Hollow Knight Fanficción - El Retorno del Rey Blanco

Cap. 4 - Marea de Fauces

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Hornet: - ¡Quirrel! ¡Quirrel! - Gritaba por los vacíos pasillos de los Archivos de la Maestra.

En una zona tranquila del Cañón Nublado, se encontraba un santuario de conocimiento dejados por Monomon. Por mucho tiempo fue poco más que una cripta abandonada, eterno lugar de descanso de la maestra, pero una vez la vasija purgó el espíritu de la soñadora para abrir el huevo negro, esos viejos archivos volvieron a caer en el olvido. Fui ahí donde Quirrel encontró un nuevo propósito a su vida. Continuar el legado de su mentora, y brindar conocimiento a los habitante del resurgido Hallonest. 

En ese precisó momento Quirrel se encontraba muy concentrado haciendo unos experimentos, completamente ajeno a los llamados de su visita. Solía pasar mucho tiempo investigando objetos, sustancias o cualquier cosa que llamara la atención. Ponía tanta atención en su trabajo, que podía parar horas sentado maquinando cosas en las diferentes instalaciones del lugar. Tarareaba alegremente una canción mientras trabajaba, un efecto involuntario de su propia concentración, cuando Hornet irrumpió en la habitación en la que estaba. 

Hornet: - ¡Quirrel! - Exclamó al verlo.

¡BAM!

Una luz repentina se gestó sobre la mesa en la que Quirrel estaba trabajando, y el sonido de una leve explosión dejó a ambos con un poco de problema da audición. Una cortina de humo negro rápidamente inundó la sala, aunque el sistema de ventilación rápidamente se ocupó del asunto. Hornet estaba tosiendo, mientras agitaba su mano para apartar el humo de su rostro, cuando vio a Quirrel, quién se había caído de su taburete, la espalda contra el suelo, y el rostro completamente chamuscado. 

Hornet: - ¿¡Quirrel!? ¿¡Te encuentras bien!? - Dijo preocupada mientras se acercaba para ayudarlo a levantarse. 

Quirrel: - Era.. Cof... Cof... Mucho más volátil de lo que pensaba. -

Hornet: - ¿Qué estaba haciendo? -

Quirrel: - Estaba mesclando el ácido de los Páramos Fúngicos con los cristales de Cumbre de Cristal. Parece que mezclé más de lo que podía resistir. -

Hornet: - Disculpa. Fue mi culpa. -

Quirrel: - Está bien. No pasa nada. ¿Y qué te trae por aquí? Es raro verte en los Archivos. ' Dijo mientras removía el hollín de su rostro. 

Hornet: - Esto. -

Hornet metió la mano en su bolsa y sacó el talismán que Jiji le dió, uno que Quirrel reconoció enseguida. Era el Aguijón Onírico, aquel que usó el caballero para acabar con el sufrimiento de su maestra. Un recuerdo doloroso para el pobre insecto, pero un mal necesario por el bien del reino.

Quirrel: - ¿De dónde sacaste eso? - 

Hornet: - No pudo explicar ahora. Necesito saber como usarlo. Tan vez podamos derrotar al Resplandor con esto de una vez por todas. -

Quirrel: - No estoy seguro de esto. Podría ser demasiado peligroso. Tenemos que buscar otra forma. -

Hornet: - Quirrel. - Lo miró a los ojos. - Debemos intentarlo. -

Quirrel estaba demasiado preocupado. Nadie sabía con exactitud el poder el poder del mundo de los sueños, o los efectos secundarios que las almas tenían sobre los mortales. Algunos lo habían intentado antes. Todos fallaron. Seres que tenían mejor conocimiento y control sobre tan misteriosas fuerzas. Incluso el caballero no conocía del todo su poder, con toda la experiencia y conocimientos que había acumulado durante su travesía. Pero Hornet tenía ese amuleto en sus manos sólo significaban una coas: El caballero supo que él no podría contener  al Resplandor. Sabía que, como su hermano antes de él, sucumbiría a su poder y se consumiría por la radiante luz. No era perfecto, y lo sabía. Por eso dejó un rastro. Por eso dejó una esperanza fuera de Huevo Negro. Pero... ¿Acaso era Hornet aquella que podría ponerle fin a todo? Esa respuesta era muy difícil de responder. Aun así: