desaprovechar oportunidades. Esa mujer podría ser el amor de tu vida y tú la dejas escapar. ¿Y quién sabe? Tal vez sienta lo mismo por ti. A lo mejor simplemente no se ha dado cuenta. O es tímida y tiene miedo de decírtelo.
Sasuke se echó a reír. Ninguna de esas dos posibilidades podía atribuirse a Sakura. Su aversión a la oscuridad era el único miedo que le había conocido.
-No creo que el miedo tenga mucho que ver con esa mujer.
Sakura apoyó el codo en la mesa y apretó los labios. Se llevó un dedo a la comisura de los labios y lo miró pensativa. Tenía una boca encantadora, de labios llenos, pero sin ayuda de colágeno.
-A lo mejor lo tuyo es una especie de amor cortesano -chasqueó con los dedos-. Eso es. Los caballeros andantes sólo amaban a sus damas a distancia. A lo mejor te da miedo declararte porque en el fondo no te atrae físicamente. Quizá no sabrías qué hacer con ella si correspondiera a tu atracción -dijo.
Y se cruzó de brazos como si acabara de resolver un rompecabezas.
Los días de la infancia en los que Sasuke se veía a sí mismo como un caballero andante habían pasado hacía mucho. Los sentimientos que ella le producía no tenían nada de caballeroso. Ardía por ella. Y estaba harto de sus especulaciones. Ya era hora de que acabara aquella conversación. Conocía un modo seguro de darla por terminada y demostrarle lo equivocada que andaba con sus nociones románticas.
Pasó un dedo por el borde del vaso y le sonrió a través de la mesa, para que vislumbrara la pasión oscura que se agitaba debajo de la superficie.
-Yo no sé nada de amor caballeroso -dijo con deliberación-. Sé que, si tuviera ocasión, la poseería como un loco durante una semana.
Ella abrió mucho los ojos y tragó saliva, pero no apartó la vista.
-Oh. Bien... entonces...
Tal vez se había pasado un poco.
ESTÁS LEYENDO
tentación
Hayran KurguEsa noche, aquella noche a oscuras, fue lo que nos llevó hasta ese encuentro sexual tan fascinante, si no hubiera sido por esa noche a oscuras jamás hubiéramos entregado nuestros cuerpos a la tentación.