Capítulo 52

5 0 0
                                    

Enzo

Me desperté por los rayos de sol que tocaban mi piel, al girar solo sentí las sábanas frías y me levante, estaba desnudo y sonreí al recordar lo que paso anoche, me siento satisfecho y entre a la ducha, cuando me mire al espejo note una mordida en mi hombro y mi espalda tenía un par de rasguños, me puse ropa cómoda y baje al cuarto de entrenamiento, ella estaba ahí practicando, se detuvo a tomar agua y estaba sudando, me acerque y la abrace por detrás a lo que ella alejo mis manos sin dejar de beber agua

–Buenos días–le sonrió

–Buenos días–dejo la botella a un lado–¿necesitas algo?

–No–estoy confundido–quería que desayunáramos juntos

–Olvídalo voy a desayunar con Xavier–recoge la toalla y se la pone en los hombros mientras se seca el sudor

–¿Por qué con él?–pregunte serio

–Porque me da la gana–salió y la seguí

No puedo creer que aun con lo que paso ayer siga comportándose como siempre, como si no hubiera pasado nada 'aunque qué demonios esperaba de ella' que fuera diferente solo por acostarse conmigo, en especial me molesta que valla a verlo a él dejándome de lado

–No puedes ir con él–me interpongo en su camino–no dejare que mi mujer se siga viendo con su ex a solas–ella se burla

–¿Que te hace creer que soy tu mujer?–pregunta mirándome fijamente–¿qué me acostara contigo?–no sé qué responder–si fuera mujer de cada hombre con el que tengo sexo les pertenecería a muchos–niega con diversión

–¿A cuántos?–el solo pensarlo me enoja

–Eso no importa, porque no soy mujer de nadie–pasa por mi lado–si quieres a alguien que te obedezca y haga lo que tú quieres solo por sexo, busca afuera hay muchas, pero no esperes que yo haga eso jamás–se burla–ten buen día

Golpee la pared con frustración y enojo, ella es la única que me hace ver como un puto gigolo solo con un par de palabras, respire profundo y me dirigí a mi despacho a trabajar un rato para no pensar en ella y en lo que dijo

Sasha

Sali de la ducha y vi las marcas que me dejo y tuve que cubrirlas con maquillaje y ropa más cubierta, salí de la mansión y pase por una farmacia a comprar pastillas del día después, anoche no fui precavida y deje que se corriera varias veces dentro de mí, las tome y luego me dirigí al departamento para desayunar con Xavier y los niños, al entrar el rubio estaba sirviendo la comida y me acerque a saludarlo

–Buenos días–lo miro detenidamente y tiene ojeras–o no tan buenos

–Se nota que es tu hijo y que mi hijo fue criado por ti–se ve cansado–son buenos convenciendo a los demás cuando quieren y unidos son peor

–Lamento informarte que es parte de la paternidad–me burlo–¿dónde están?

–En su cuarto, deben estar cambiándose–da un bostezo

–Voy a verlos–le di una palmada en el hombro

Al abrir ellos aún estaban en la cama y les quité las cobijas, también abrí las cortinas y ellos se quejaron, pero me acerque a la cama y los mire fijamente

–Buenos días–salude y se levantaron

–¡Mamá!–exclamaron ambos y me abrazaron

–Nada de mamá, ya deberían estar listos para desayunar–los regaño y me miran con ojitos de perritos–uy mis pobres niños, eso no va a convencerme–acaricie sus mejillas–tienen cinco minutos, los espero en la mesa–salí del cuarto

Mis colores favoritos negro y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora