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Cada cosa nueva viene con cambios, cada cambio trae una cosa nueva. No se trataba de una ciencia difícil, quizá de hecho era muy obvio entenderlo; pero estaba esa parte complicada que era aceptarlo y adaptarse.

Para una vida que parecía condenada a la monotonía, aceptar los cambios no contaba como una opción. Era cuestión de juntar todas las inseguridades, sumarlas con cualquier mala posibilidad y agregarle miedo; la unión de aquello igualaba a la razón del mostrarse reacio ante los cambios. Porque todo nuevo dígito era capaz de modificar cualquier cifra.

Pero… cualquier cifra podría ser siempre más grande si los dígitos iban a la derecha.

—Estoy sorprendido y curioso —mencionó lentamente. Liam sostenía su aparato móvil con la mano derecha, con la izquierda se ayudaba para darle una mordida al sándwich que había comprado ahí mismo.

—Estás sorprendido y curioso —repitió el rizado—. ¿Por qué?

—Todos hablan de "la gran fiesta de los Tomlinson", pero estamos a tres días de eso y todavía no hay una invitación enviada por Felicité en la página de la escuela.

—¿Para qué iba a enviarla? Ya lo dijiste, todos hablan de eso.

—Los años anteriores también lo hacían, y no impidió que igual publicaran la invitación —insistió—. ¿Qué es lo diferente? ¿Que estará Louis?

—Louis…

—Sí, Louis. No se te vaya a caer la baba.

—Louis… —suspiró— ¿Por qué debe ser tan complicado?

—¿Complicado? Pensé que las cosas iban bien entre ustedes.

—Es así, pero-

—¿Sigues tan indignado por lo que dijo sobre el chocolate? Vamos H, supéralo.

—No se trata de eso, aunque sigo esperando una disculpa —. Frunció el ceño.

—¿Y entonces?

—Es la primera vez que hace esto, Liam, no quiero que algo salga mal y se arrepienta —. Suspiró.

—Entonces haz que salga bien —murmuró con un tono pausado. Mantenía la vista fija en aquél sándwich de pollo que había abierto quitando una tapa de pan, pensaba seriamente en levantarse y dirigirse a la dirección para poner una queja; pues estaba seguro de haberlo pedido sin mayonesa, y ese aderezo adornando la tapa de pan era claramente mayonesa. Sin duda podría llevarlo a la dirección como una prueba del mal servicio.

—¿Cómo hago eso?

Liam lo mira con las cejas alzadas.

—No, conozco esa mirada; absolutamente no…

—No lo sé, dale algo especial —. En serio se preguntaba cómo rayos la mayonesa podía arruinar un buen sándwich—. No seguiré tolerando esto —. Decidido, coloca el sándwich sobre la bandeja y después la levanta para salir caminando con ella en las manos; muy seguramente a la oficina del director.

Harry permanece en su asiento, confundido. No sabe si es por las últimas palabras de Liam o por la repentina ausencia de éste.

«Dale algo especial»

Anhelaba que Louis disfrutara tanto como pudiera aquella noche y quería hacerlo feliz; sin embargo, había un sentimiento raro creciendo en su interior, en él se entremezclan la impotencia y la tristeza.

En una noche tan importante para el de ojos azules, verde tendría que ser un simple desconocido con el que nunca había cruzado palabras; y las horas pasarían con dos amantes intercambiando miradas desde dos esquinas opuestas, porque era la única forma de mantenerse seguros. Los reflectores nunca tocaban las esquinas, pero si ambos llegaban a toparse en el centro de la pista, la verdad bajo la luz sería visible para todos.

Felicité's Brother || Larry stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora