Capítulo 40

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Sasha

Me levanté un poco más temprano de lo habitual y preparé algo de comer mientras realizaba una llamada, estuve revolviendo cuando respondió y su voz era ronca lo que me indica que se acaba de levantar

–Por lo que veo no duermes–bosteza

–Madrugar un poco no te hará mal, ya has dormido mucho–le molesto–y quería saber cómo estás, no he tenido mucho tiempo–tape la olla

–Voy de maravilla, pronto te visitaré–asegura

–Eso espero, todos estarán contentos por tu visita–saco algunas cosas de la lacena–además ya estoy aburriéndome

–Tu no cambias, en fin, ya que me levantaste debo ejercitarme, nos vemos–se despide

–Cuídate–cerré y seguí preparando el desayuno

Unos minutos después recibí una llamada que me tomo por sorpresa, pero conteste de inmediato y con calma

–Buenos días, tío–salude

–Buenos días–su tono era fingido–¿pensabas decirme que tuviste un accidente?–se oye serio y doy un suspiro

–No–respondo con sinceridad–no fue nada y ya estoy bien, no quería preocuparte por algo tan pequeño, Naim ya se encargó de todo

–Muy elocuente jovencita, pero eso no cambia el hecho de que me lo hayas ocultado, es muy serio, tu vida estaba en peligro y yo no lo sabía, uno de estos días morirás y yo ni me daré cuenta–me recrimina

–Lo sé, pero no olvides que tú haces lo mismo, no me dijiste que estabas enfermo y ahora que estás delicado no quiero que empeores por preocuparte, sé que me dirás que soy la sucesora y que soy más importante por eso, pero eres mi tío y eres importante para mí

–Está bien, no puedo enojarme contigo si lo pones de ese modo–da un suspiro–mi niña a crecido mucho, ahora hasta puedes regañar al necio de tu tío–da una carcajada–espero que no te metas en más problemas y que no pongas más en peligro tu vida, eres la única familia que me queda pequeña, solo cuídate–habla con un poco de nostalgia

–No te preocupes tío, voy a darte muchos dolores de cabeza–aseguro–y espero que tú también me los des, mi tío cascarrabias–sonrió

–De acuerdo, tengo que encargarme de unos asuntos, hablamos otro día mi niña, cuídate

–Eso haré, pero tú también hazlo y no te sobre esfuerces

Luego de colgar la comida ya estaba lista y me serví un poco, y mis mascotas aparecieron moviendo la colita y bostezando, les di su comida y me senté a comer la mía ya que de seguro ellos están durmiendo profundamente, incluso creo que Camilo no está en casa y en eso escucho que tocan el timbre, al abrir me encontré con un chico pelinegro que llevaba en el hombro a Camilo y solo me mira fijamente al igual que yo

–Hay, pero qué guapa estás–el peliblanco arrastra las palabras y apesta a alcohol a lo que lo miro sería y suspiro

–No hagas ruido, si despiertas a Rían te voy a ahogar–le amenazó dándoles paso

–Lamento molestar tan temprano, pero no sabía que más hacer–habla el hombre

–Está bien, aunque me sorprende que se embriagara–miro a Camilo y él empieza a buscar algo con la mirada

–Preparaste comida...yupi–intenta pararse y casi cae

–Bueno no me di cuenta y alguien le puso algo a la bebida y se empezó a comportarse así–explica brevemente

Mis colores favoritos negro y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora