Capítulo 2.

115 11 0
                                    

Mientras que la gente goza en el baile, muy en el fondo sé que mi padre se la está pasando increíblemente mal, mi madre por otra parte, disfruta charlar con los reyes de Malshverk sobre la gran unión que próximamente tendrán.

—Tu madre es tan necia— susurra mi padre a mi lado.

—Tal vez por otro lado ella busca lo mejor para el reino— contesto intentando que mi padre se tranquilice un poco.

—Me preocupa esta situación— confiesa—, Malshverk es un reino problemático.

—¿Eso nos afecta?

—Sí, muchos reinos fuertes son enemigos de Malshverk, si se enteran que Geornia se ha aliado a ellos entonces nos verán como una amenaza— explica.

Me quedo en silencio, imaginando escenarios catastróficos en donde Geornia podría terminar mal. No quiero ser pesimista pero en el fondo sé que de esta alianza solo tendremos problemas tras problemas, de hecho muchos reinos han rechazado nuestros tratados, no me quiero imaginar lo que muchos pensarán ahora que Geornia y Malshverk se han unido.

Mi padre solo suspira y deja la copa de vino al lado de una mesa, se cruza de brazos y solo se limita en observar a las parejas que han empezado a bailar.

—Alonso pronto se casará, me preocupa el reino, sé que bajo su reinado solo lo destruirá— confiesa sin dejar de mirar a Alonso quién, baila de mala gana con su prometida.

—Pero él está destinado a ser rey. Es el siguiente en la sucesión del trono.

—Es un peligro, no confío en él y mucho menos en las influencias de tu madre, se ha encargado de moldearlo a su gusto— hace una pausa y luego me observa con tristeza—: hay maldad en Alonso, él llevará a Geornia a la ruina.

Coloco mi mano sobre su hombro—Confía en mí hermano, en el fondo ama al pueblo, solo dale una oportunidad de que se familiarice con Geornia, sé que será un buen rey— añado y mi padre solo me observa como si quisiera tener al menos un poco de esperanzas. Sin embargo, sé muy bien que diga lo que diga, él seguirá creyendo que Alonso es un peligro.

De repente, lo que era una melodía hermosa y celestial, se convierte en un sonido difícil de soportar. La melodía se detiene en seco dejando tomar entrada a los disparos rompiendo los cristales del salón. Están atacando y todos corren en busca de salvar sus vidas.

Tomo la mano de mi padre y juntos nos ocultamos debajo de una mesa, el mantel nos logra cubrir pero sé que no es por mucho tiempo. Noto que la respiración de mi padre empieza a ser complicada y me preocupa su estado de salud.

—¡Busca un refugio y escóndete!— exclama con dificultad.

—¡No me iré sin ti!— respondo aferrando el agarre en su mano—Tienes que seguirme— en medio de los disparos salimos del escondite y nos dirigimos hacia la puerta que nos dará salida del salón.

La multitud corre de aquí para allá buscando dónde ocultarse, los soldados del palacio buscan protegernos pero al parecer no estaban listos con el armamento de guerra, varias bombas caen cerca de los vitrales y las personas cercas del lugar corren con la pésima suerte de morir al instante.

Pierdo de vista a mi madre y a mis hermanos, no tengo idea de dónde se hayan ocultado y temo por sus vidas, Alonso no sería capaz de protegerlos porque lo conozco, sé que sería capaz de escapar sin antes poner a salvo a mi madre.

Cuando logro esquivar a la gente aglomerada, tomo el picaporte de la puerta y justo en ese instante siento un ardor en mi brazo derecho, la sensación quema y se vuelve cada vez más insoportable.

—¡Kerem!— susurra mi padre soltando mi mano ante el susto.

Una bala ha impactado en mí así que giro para tratar de descubrir quién ha sido el responsable.

Sombras liberadas [Fragmentados #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora