Luna

XVI

LENNON

Me he quedado de piedra.

No quiero que se sienta incómodo, así que lo miro a él. Es hermoso, no me canso de decirlo.

No puedo entender, imaginar la magnitud de lo que ha vivido, pues ahora me doy cuenta de que, aun existiendo en la misma realidad, la hemos vivido, sentido, experimentado de una manera muy diferente. En ninguno de los casos digo que una haya sido mejor que la otra, solo digo que la suya ha sido complicada, tormenta de verano, y quiero que vea que después llega la calma, y deseo que la experimente, que la halle, que la viva.

No voy a juzgarlo, yo no soy ese tipo de persona. Si me deja, quiero acompañarlo, ayudarlo, estar a su lado e intentar hacer de sus demonios sopa de pollo.

***

Me encanta ver que ahora sonríe. Es una sonrisa un poco forzada, pero se ve, se nota que la muestra con toda la verdad del mundo; está contento, y no lo esconde.

Puede que tengamos más cosas en común de las que pensé, una, Troya.

No me gusta nada que se menosprecie de esa manera, solo si pudiera verse de la misma manera que lo veo yo, lo entendería todo.

Entendería lo valiente que es y que ha sido, lo genial y guapo que es, la paz que me transmite, las dulces palabras que de su boca saben cuál melodía de Beethoven.

¡Entendería tantas cosas!

-Pues, ¿sabes? -rompo el silencio que empezaba a sentirse incómodo-, no creo que Paris sea tan cobarde como dices que es. ¿Sabes lo que sucede? Delante de Héctor, todos parecemos insignificantes, miniaturas, hormigas, nada.

No podemos ser buenos en todo y menos destacar en cada una de las actividades, materia, etc. Cada uno es bueno en un ámbito, menos en otro y, puede incluso que, sin saberlo, sea un genio.

Lo que falta es confianza, pero no debemos esperar a que Aquiles acabe con Héctor para empezar a confiar en nosotros mismos. Somos más de lo que pensamos, Light. Mucho más.

Paris yacía escondido detrás la muralla de su hermano, debajo su grandeza, y por comodidad, decidía no salir, no asomaba la cabeza.

No debemos acomodarnos. Somos mucho más de lo que nos hacen sentir.

Aquí finalizo y me doy cuenta de que el rostro perdido de Light ha desaparecido. Parece haber seguido la luz de mis palabras, la que ha hecho que sonría sin forzar y sepa que no está solo.

-No estás solo, Light. No lo estás. -Finalizo.