Algunas veces, en algún punto de nuestras vidas, llegan cosas totalmente desconocidas que nos hacen dudar de aquello que nos rodea, nuestros amigos, nuestra familia, de nosotros mismos. Las dudas pueden ser un tormento que causa miedos e inseguridades, que afecta no solo en nuestro interior y puede destruir cosas hermosas, o limitarnos a estas. Pero dudar también puede llevarnos a conocer verdades que son necesarias para poder cambiar al rumbo correcto; al menos, eso pasó con Felicité.
—Estás confundida, es normal, pero te aseguro que es lo mejor.
Aquella conversación permanecía en su memoria; estaba ahí cada vez que el silencio se hacía presente y regresaba siempre que se sentía tranquila, pareciera que tuviese el firme propósito de desestabilizar sus pensamientos, como en ese mismo instante.
—No quiero seguir con esto —. Respondió.
—¿En serio echarás todo a perder?
Su celular no paró de sonar en todo el día; primero con los mensajes de sus amigas deseándole un feliz cumpleaños y los de su madre preguntando en qué lugar se encontraba, más tarde, con las llamadas de las chicas de peinado y maquillaje que habían contratado para atenderla, y nuevamente su madre con las mismas preguntas.
Faltaban al menos dos horas para que los invitados empezaran a llegar a la recepción de la fiesta y ella no sabía exactamente qué estaba haciendo en ese lugar, sólo que no era lo correcto, que debería estar usando un hermoso vestido en lugar de ese conjunto de falda y blusa, que tendría problemas más tarde y que no estaba arrepentida de nada de eso; porque Samuel la había citado y había convertido ese día en el cumpleaños más lindo del mundo.—Estás muy callada —. Un beso que cayó en su mejilla seguido de esas palabras logró hacerla volver a la realidad.
—Debería irme ya —. Aunque no lo quisiera, tampoco podía no presentarse a su fiesta de cumpleaños.
—Te veré más tarde —. Respondió Samuel, causando un golpe de nerviosismo en Felicité.
—Tú… ¿irás a la fiesta?
—¿Deseas verme allí? —preguntó de vuelta.
Y el silencio se abrió paso entre ambos.
—No estoy confundida. Harry es totalmente increíble, pero nunca pasaré de ser su mejor amiga. Con Samuel es diferente…
—¿Quién?
Claro que ella quería que él estuviera ahí, a su lado, pero las circunstancias no hacían nada conveniente que eso sucediera.
—Déjate de tonterías, cariño. Sabes que Harry y tú se adoran, no puedes terminar con eso por un capricho.
—No es un capricho. Yo lo quie-
—Suficiente.
Estar ahí no era lo correcto, pero no sé sentía así, al contrario; era como si ese lugar hubiese sido hecho para ella.
Johanna no podía comprender que ella no veía a Harry desde hace ya un tiempo atrás como pareja y que su amistad se estaba desgastando porque no podía quitarse ese pensamiento sobre ellos dos, lo cuál estaba desgastando también a Felicité. Mantener las apariencias se había vuelto difícil.
—Ya veo —dijo el pelirrojo. Podría jurarse que ese fue el preciso momento en el que su mirada cambió, no reflejaba enojo, era más bien decepción—. Es por él, ¿verdad?
—¿Qué? —. No lograba entender su pregunta.
—Es por Harry. No lo has olvidado.
Y en ese momento todo su mundo paró por completo. No sabía con exactitud el porqué de su comentario —. O quizás sí. — pero lo que más le preocupaba era que Samuel conociera las verdaderas intenciones con las que se acercó a él en un principio.
ESTÁS LEYENDO
Felicité's Brother || Larry stylinson
FanfictionNo es su risa o la forma en la que iba vestida, ella no es la razón por la que he estado pensando en el amor. Cada fin de semana que pasamos el rato, pierdo la calma cuando él está cerca, y no sé si es sólo un crush. ¿Cómo encuentro las palabras pa...