Capítulo 54

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Enzo

No dormí en absoluto y solo pensaba en lo que paso ayer, Sasha apareció como todas las mañanas y la miré por un momento antes de salir sin pronunciar palabra alguna, di varias vueltas en la puerta sin saber que hacer exactamente, quería hablar con ella e intentar arreglar algo que de hecho no había que arreglar, no tenemos nada, ella me lo dijo solo es sexo casual. Lo pensé por un buen rato y entre de nuevo al cuarto de entrenamiento y me sorprendió verla con los ojos vendados mientras entrenaba

Su cuerpo estaba con sudor y se veía jodidamente sexi con ese simple pedazo de tela en los ojos, por mi mente pasaron varias cosas que podría hacerle con eso y mi polla se paró mientras tragaba grueso intentando recordar porque volví a esta habitación, pero no puede evitar ver el morbo en cada uno de sus movimientos que eran coordinaros, me acerqué como si algo estuviera poseyéndome y ella hizo un movimiento apuntándome con el puño, me dejo paralizado y su puño estaba a centímetros de mi cara

–¿Qué haces aquí?–cuestiona y me sorprende

–Yo...

–Solo vete–se incorporó y se acercó a tomar un poco de agua sin quitarse el pedazo de tela

–Eres impresionante–me acerque decidido

La rodee con mi brazo haciendo que sintiera mi erección y con mi otra mano aleje su cabello para besar su cuello a lo que soltó un pequeño jadeo, intento soltar el pedazo de tela, pero la detuve y seguí besando su cuello frotando su culo contra mi

–Hoy disfrutaras plenamente sin ver–susurre en su oído–pagaras el haberme mentido

–Sigues molesto por eso–se burla y sujeto su cuello apretándolo un poco–que rencoroso–sonríe lamiéndose el labio inferior con sensualidad

–No sabes cuanto me hirvió la sangre–apreté uno de sus senos–de solo pensar en que él te tocaba–susurre mordiendo el ovulo de su oreja y recorriendo su cuerpo

–Eres muy celoso–su voz esta entrecortada–para no ser nada mío–susurra provocándome y la giro pegándola con fuerza provocando que un jadeo salga de su hermosa boca sin que pueda resistirse a mi toque y se escuchó el golpe seco de la botella de agua

–Claro que soy tuyo–recordé mordiendo su cuello–tu eres la que no quiere ser mía–recorrí su entrepierna y sentí un leve temblor de su parte

–Mierda–suelta un gemido cuando toco su clítoris

La acomode en el banco press mientras acaricio su entrada y beso su cuello, mi otra mano masajea uno de sus pechos y siento lo mojada que esta, soltó un jadeo cuando introduje dos de mis dedos de golpe y sentí su interior palpitar succionando mis dedos, los empecé a mover con lentitud mientras la besaba en los labios y su aliento era cálido, ella paso sus dedos por mi piel enviando pequeñas corrientes por mi espalda provocando que mi miembro empezara a latir pidiendo tocarla, sujete sus traviesas manos y las uní por encima de su cabeza

–Quédate quieta cariño–bese su cuello–quiero jugar un rato más con tu sexi cuerpo

–Si que te diviertes–me dio una sonrisa maliciosa que me fascino

–No tienes idea preciosa–la desnude de la parte inferior y abrí sus piernas–pero no soy el único deseoso aquí–sentí su humedad y jadeo nuevamente–simplemente tienes que aceptarlo–rose su intimidad con mi bulto y contuvo un jadeo

Rodeo mi cintura con sus piernas acercándome más–¿para qué? cuando de todas formas eres el más débil entre los dos–movió su cadera y jadee 'carajo ella sabe lo que quiero'–vas a cogerme y darme placer porque no soportas la sola idea de que otro este dentro de mi–con su pie jugaba con el cordón de mi pantalón haciéndolo más tortuoso para mi

Mis colores favoritos negro y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora