Ardiente Cómplice +18

Descanso

Llegamos a una playa de la ciudad Myla, era hermosa y muy visitada. Ya nos habíamos hospedado en el hotel y decidimos ir a recorrer el lugar, yo llevaba puesto un traje de baño negro de dos piezas con tirantes y un sombrero de paja color café.

Ya estaban todos en la mesa de la playa, sólo faltaba yo quién pedía algunas bebidas al barman, mis ojos se iluminaron cuando lo vieron llegar con un short playero, dejando ver ese torso que me encanta, esta vez trajo consigo un sombrero de paja como el mío y unos lentes de sol que lo hacían lucir una celebridad.

—Bien, aquí están las bebidas para todos —dije, mientras ponía la bandeja en la mesa. Me senté después de hacerlo.

—No sabía que ocultabas todo eso debajo de la ropa, deberías mostrarnos más seguido todo eso que posees. —dijo Shanks, haciendo dos ruedas grandes en sus manos sobre su pecho.

—Silencio Shanks, aunque ruegues nunca podrás tocarlos —refutó "él" y todos rieron.

—Ya sé, ya sé.

—Bueno, juguemos a 1 verdad o 1 reto¿Están de acuerdo? — preguntaba emocionada Robin, somos adultos así que, estos juegos los tomamos mejor que los adolescentes.

Comenzaron a girar una botella, muchas veces, unos decían su más oscuro secreto, otros hacían retos extremos o sencillos, etc.

—Te tocó, ¿Qué eliges? —Me señaló Hancock.

—1 verdad —elegí.

—Bien, ¿Has dormido o c*gido con alguien de la empresa? —Todos esperaban mi respuesta.

Pude notar que alguien se puso nervioso y me miraba.

—Sí, dormimos dos veces y en otra casi hubo penetración. —Segura de mi misma lo miré y levanté una ceja.

—¡wow! esto se pone de interés.

—Oh, tú turno señor galán —le señalaban a él.

—¿Qué eliges? —Le pregunta, Shanks.

—Elijo el reto —contestó.

—Haber... Recorrerás todo el estómago de alguna chica aquí presente con tu lengua —Sin dudarlo, se levantó a prisa, yo nerviosa esperando su reacción.

Sin dudarlo se sentó frente a mi y me recostó en la arena. Abrió la boca y sacó la lengua para comenzar, todos estaban mirando fijamente y eso me avergonzaba más. Debo admitir que me excité al sentir su lengua húmeda en mi vientre; comenzó a recorrer lentamente cada centímetro de arriba a abajo y en círculos.

—Harás que gima frente a todos —le susurré al oído —arqueó una ceja y sonrió mientras lamía y lamía. Esas pecas tan encantadoras que tenía me hacían aún más sudar, estoy conteniendome para no pasar vergüenzas.

—Se terminó el tiempo, bien hecho. —se escuchaba alrededor nuestro mientras él me daba la mano para sentarme y sacudir la arena de mi espalda.

Me sentía tan agitada que decidí ir a tomar aire mientras ellos seguían jugando.

Qué lindo tatuaje tienes —volteé y era él.

«Noté que al pasar por mi tatuaje se quedó mirándolo mientras lamía»

—Gracias. Es de hace años. —Lo toqué y cerré los ojos.

—¿Te confieso algo? —Tocó mi hombro—. siempre supe tu nombre, de hecho tú me lo dijiste el primer día que te llevé a mi habitación. "T/n, ¿Cierto?"

Entonces ese era el sentimiento que me acorralaba, el creer que había dicho algo pero no lo recordaba.

—¿Y entonces por qué insistas en que te lo dijera? —crucé mis brazos y lo miré retando.

—Estabas ebria y no sabía si lo habías inventado, tenía que confirmarlo.

—¿Y cómo lo confirmaste? Que ese era mi nombre. —La brisa nos tocaba las mejilla y ondeaba mi cabello.

Tiró de la banda que siempre usa en el brazo y la dejó caer. Al percatarme de lo que veía comencé a llorar.