𝐋𝐎 𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐅𝐔𝐄 𝐘 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐄𝐀.

𝟎𝟓

ACEPTACIÓN.❀

Quizás debí arrancar esa pagina e iniciar una nueva, donde pudiéramos entendernos, pero cuando algo no queda, no queda. Incluso aunque nos preguntemos, "¿para que llegó a mi vida si no era para mi?". Esa pregunta merodeaba, si, igual que el ladrón del callejón, estará ahí.

Intente entender la respuesta, en madrugadas de insomnio o horas de trabajo donde las excedía con tal de no pensar en nada. ERROR. Sin duda escapar de la realidad era peor que aceptarlo, porque llegaría algún punto en tu soledad que ni la música que te acompaña en esos sentimientos te salvaría.

Empecé aceptarlo. Entendía por lo que no quería volver a pasar, porque empecé a aceptar lo que merecía y lo que no, que debía soltar todo lo que me pesara. Un amigo que me traicionó, un ser querido que falleció o una mascota que ya no me seguía por la casa.

Asimilar la ausencia de alguien es una aceptación amarga y abrumadora, estás desconcertado, porque te has acostumbrado y que de la noche a la mañana, ese mensaje no esté ahí, o esa llamada que llegaba con frecuencia no llegue, es una aceptación tan cruel como dolorosa. Dejar ir duele.

Parece difícil, lo sé, es demasiado difícil aceptar qué hay que romper siglos y dejar ir. Nadie está listo para una despedida, nadie está listo para las etapas de la vida y lo que está nos atraerá, pero siempre llegará el día donde debemos aceptarlo.

Damos consejos de amor, que en nosotros no funcionan, ya no somos la razón de la sonrisa de alguien, pero eso no implica que la vida acaba ahí. Porque a veces, las personas dejan de estar, como nosotros dejaremos de estarlo algún día.