Sombras liberadas [Fragmentados #4]

Capítulo 17 I parte.

Los enormes pilares a mi lado parecen estar tallados en oro, las estatuas parecen reales y los detalles les hace parecer tener vida propia, los vitrales dejan que los rayos del sol iluminen el enorme salón del trono y en realidad que me sorprende ver tanta riqueza en un solo lugar, si este sitio es así no quiero imaginarme cómo estarán las otras áreas de este enorme palacio. Ni siquiera en Geornia se llega a tales lujos, solo hay poca decoración y son cuidadosos de no tirar el dinero en cosas que no hacen falta, eso hace ver al palacio un poco antiguo.

He entendido gracias a mis estudios que Leinov al fin ha extendido sus tierras, ha tomado territorios abandonados y lo han hecho parte de Leinov, se han encargado de tomar posesiones de otros reinos y así enriquecer la tierra leinciana. Hasta la fecha, Leinov y Aramintonk se han vuelto los reinos más ricos y poderosos, antes solo Aramintonk llevaba la ventaja, sin embargo; conforme pasaron los años, Leinov ha mejorado en la calidad de vida no solo de los monarcas sino del pueblo entero.

—¡Su majestad, la reina Christine!— El vocero real anuncia la entrada de la monarca, las puertas se abren de par en par dejando ver a la mujer, elegante como me imaginé.

—Kerem, me alegra tenerte aquí— dice mientras extiende sus brazos y cuando llega a mí, no duda en abrazarme.

—Creo que tenemos mucho de que hablar— le hago saber separándome de ella.

—Pero mírate cómo estás, parece que no has dormido en días— y ella tiene razón. Tres semanas han pasado desde que ocurrió todo con Halime—. Creí que ya no vendrías, el plazo de…

—Lo sé— la interrumpo—. He tardado más de lo acordado— añado—. No me casé al final de todo.

Christine parece estar confundida—Vamos a mi oficina y en el camino me cuentas todo— ella toma de mi brazo y juntos salimos del salón para dirigirnos a su dichosa oficina.

En el camino al lugar, observo pinturas de paisajes hermosos y fantásticos, armaduras y jarrones que hasta miedo da poner al menos un solo dedo. Es increíble la elegancia de este lugar y pareciera que fuera el mismo cielo.

Ella escucha lo que ha ocurrido, guarda silencio ante mis palabras y en verdad que trato de mostrar que ya no me afecta y que lo he superado. Pero para ser sincero, cada noche para mí es un tormento que me ataca y me lastima, cada día oculto mi dolor y lo apaciguo hasta sacarlo a mitad de la oscuridad y lograr que nadie se de cuenta de todo mi mártir.

—Esa maldita mujer— espeta la reina una vez que tomamos asiento—. Maldita sea Elizabeth, maldita sea sus aliados.

—No puedo creerlo todavía— confieso con la mirada puesta en el suelo.

—Querido, no pienses más en esa plebeya— levanto la mirada y me encuentro con su mirada azul hechizante—. Existen muchas mujeres de las altas clases y con títulos, además existen princesas que querrán ser tus esposas cuando todo mundo sepa que serás el próximo rey de Leinov— ella se pone de pie, yo quedo en mi lugar y luego siento la forma en la que camina detrás de mí.

—De eso necesitaba hablar…

Ella me interrumpe—Siendo príncipe heredero, solo imagínate el miedo que causarás en Elizabeth, sabrá que el hijo de su enemiga ha tomado lo que le corresponde y se doblegará al saber que Leinov aplastará a Aramintonk— coloca sus manos sobre mis hombros—. Tú estarás en la gloria y ella en el infierno, tú estarás en lo alto y ella en lo más bajo— una risa de victoria se escapa de sus labios—Luz y oscuridad no es lo mismo y estoy segura de que tú no estarás en penumbras, tú serás luz y ella volverá a ese hueco oscuro de donde jamás debió salir, ella pagará por haber asesinando a Phillip y yo te voy a ayudar.