Capítulo 18 I parte.

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Desde la mañana he estado inquieto, caminando de aquí para allá como si fuese un desquiciado, mis pensamientos no están quietos y una y otra vez me pregunto en cómo fue que de la noche a la mañana empecé a interesarme en la vida de Hazel, años atrás ni siquiera sabía si seguía en el palacio como empleada.

Por supuesto que no había deseado romper cualquier contacto con Hazel, me fui al servicio militar y desde entonces no había conversado con ella, ni siquiera se me había metido a la cabeza idear un encuentro para enterarme de lo que había estado pasando en los años en que me ausenté de la corte.

Fue mi amiga, la quise mucho, después llegó Larissa a mi vida y quise que fuese ella quien estuviese a mi lado, pero Alonso llamó su atención y yo no pude hacer nada para evitarlo, era él quien tenía el poder y Larissa había nacido con privilegios.

Por supuesto que me siento frustrado y confundido, no sé cómo ordenar mis emociones y ni siquiera tengo idea de qué es lo que siento, aunque quiero pensar que solo estoy agradecido con Hazel, sí eso debe ser. Es más probable y creíble eso.

—¿Estás ocupado?— un Harry asomado en la puerta interrumpe en mis pensamientos.

—No, pasa— respondo y él accede, lo observo y me doy cuenta de que ya no trae su uniforme de militar sino en lugar de eso, una camisa blanca, pantalones negros y un par de botas de montar.

—Kerem, necesito decirte algo, no voy a pedirte permiso porque en realidad no lo necesito— informa con seriedad.

Apoyo mis manos sobre el escritorio y lo observo con atención—Te escucho.

Harry suspira y cuando se siente listo, ataca—La noche que estuvimos en el baile, hablé con Liesel y… y llegamos a la conclusión de que ya no podemos estar separados, nuestro amor es mucho más fuerte y no habrá nada ni nadie que nos pueda impedir estar juntos. Esta noche saldrá un barco con destino al otro continente, Liesel y yo huiremos en él.

Arqueo una ceja, lo observo como si lo que acababa de decir fuese una vil estupidez, me pongo de pie y rodeo el escritorio.

—¡¿Acaso has perdió la cabeza, Harry?!— espeto y él se mantiene en silencio—Harry, corres peligro, Elizabeth tienen ojos en todas partes. Ánmor es tu hogar, tu continente, no perteneces a naciones extrañas— intento hacerle entender.

—Lo lamento, yo solo vine a despedirme, hoy en la noche partiremos y no esperaremos más— él se escucha decidido y sé que haga lo que haga no le haré cambiar de parecer.

—Harry, temo a que algo te pase— le confieso.

Él coloca su mano sobre mi hombro y me observa fijamente—Todo saldrá bien, sé que mi Dios no nos abandonará— una débil sonrisa se asoma en sus labios—. Estaré bien, lo prometo.

—¿Por qué siento esa extraña sensación de que esto es una despedida? De esas donde nunca jamás la gente se vuelve a ver.

—Y así dices que el estúpido soy yo— añade con sarcasmo—. Por supuesto que nos veremos de nuevo. Déjame ser feliz con Liesel, con o sin tu apoyo mi decisión ya está tomada.

—Nunca había visto un amor como el de ustedes— le confieso.

Él sonríe—Porque todavía no lo has vivido o aun no lo has llegado a sentir.

Solo lo observo, no respondo nada porque si lo hago de seguro romperé en llanto. Mi hermano se irá, la única persona que sabe todo lo que pienso y siento se marchará de mi lado, mi cómplice de idioteces ya no estará más conmigo y yo sé que él merece ser feliz, sé que debe hacerlo y que debe ser libre, pero eso no quita que siga sintiendo miedo a que algo pase.

Sombras liberadas [Fragmentados #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora