XLII

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LIGHT

Puede que haya sido muy duro con él. Solo quiere ayudarme.

-Yo... Len... lo siento.

-No, ¡no! No debes sentir nada. El que debería disculparse soy yo. No quiero forzarte a nada, y menos a abrirte del todo con un completo desconocido...

-El perfecto desconocido -lo corto.

Veo como se le ilumina la cara y se sonroja.

Ahora soy yo el que lo coge de la mano a él para indicarle que estoy bien, aunque no lo estoy.

Cojo mi taza de café y le doy un sorbo. Len sonríe con este mísero acto que he hecho, pero me he sentido muy bien al respeto. Me he sentido acompañado y, para nada solo.

Ahora somos los dos los que desayunamos. Yo con mi café y él con su manjar. Veo como devora sus tostadas con miel y aguacate.

Lo miro con admiración al ver como Len come sin ninguna preocupación, sin ningún miedo.

Se ve muy guapo comiendo.

Len se ha fijado en cómo lo miro y me ha ofrecido una de sus peculiares tostadas.

-Vale -rompe el hielo- sé que parece una combinación muy rara, pero te juro que está muy buena. Buenísima diría yo.

Me río y me sale una carcajada. Este chico sabe cómo sacarte siempre una sonrisa.

-No hace falta -respondo- pero muchas gracias. No soy de desayunar demasiado.

-Pues más para mí -dice riendo y regalándome un buen rato de esa preciosa cafetería.

Sin duda, esta va a ser mi preferida también.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora