EN ESTA VIDA Y LA SIGUIENTE

NORUEGA 3

Lena caminaba de un lado hacia otro dentro de la habitación, tenia que salir de ahí a como diera lugar y huir, sabia que si se quedaba, Félix se enteraría del embarazo y terminaría con la vida de su futuro hijo—nuestro hijo—murmuro en voz baja viendo hacia la ventana, tocándose el vientre sintiendo una lagrima rebelde bajar por su mejilla, recordando a aquella alfa rubia que había robado su corazón en solo una noche, le parecía increíble como una total desconocida, que había sido unida a ella por un acuerdo, se volvió lo mas importante para ella, tenia que odiarla, el pueblo danes traiciono a su padre, pero por mas que lo intentaba no podía hacerlo, y a pesar de que el pueblo estuviera de su lado, el ejercito era controlado por Felix y tenia hombres fieles, los cuales se dejaban llevar solo por el odio hacia los daneses, la iglesia influyo mucho en sus pensamientos, haciendo que toda persona que no profesaran la misma religión, fueran considerados paganos y enemigos, Felix era un cabron astuto que supo como hacer las cosas a su conveniencia.

La pelinegra se acerco hacia la ventana, considerando seriamente en lanzarse al vacío, quizás la muerte por caer desde gran altura, era mas benevolente que vivir con un hombre que no amaba, un hombre el cual su sola presencia la habia querer vomitar, prefería arrancarse la piel antes de dejar que el la tocara, por que Lena solo anhelaba un solo toque....

--quizás en otra vida..—susurro al aire, recordando como a pesar de lo incomodo que fue su consumación debido a todo lo político que implicaba, sintió una conexión que iba mas allá de lo creíble, haciéndola dudar sobre la Fe de su religión, ¿ y si la reencarnación si existía?, y no la resurrección, ¿Cómo su religión le hizo creer?.

El sonido de una tos proveniente detrás de la puerta la saco de sus pensamientos, No sabia cuanto tiempo se tardaría Felix en volver, pero cualquier plan tenia que idearlo rápido.

Pero para su mala fortuna, el hombre regreso.

La pesada cerradura se abrió, dando paso a aquel hombre que aborrecía—mi lindo pajarillo—su estomago se retorcía cada vez que el hombre la llamaba de esa manera tan estúpida, él se acerco hacia la omega, la cual se puso tensa y apretó sus puños, el olor era nauseabundo, un aroma que claramente el omega de Lena rechazaba, olía a lodo podrido y caRne en descomposición—espero que hayas aclarado tus ideas y decidas que es lo mejor para ti y para tu pueblo—alzo su mano intentando acariciar la pálida mejilla, pero la pelinegra solo retrocedió poniendo un gesto de desagrado, el hombre soltó un suspiro cansado y se toco el puente de la nariz—he tratado de ser paciente Lena, pero mi paciencia ya esta llegando a su límite—su voz poco a poco comenzó a aumentar de tono—desnúdate y preséntate para mi—

--nunca—respondió la omega con un gruñido ofendido, no sabe de donde tomo valor, pero desde lo mas profundo de su ser su puño se apretó y se estampo en la nariz del hombre.

La ojiverde no sabia de donde había salido ese coraje, fue algo suicida sin duda, pero pensar en desnudarse y presentarse a otro alfa, hizo que su omega gritara en su interior de furia y desagrado, verlo doblado y con las manos en el rostro, era su señal para huir, no lo pensó dos veces y salió por la puerta, pero para su mala fortuna, dos pasos después, los guardias la habian retenido.

--maldita perra—Felix rugió y se acerco hacia ella tomándola con brusquedad del cabello—te di la oportunidad Lena, y quieras o no, me servirás, si no lo harás como mujer, entonces lo harás de otra manera—

A lo lejos, Kara observo el castillo, estaba rodeado de guardias, aun se preguntaba como Felix era tan estúpido como para tenerla en un calabozo cerca del castillo, sin duda el hombre la subestimo.

--entonces, este es el plan, entramos matando a todos, tomas a mi mam...!ay Kaira!, ¿ por que me pisas?—se quejo una de las chicas que acompañaban a Kara.