LENNON
Me llamo Iren McGuier, pero todos me llaman Lennon. Soy de las afueras de Londres, Devon, y vivo con mis padres en una humilde casita color rosada al final de una calle envuelta de tiendas con flores, macetas expuestas a todos y vecinos que se sienten familia.
A los escasos tres años, los reyes magos me trajeron una pequeña guitarra. Desde ese momento, me enamoré de la música.
No soy ni he sido nunca como los demás niños. Yo no fui al colegio de mi barrio e iba todas las tardes al parque con mis amigos. Yo iba, ya desde muy pequeños, al conservatorio. Me encantaba ese lugar, grande, hermoso, rodeado siempre por dulces melodías, dulces voces, dulces cantares.
Y ese fue mi primer amor, el más dulce.
Cómo no debería amar la música si es lo más verdadero que existe, la que te acompaña allá donde vayas sin rechistar y te ayuda en tus peores momentos.
A los 14 formé mi primera y única banda. Me di cuenta de que trabajo mejor en solitario, y ahora me encuentro de camino a mi quinto concurso musical. Una pasada, ¿verdad?
Siempre he sido muy creativo y cariñosos. El contacto físico me relaja y, al igual que lo recibo, me gusta darlo. Es mi manera de demostrar mi cariño y confianza.
Soy muy empático, demasiado incluso. Todo me afecta y odio ver que la gente sufre. La mayoría de las veces no puedo hacer nada al respeto, pero a menudo siento la necesidad de ayudar a los demás, aunque eso me destruya a mí.
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Luna
Romance¿Qué harías si el amor de tu vida resultara ser el músico que, escapando de tu pasado, encontraste en el tren camino a la incerteza?