La Víctima Del CEO.( Libro # 4 De La Saga, Cielos Eternos.)

CAPÍTULO 26. ENCUENTRO.

ENCUENTRO 26

Un año pasó, Amaranta compartía con sus nuevos amigos, Ágata, Stella y Eve, fundó un hospital donde era directora general, junto a Xabier.
Sus días libres eran de pasear por los campos floridos de algodón y diente de león.
Sun-Hee cuidaba de los pequeños mientras ellos trabajan. Su teléfono sonó, y como siempre eran sus padres por vídeo llamadas.
—¿Hija cómo estás pasando?  Ya quiero ver a mis nietos, está semana iremos tu madre y yo. —   Amaranta llamó a sus pequeños.
—Estan hermosos, pronto estaremos ahí con ustedes.
—Los estaremos esperando madre padre, los amo.
—Y nosotros a ustedes mi niña.
Así transcurría el tiempo, entre trabajo y ser mamá, se olvidó de sentir como una mujer, el recuerdo de Salvatore seguía tan latente en su día a día. ¿Como olvidarlo? Si tenía dos versiones de él en miniatura.
Los miró dormir en sus cunas, acarició sus negros cabellos, y sonrió.
— Son mi vida, los amo mis bebés.
Xavier entró a la habitación sin ser escuchado, caminó hasta llegar a la cuna.
—¿Están dormidos?
— Si.
—¿Entonces podemos salir por un café?
— Claro que si, vamos.
Salieron de la habitación, subieron al auto y fueron a la cuidad.
El trayecto fue entre conversas triviales y risas.
Llegaron a la cafetería, fueron recibidos y  atendidos por la anfitriona.
— ¿Pregunto? — Amaranta lo mira achicando los ojos.
— ¿Que? ¿Que preguntarás?
— Mis ahijados cuando los bautizaremos.
Amaranta sonrió, de pronto creyó que su pregunta sería por Salvatore.
—Cuando la familia venga toda de vacaciones, ahí será el bautismo de ellos junto a fiesta de los dos años.
— Mamá al cien por ciento, eres joven aún, puedes volver a empezar.
Amaranta miraba el café como queriendo encontrar respuestas .
— No, mi corazón aún está herido.
Respondió mirando a la nada.
Xavier tomó sus manos entres las suyas y dejó un beso en ellas.
— Siempre te voy  acompañar y proteger, puedes contar conmigo.
— ¿Y como te va con John? Los veo que se llevan muy bien.
Xavier suspiró profundo y respondió.
— Es complicado, su familia es muy conservadora, y saber que tienen un hijo gay sería un desastre para ellos.
— ¿ Entonces, que harán? El amor no se puede ocultar.
Estaban muy entretenido en su conversa cuando una mano se posa en el hombro de Xavier, llamando su atención.
— Hola.chicos, que bueno encontrarlos aquí.
Xavier se quedó estático al ver a Jóhannes con una de las enfermeras agarrados de la mano.
Xavier  miró a John y luego a Tirza
— Hola John, Tirza, que bueno verlos.
Amaranta vio la incomodidad en Xavier, se disculpó y se dispuso a marcharse.
—Chicos, me gustaría acompañarlos pero mis hijos me esperan. Si me disculpan yo me retiro.
Xavier tomó sus cosas y se despidió también para irse.
Subieron al auto y se marcharon.
Amaranta no sabía cómo abordar una conversación, ver a Xavier metido en sus pensamientos le produjo un mal sabor de boca.
— Estaré bien, no te preocupes bonita.
— No lo entiendo.
— Así es como está engañando a su familia, con una novia falsa, y yo soy tu esposo ante ellos.
Amaranta se atragantó ante ese comentario.
— ¿Quee?
—Lo que escuchaste, eso era lo que te quería decir pero no pude hasta ahora.
— Mi querido amigo, termina esa relación, una relación basada en la mentira y el engaño, no termina nada bien, nada más mira mi ejemplo, dónde estoy, lejos de mi familia, de mis seres queridos, huyendo de un engaño, de una mentira que casi acaba con mi vida y la de mis hijos.
— Ya, ya no recordemos eso, vamos por nuestros terremotos y vamos a la playa este fin de semana.
Tres horas después estaban en la cabaña de la playa y los  pequeños terremotos caminaban  patulecos en la arena, Amaranta no podía sacar de su cabeza las palabras de Salvatore, cuando se conocieron en la playa.

Flash Back.

— ¡Hola! Pequeña sirena.
— Hola, hermoso Tritón.
— ¿Tritón?
— ¡Si! Tú me llamaste sirena, yo te llamaré Tritón.
— ¿Coleccionas caracoles?
— Si, me gustan los caracoles. ¿Y a ti?
Fin Flash Back.