Capítulo 20

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Sasha

Estaba desayunando con tranquilidad hasta que mi teléfono sonó y conteste después de ver quien era el que madrugo a hacer la llamada

–Buenos días, tío–salude amable

–Buenos días mi niña ¿cómo estás? hace mucho que no se de ti–escuche su voz ronca

–Estoy bien no te preocupes tío, he estado algo ocupada últimamente–me levanté–pero dime ¿cómo has estado?–caminé a mi despacho

Con todos los trámites que tenía que hacer ya no pude llamarlo antes, siempre se ha preocupado mucho por mí y me ha ayudado mucho. Busque algunas cosas entre los cajones de mi escritorio mientras tenía el teléfono en el oído

–No me ha ido mal–hablo sin interés–supongo que has estado ocupada en la ciudad T, las noticias ya me llegaron–me detuve por un momento–debes ser cuidadosa querida

–Valla, siempre lo sabes todo–suspire–lo sé y no debes preocuparte nos estamos encargando, en unos meses todo estará como antes

–Espero que si–guardo un leve silencio–pero me preocupa ese hombre y que te lastimen de nuevo, no quiero eso–se oye preocupado

Después de un año y medio en la ciudad A mi tío apareció y me sentía mucho más tranquila, intento que me fuera con él, pero preferí quedarme y él se quedó a nuestro lado por un tiempo, nos ayudó mucho en ese entonces y ahora lo sigue haciendo

Se que se preocupa mucho por mí y no quiero que lo haga más de la cuenta, no quería que se enterara de esa noticia, pero también sé que de una u otra forma iba a saberla 'siempre se entera de todo lo que pasa'

–Tranquilo estaré bien, pero si tengo problemas te llamaré sin dudar lo prometo–salí del despacho

–De acuerdo, bueno te dejo, hablamos después

–Claro cuídate–cerré la llamada

Me dirigí a la salida y el chófer estaba esperándome al igual que mis cuatro guardaespaldas, cuando me vieron todos me saludaron. En esta ciudad siempre debo tenerlos a mi lado ya que soy conocida y han intentado atacarme antes

Me subí y le dije al chófer que me llevará a la empresa. Hoy llevo un traje bastante formal de color azul y una blusa blanca, mi cabello está atado en un moño bajo. Llegamos y Keyla estaba en la recepción esperándome

–Buenos días jefa–se acercó a abrazarme

–Buenos días–correspondí

–Te enviaron algunas flores–ríe un poco

–¿Algunas?–señalo a una esquina

Había varios ramos alados de recepción y con solo ver los colores supe quienes me las enviaron. Subí a mi oficina con Keyla y mis guardaespaldas se quedaron abajo, en la empresa hay bastante seguridad así que no suelen seguirme a todas partes

Al entrar había dos ramos grandes, uno de rosas rojas y otro de orquídeas blancas, miré a la chica a mi lado y alzó los hombros. Rodeé mi escritorio y me senté mientras ella recogía las notas de los ramos y se sentaba

–Es increíble lo que pueden escribir–miro las dos tarjetas–¿las leerás?–negué–debí suponerlo, pobre de ellos nunca las lees y con lo que debe costarles inspirarse

–No me interesa y dudo que las escriban ellos–hable indiferente y revisando unos documentos

–Bueno ayer no me contaste como te ha ido en la ciudad A

Mis colores favoritos negro y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora