Javier abrió la puerta de su departamento y empujó a Luna suavemente hacia adentro.
Javier: Señorita Hargrevees, está usted arrestada (poniéndole las esposas) tiene derecho a guardar silencio, todo lo q diga será usado en su contra..
Luna: Como puedes ver, estoy totalmente a su merced, oficial Peña (susurró). ¿Qué harás conmigo?
Javier sonrió antes de acariciarle el sexo por encima de la ropa interior, levantando su vestido. Era un simple tanga, pero escondía algo que deseaba tocar.
Subió las manos hasta sus pechos, atrapados bajo ese trozo de tela terriblemente sexy, luego deslizó dos dedos entre sus labios, Luna respondió a su silenciosa petición chupándolos sin ni siquiera quitarle los ojos de encima. No tardó mucho en tener una erección y desesperado le rasgó la tanga.
Luna: Auch!!!... ( protestó)
Javier: prometó ser muy delicado...
Le separó los muslos con decisión y deslizó los dos dedos que había chupado dentro de ella. Encadenada a las esposas, Luna gimió
La empujó hacia el sillón para poder penetrarla más hondo con los dedos. Apoyándose en una rodilla, aprovechó su única mano libre para agarrarle el cabello, del cual tiró para obligar a su cuello a subir hacia la boca. Con un gemido, Luna se arqueó hacia atrás y Javier le lamió la piel mientras le frotaba rápidamente el clítoris.
Cuando sus músculos se tensaron, supo que el orgasmo estaba a punto de llegar, y solo tuvo que bajar y morderle un pezón por encima del vestido para llevarla hasta el éxtasis.
Mientras ella recuperaba el aliento, saboreó las pequeñas contracciones de su sexo alrededor de sus dedos mientras devoraba su escote.
Luna: ¿Estoy esposada y solo piensas en mi placer? (preguntó con voz relajada.)
Javier: Estas esposada, pero me pregunto quién de los dos está mas atado...
Ella sonrió, sin miedo a estar así a su merced. Javier se deslizó entre sus muslos y con su lengua comenzó a dibujar circulos en su vagina, de repente se detuvo y la miró.
Javier: Me encanta ese brillo en tus ojos ...
Luna levantó las caderas, como para incitarlo a retomar su tarea anterior, pero se limitó a darle un beso en la parte interior del muslo.
Luna: Quieres volverme loca, ¿es eso?
Javier: Admito que me gusta bastante la idea.
Su mirada estaba llena de anhelo y su pene palpitaba en el aire, Luna se tumbó en el sillón y sus muslos se abrieron completamente frente a él. Javier se dejó caer entre sus piernas pasándose una por encima del hombro antes de sumergirse en el interior de la mujer que amaba.
Luna: Te amo (dijo ella simplemente.)
Aceleró el ritmo, luego tiró de ese cabello sedoso sin vacilar antes de alcanzar una velocidad desenfrenada entre sus muslos. Luna soltó un gemido interminable, él se entregó a su cuerpo y luego cayó rendido a su lado, sin aliento.
Le quitó las esposas y ella se apretó contra él.
Luna: Entonces, oficial, ya estoy libre? (dijo en voz baja.)
Javier: Podrías estar atada de los pies a la cabeza y sabes muy bien que siempre seré yo el más atado de los dos.
Ella soltó una risita traviesa y su mano depositó una agradable caricia en su pecho.
Luna: Es cierto (admitió) y me encanta.
Javier: A mí también ...
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Bandos opuestos
RomanceEl Imperio Shelby crece a pasos agigantados, alcohol, drogas, apuestas ilegales y prostitución, el q está en su contra, todo lo pierde, pero el Detective Peña no tiene absolutamente nada que perder...