cap 9

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Mikasa se encontraba sentada en el frío suelo de la sala de entrenamiento, mientras veía a su hermano entrar junto a Farlan, ambos chicos hiban muy reñidos y a este punto se le complicaba saber quién ganaría.

Un golpe seco retumbó en sus oídos y finalmente uno de ellos cayó.

- Mierda Levi! Eso dolio- lloriqueo Farlan mientras sostenía su estómago y fruncía el seño.

El azabache lo imitó y se dejó caer en el piso para después hacerse ovillo y cerrar los ojos.

Mikasa se acercó a ellos con dos botellas de agua y dos toallas.

Ambos tomaron lo ofrecido por la azabache y enseguida empezaron a beber agua como si nunca en su vida lo hubieran hecho.

Farlan examinó al azabache de arriba a abajo para después decir - cielos amigo, luces horrible.

Y no era una mentira, se veía más ojeroso y pálido de lo normal, sin decir que incluso lucía más delgado de lo habitual.
Sus ojo eran lo peor, se veían vacíos, sin brillo, sombríos y muy fríos.

El azabache solo se limitó a mirarla de mala manera y Mikasa no pudo estar más de acuerdo con Farlan.

Ambos de levantaron para seguir entrenando bajo la atenta mirada de la azabache.

Un golpe de Farlan acertó al brazo derecho de Levi haciéndolo bajar la guardia un poco, pero cuando el azabache se disponía a regresar el golpe todo se nublo.

Escucho la voz lejana de Farlan, quien pensaba que lo había matado y la voz histérica de su hermana diciendole a Farlan que fuera por ayuda.

Todo quedó en silencio después de eso.



Su cabeza dolía como el infierno, se sentía pesado, como si hubiera levantado a Erwin y Mike juntos un millón de veces.

Tardo en acostumbrarse a la tenue luz que emanaba su habitación, todo estaba oscuro y al parecer ya hiba a anochecer.

Saco cálculos rápidos y llegó a la conclusión de que había dormido un día entero.

Recordó tener pastillas para el dolor de cabeza en su mesita de noche, estiró su mano para tomarlas pero en vez de eso tocó un cabellera, al principio creyó que era de Mikasa e incluso ya la hiba a reprender por quedarse dormida en el suelo pero esos largos, sedosos y castaños mechones no correspondían a Mikasa, ese aroma no correspondía a Mikasa y sobre todo esa mano grande de dedos largos que se aferraba a la suya no correspondía a Mikasa.

Y al azabache no le pudo quedar más claro que en efecto, esa no era su hermana.
Su respiración se aceleró y su corazón latía a mil por hora, en secreto rezaba para que esa persona fuera Hange y no quien ya sabía de ante mano que era.

La larga y morena mano apretó suavemente la suya dando a entender que estaba por despertar.

Y te preguntarás ¿Qué hizo el azabache?

Fingir que seguía dormido.

Sintió al moreno removerse inquieto, al parecer confirmando si en verdad seguía dormido, sintió su respiración tan cerca de su cara y como una mano su posaba en su mejilla para después apartar unos mechones que caían sobre su frente.

Después de unos segundos sintió como se alejo y escucho el sonido de la puerta cerrandose.

Debo de fingir y se aseguró de que el castaño no estubiera en su habitación, si que le había sacado un susto.

Tomo su celular y se encerró en su baño, marco el número de su hermana, necesitaba saber que hacía ahí el castaño.

- Eh..bueno?

- MIKASA

- ¡no me grites animal!

- ¿Que mierda hace Eren aquí?

- Ah, era eso, pues syo lo llame

- ¿QUÉ TÚ QUÉ?

- si, yo lo llame, de hecho lleva toda la noche ahí

- .....

- Anoche cuando te desmayaste en plena práctica con Farlan el imbécil creyó que te había matado y por el susto se desmayo también, yo sola no podía contigo y sabía que Eren no dudaría en ir a ayudar si se trataba de ti.

- ....

- Después llamamos a Isabel y ella se encargo de Farlan, Eren te tomo en brazos mientras yo recogía tus cosas, después salimos y pedimos un taxi y se negó a despegarse de ti el resto de la tarde, toda la noche y al parecer tampoco se fue hoy y dudo que lo haga.

- ¿Y tú dónde estás?

- En casa de Annie

- ¿Enserio me dejaste a mi suerte y te fuiste a noviar con Annie?

- No seas tan dramático, además Eren te cuido bien, yo me fui ayer en la noche y tal parece que no se movió de ahí

- Tú y yo hablaremos cuando llegues.

Colgó la llamada y dejó caer su cuerpo al suelo, recargando su espalda contra la puerta del baño.

Su cabeza seguía doliendo y sentía su cuerpo incluso más pesado que hace unos minutos, su boca estaba seca y tenía mucha hambre, pero no quería encontrase con Eren.

Recordó las pastillas en su mesita de noche y con cuidado abrió la puerta del baño, se aseguró que el castaño no estuviera ahí y casi de puntitas se acercó al cajón para abrirlo y buscar las pastillas.

Justo cuando las encontró la puerta fue abierta de golpe dejando ver a un Eren con el cabello revuelto, un suéter negro, pans grises y su enormes lentes mirándolo con los ojos muy abiertos junto a una bandeja con comida.

Levi del sobre salto se encogió en el suelo escondiendo su cabeza entre sus rodillas y sus brazos.

Eren dejo la bandeja en algún lado de la habitación y se acercó al azabache, dispuesto a saber si se encontraba bien.

El castaño se agachó a la altura del azabache, y empujandolo por los hombros logró que este se cambiara de posición.

Más el azabache se negaba a mirar al castaño a la cara huyendo de la mirada insistente del castaño el cuál empezaba a desesperarse.

Tomo una gran bocanada de aire m, y con determinación sujeto al azabache de la mandíbula obligandolo a mirarlo a los ojos.

Ambos se miraron por unos minutos que al azabache estaban desesperando sobre manera, listo para huir en cualquier momento.

Más sus planes fueron frustrados por los brazos de Eren, quienes lo envolvieron pegándolo a él, el castaño escondió su cara en el cuello del menor, evitando que viera su enorme sonrojó.

El azabache quedó atontado por la cercanía del castaño pero pasados unos segundos correspondió el cálido abrazo.

La voz de Eren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora