Capítulo 36

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Enzo

Me levanté y mire el techo por un buen rato antes de levantarme a tomar un baño, baje y mi hijo ya estaba listo para desayunar por lo cual recordé a Mariana y su estado actual no sé qué haré con todo esto y no me siento preparado para decirle, me senté en la mesa para desayunar y mi madre me miró detenidamente

–¿Papá podemos ir al hospital después?–me mira sonriente

–Claro que sí, pero primero acaba de comer–le sonrió y asiente

–Hoy iré con ustedes–comenta mi madre

–De acuerdo–asegure

Nos sirvieron la comida y desayuné con tranquilidad, luego todos se prepararon para salir y los estuve esperando y recibí una llamada del hospital donde esta Mariana y contesté luego de tomar aire

–¿Qué sucede?–hable con frialdad

–Enzo no me siento cómoda aquí, quiero ver a Luke–habla angustiada

–Solo pasaron unas cuantas horas, ahora no es el momento para hablar del tema–comento tranquilidad

–Papá ya estoy listo–el pequeño grita y giro

–¿Ese es Luke?–pregunta

–Tengo cosas que hacer, adiós–cerré la llamada

–¿Era del trabajo?–se ve un poco nervioso

Aunque es más sociable que antes todavía tiene esas pequeñas pautas donde se ve como antes y supongo que ahora que dice más lo que piensa es difícil recordar al pequeño niño frío y silenciosos de hace unos meses

–No era importante–mi madre baja–hora de irnos

Pasamos por una tienda antes ya que mi madre quería llevarle algo y al llegar al hospital se sorprendió un poco de los hombres que resguardaban la puerta, no sé si se van ya que permanecen parados con una cara muy seria y no hablan con nadie, tampoco dejan entrar a cualquiera, son muy cuidadosos

–¿Por qué tanta seguridad?–mi madre habla cerca de mi

–El padre de Rían los envío para cuidarla–comente y se sorprendió

–¿Él está aquí?–negué

–Viene conmigo–hable con los hombres y solo asintieron para dejarnos pasar

–Buenos días, Sasha–el pequeño se tiró a sus brazos y Rían estaba a su lado al igual que Camilo

–Buenos días, señorita Sasha, espero que se recupere pronto–mi madre le acerco la canasta con flores y frutas que le trajo–lamento no haber venido antes

–Buenos días–responde con amabilidad y Camilo sujeta la canasta–muchas gracias y no debe preocuparse por eso

–¿Cuándo te darán el alta?–pregunta con amabilidad

–Mañana

–¿No es algo pronto? deberías recuperarte un poco más–mi madre se ve preocupada

–No es necesario, ya estoy mucho mejor–asegura

–Como diga, pero debería tener mucho cuidado–le sonríe con amabilidad

–Claro que lo tendrá–interrumpí–volveré luego

–Está bien–mi madre asiente

Salí del hospital y me dirigí al otro con paciencia, al subir no la encontré en la habitación y pregunté a la enfermera que me guío a una sala de fisioterapia, estaba en una barandilla sujetándose para intentar caminar, pero parecía que no lo lograba ya que el doctor la sujetaba y cada vez que la soltaba y daba un paso casi caía, si no fuera por el doctor posiblemente estaría en el suelo ahora mismo

Mis colores favoritos negro y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora