CAPÍTULO 10 ¿INEXPERTO?

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¿INEXPERTO?

Danielle y Rómulo prepararon la cena, Amaranta llegó y tras de ella Salvatore.
Fue directo sobre ella abrazándola por la cintura y besó su cuello, Amaranta se quedó quieta ante la acción de Salvatore, pero reaccionó girándose y quedando frente a él dando un fugas roce de labios.
— Me encanta verlos muy enamorados, esta noche dormiremos aquí y ya mañana veremos, Danielle y yo decidimos realizar una de muchos viajes de luna de miel como siempre lo hacemos, pero esta vez será con ustedes.
— Abuelo...— Rómulo interrumpió sus palabras.
— Mira, no todo en la vida es trabajar. Tenemos que disfrutar con nuestras mujeres, con nuestra familia. Eso es lo más importante en la vida ya después viene lo demás.
Amaranta lo miró, y tragó el nudo en su garganta, pues eso significaba dormir muchas noches en la misma cama, pues no había un sillón.
La cena transcurrió entre conversas triviales, y risas, pero ni a Danielle, y ni a Rómulo se les ocurrió preguntar su apellido delante de Salvatore, eso sería ponerlo en evidencia.
— Muy bien mis nietos, yo me retiro, mañana nos espera un largo día.
Rómulo y Danielle se retiraron a su camarote, mientras Salvatore y Amaranta se miraban fijamente.
— No creas que disfruto abrazando te.
Expresó Salvatore mirando a la nada.
— Y qué crees, que a mí me gusta recibir tus besos, tus abrazos y tus toqueteo. Pues fíjate que no a mí me desagradas tanto que no soporto que me toques.
Salvatore la miró muy serio, sintió un desagrado por las palabras de Amaranta.
— ¡Engreída!
— ¿Y tú? Un falso, embustero, y mentiroso.
Amaranta se levantó de la silla para marcharse, pero el agarre de Salvatore la detuvo.
—  ¡Suéltame! No me toques.
Salvatore la arrastró y la sentó sobre sus piernas.
— No te iras, te vas cuando yo decida.— Casi le ordenó
—  Tú no eres nadie para ordenarme.— Protestó Amaranta apretando los dientes por lo muy enojada que estaba.
— Soy tu esposo.— Respondió Salvatore apretando su cintura.
— ¿Esposo? Me engañaste,  me mentiste y aún no entiendo cuál es tu propósito. Por qué decidiste casarte conmigo.
Salvatore agarró su nuca tan fuerte que sintió dolor, y un gemido salió de ella.
— ¡Aaaah! ¡Suéltame bruto!
Salvatore aflojó su agarre, suspiró profundo y la dejó irse.
Se estaba odiando por como la estaba tratando, con odio y a la vez cuando la besaba era sincero en esos besos que le daba.
— Voy a terminar loco, me vas a volver loco bonita.
Las horas pasaron, se sentía el frío y la neblina muy baja, Salvatore fue a su camarote, la vio dormir con su pijama de lacitos rosa, y el sonrió.
" Tan mujer y tan niña a la vez" "eres hermosa, una hermosa mujer "
" Y es tuya, tu esposa"
Se decía mentalmente, sus pensamientos eran un caos constantemente.
Quitó su ropa y quedando en boxer se metió a la estrecha cama, junto a Amaranta.
La miró muy de cerca, recorrió su rostro y  fijó su mirada en esos labios carnosos que lo invitaban a besarlo, mordió los suyos aguantando el deseo de besarlos, con su dedo delineó muy sutil mente la línea de su nariz perfilada llegó a sus labios, cerró los ojos y decidió dormir.
" Será que podré dormir con esta tentación  a mi lado " — Pensó.

Amaranta dejo a Salvatore en el lugar donde cenaron y fue a su habitación, seguía sintiendo esa excitación recorrer su cuerpo, se quitó toda lo que llevaba de ropa interior, se puso el pijama corto con su blusa de finos tirantes y se acostó.
— ¿Por qué me atrae tanto ese odioso? Su perfume, ese cuerpo esculpido por los dioses griegos, es tan perfecto.
— ¡Aaaagh! ¿Pero que estoy pensando? Y sobre todo que estoy sintiendo, besa tan, pero tan rico, que deseo ser besada por el siempre.

Amaranta se llevó las manos a su cien.
" ¡Aaaagh! no debo pensar así es un odioso, mentiroso, me engañó con ese contrato.
Todo el tiempo pasó hablando se a si mismo, cuestionando se, y reprochando se, sintió abrir la puerta, cerró los ojos fingiendo estar dormida. Casi salían ronquidos de lo tan falsamente dormida que estaba.
Sintió cuando Salvatore se metió en su cama muy junto a ella.
" Dios, está solo en boxer, este hombre me volverá loca, que se vaya de aquí, por favor, que se vaya." Pensó a gritos
Sintió el aliento de Salvatore muy cerca de ella, su cuerpo se estremeció por esa acción de Salvatore.
Suspiró profundo se volteó y quedó frente a él tirando su pierna desnuda encima de él.
Salvatore estaba en las mismas condiciones que Amaranta, sentía su cuerpo estremecer del deseo que sentía al tener los pechos de Amaranta pegado a su pecho y más con esa pierna aplastando su erección.
Amaranta sintió como su miembro palpitaba, sentía deseos de experimentar eso que ya sabía muy bien en la teoría, más no en la práctica. No le estaba importando bajó que condición de casó con Salvatore, lo único que deseaba era experimentar y no demostrarle a él que su mal trato le afectaba.
La blusa se abrió un poco, dejando a la vista su abdomen, Salvatore tragó grueso al mirarlo.
" Esto es una locura, la estoy deseando tanto"
Deslizó su mano por debajo de la blusa, acarició sus pechos, Amaranta gimió al sentir ese roce, se volteó dándole la espalda a Salvatore dejándolo en un lado muy fino de la cama, y ella dejando su trasero muy pronunciado rozando a Salvatore.
Muy despacio abrió un botón de su blusa y después se volvió a girar, la blusa dejó muy poco a la imaginación, Salvatore abrió por completo la blusa y se pegó a sus pechos, no aguantó más quitó el pijama dejándola completamente desnuda, Amaranta respondió a cada uno de sus caricias, enredó sus dedos en sus cabellos mientras el bebía de sus pechos, mordió esos pezones, Amaranta arqueaba su espalda, quería y deseaba más, Salvatore fue bajando por su abdomen, llegó a su plano vientre, dejó besos húmedos, abrió sus piernas y con su lengua se abrió camino entre los pliegues de esa feminidad que lo estaba volviendo loco del deseo.
Succionó, ese botón que hizo gemir a Amaranta, pero ese gemido no fue escuchado por Salvatore,
Salvatore siguió jugando en esa entrada con su lengua, Amaranta respondía a cada una de sus caricias, se retorcía del placer que sentía.
Salvatore no podía más con su erección, no quería poseerla mientras dormía, aunque ella respondiera a sus caricias.
— ¡ Mmmm! Por favor, hazme tuya. — Pronunció en un susurro.
Salvatore capturó sus pezones nuevamente, mientras una mano jugaba en su entrada, subió por su cuello y llegó a sus labios, se posesionó entre sus piernas y se fue abriendo paso en esa estrechez hasta que se encontró con esa barrera, empujó suavemente, poco a poco y estuvo todo dentro de ella.
" Me mintió cuando dijo que estuvo con muchos hombres. ¡No!  No dijo estuve, dijo vio muchos desnudos, pero aún es virgen" " Soy el primero en su vida"
Besó nuevamente sus labios sus lenguas se enredaban entre si en esas bocas sedientas de amor, y de pasión.
Salvatore se adentró un poco más traspasando esa membrana que era como una puerta abriéndose al paraíso.
Sus movimientos eran lentos, profundos, Amaranta sentía estremecer su cuerpo del placer que sentía, Salvatore estaba en igual manera, ebrio de pasión por esa mujer, que escogió para castigar a la madre de ella y que ahora le daba el más dulce de los regalos, su primera vez.
Salvatore se entregó, al igual que Amaranta, las embestida  eran despacio, fuerte y  profundo. Ella salía a su encuentro, ese ritmo de caderas era uno solo, Salvatore besaba esos labios y ella respondía a ese beso ardiente que quemaban sus entrañas. El cuerpo de Amaranta se tensó, sintió sus piernas desfallecer al momento que una sensación nunca antes sentida invadió su ser.
Su vientre se contrajo y se corrió, Salvatore aceleró sus embestidas y se corrió dentro de ella llenándola de su esencia.
Sus cuerpos sudados estaban pegados uno con otro, Salvatore muy despacio salió de ella y se quedó a un lado recuperando su agitada respiración.
Amaranta estaba de igual forma, pero siguió con sus ojos cerrados, Salvatore la miró muy dormida y una duda se instaló en su interior.
¿Acaso estaba dormida? Pues no lo sabía y tampoco se quedaría a confirmarlo, se levantó de la cama se fue al  baño, se duchó se pudo una bata y salió a popa nuevamente.
Amaranta sintiendo que estaba sola abrió los ojos muy despacio, se puso de pié, sus piernas temblaron y aún así fue al baño se duchó y volvió a la cama.
La mañana llego Amaranta se duchó nueva mente se cambió colocándose un shorts, una blusa de tirantes fino una coleta en su cabello y salió.
— Buenos días señores De la Rosa.— Salido muy sonriente. Danielle la miró y luego a Rómulo.
— ¿Por qué tan feliz? Te ves diferente hoy.
Amaranta con el rabillo del ojo vio que se acercaba Salvatore y respondió.
— De muy chica tuve un amor y anoche soñé con él,  no se, fue un sueño confuso me pareció tan real, pero bueno cosas de niños con inexperiencia, me guardan el secreto con mi esposo, no sea que se ponga celoso de mi amor platónico que invadió mis sueños anoche. — Expresó con sorna.
Salvatore escuchó todo lo dicho por Amaranta, fue como un puñetazo en el estómago. ¿Soñando con otro? Y llamarlo inexperto. Jodida broma.
Salvatore apretó los dientes al igual que su puños.

— ¿Inexperto, yo? descarada. — Dijo muy enojado.

La Víctima Del CEO.( Libro # 4 De La Saga, Cielos Eternos.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora