Sombras liberadas [Fragmentados #4]

Capítulo 23.

Cuando apenas pongo un pie fuera de la casa, un soldado se dirige a mí obligándome a detener mis pasos en medio de uno de los escalones. El hombre viene casi aterrorizado, su respiración está acelerada y cuando está frente a mí intenta buscar las palabras para decirme lo que sea que vaya a decir.

—¿Algo sucedió de nuevo? ¿qué es lo que pasó? —inquiero al notar su tardanza.

—Mi señor, no sé cómo decirle lo que ha sucedido —respira profundo y trata de controlarse.

—Solo dime qué es lo que sucede.

El hombre me observa y luego decide hablar—En estos días la señora Margaret había estado habitando en el palacio de Geornia desde el funeral de Alonso —hago memoria y recuerdo que hace una semana que Margaret decidió alejarse de todos y pasar unos cuántos días en el palacio para intentar tomar fuerzas y acabar con Elizabeth—. Hoy por la madrugada se anunció que la encontraron muerta en su habitación, rumoran que fue suicidio, pero el médico de la corte dice que alguien debió asfixiarla mientras dormía.

Su confesión me deja perplejo, me siento sobre un escalón y pienso en las una y mil formas de cómo pudo haber sucedido todo esto, no puedo creer que Margaret esté muerta, sé que debe haber sido una confusión y todo esto es producto de un mal sueño. No puede haber tantas víctimas de Elizabeth, no puedo pensar ni siquiera si ella es realmente la asesina o si hay alguien desconocido detrás de todo esto, quien sabe cuándo termine todo lo que está sucediendo y menos sé quién será que detenga todos estos acontecimientos.

—No lo creo, no es verdad lo que dices —susurro dejando caer una lágrima—, Margaret no puede estar muerta, ¿por qué?

El soldado me observa, tal vez con lástima porque en realidad las personas que tenía a mi alrededor se fueron de mi lado, mi padre y mi mejor amigo están muertos al igual que Alonso y Margaret. Y es aquí mismo en donde pienso que hay algo en contra de los Buckminrad que nos ata al pasado y alguien aun está cobrando venganza, ¿por qué no se muestra entonces? ¿o es que en realidad la causante de todo este desastre es Elizabeth y yo no lo quiero aceptar? Tal vez esa es la respuesta detrás de todo lo que acontece. Creo que al menos debería dejar de ser tan ingenuo y ver la maldad en donde en realidad habita, no puedo seguir disfrazando a Elizabeth como la buena de esta historia, es ella la verdadera causante del principio de todo esto y en este tiempo he estado tratando de quitarle la culpa porque tal vez por un momento largo dudé de ella y quise ver esa bondad de la que todos hablaban; sin embargo, esa bondad nunca existió en ella y solo era un disfraz que ocultaba su verdadero rostro, eso es, eso debe ser.

Pero ¿y si no es así?

—No, no fue un suicidio —hablo al fin.

—¿Cómo está seguro? —pregunta el militar,

—Porque Margaret deseaba vivir con tal de destruir a Elizabeth, su plan no pudo haber cambiado de la noche a la mañana, por eso estoy seguro que alguien la quiso desaparecer para que dejara de ser un obstáculo, por eso la asesinaron —respondo.

Y es eso, sé que no fue un suicidio, ella siempre ha sido de mente fría y fija sus objetivos para luego llevarlos a cabo, eso era lo que la caracterizaba. Margaret no se quitó la vida, se la quitaron con tal de silenciarla y de eso yo puedo estar muy seguro.

Me pongo de pie y subo a un carruaje dándole la orden al cochero que me lleve hasta Leinov, debo dejar todo el plan atrás y evitar tomar la corona, no puedo tomar un reino cuando ni siquiera me siento familiarizado con el pueblo y mucho menos cuando no deseo ser el causante de muchas más desgracias en la vida de seres humanos, debo intervenir de otra forma y buscar aliados que en verdad me ayuden a desenmascarar a Elizabeth y saber si de verdad es ella la culpable de todo esto.