Otra vez

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El cielo estaba gris y de él caía una lluvia un poco intensa inundando algunas calles y aceras dificultando el paso a los automóviles, era recomendable estar dentro de casa tomando un rico y caliente café con galletas y una chimenea o en su defecto en el trabajo con frío y sólo café de cafetera cada hora.

Era sábado y todos estábamos preparando el informe semanal para los Directores Generales, esto suponía mucha dedicación para no presentar algo desechable; los pasillos estaban vacíos porque todo el personal de las debidas áreas se encontraban realizando este papeleo, el silencio inundaba ciertas áreas, y en otras sólo se escuchaba el murmullo de los trabajadores.

Cómo de costumbre, en una mano mi café y en la otra una cantidad considerable de carpetas, caminaba por los pasillos tranquilamente pensando en todos mis pendientes y el trabajo que se aproximaba.

Choco con alguien.

«Noo, los papeles. Por suerte todo estaba protegido y separado cuidadosamente»

—Oh, disculpa iba distraído. Permíteme ayudarte —se inclinó al recoger los papeles.

Quedé sorprendida al darme cuenta de quién estaba frente a mi.

Nos miramos fijamente por unos instantes, había olvidado aquel sentimiento de esa noche. No me considero una mujer sumisa que insiste a pesar de las señales de alejamiento , debido a esto asumí su respuesta como claro ejemplo de que no le interesé en lo más mínimo.

—Gracias, descuida. Fue un accidente.— lo pasé de lado al decir esto y me retiré a mi oficina, pero pude notar que me siguió con la mirada.

Al llegar a mi oficina toqué mi pecho muy fuerte, una cosa es demostrar y darse su lugar, pero es más difícil dejar de sentir. No puedo entender qué me hace sentir tantas emociones al verlo y estar cerca de él, pero debo contenerme y respetar el lugar de la otra persona.

Casi era hora de finalizar la jornada, y todos nos reunimos en la sala de juntas, los Directores G. ya se habían marchado por lo que no había problema el dejar atrás el trabajo un poco para charlar.

—Y bien, ¿Qué les parece si la próxima semana organizamos un viaje un par de días?, Estaremos en descanso por lo que no supone un problema.

— Sí, vayamos todos— al final  el área de marketing nos convenció a todos y aceptamos.

Estaba guardando mis cosas para regresar a casa, el cielo se había despejado y salió un sol muy brillante y luminoso.

—Oye t/n, ¿Te gustaría tomar algo antes de ir a casa? —decía Shanks, titular del área de Gerencia.

—Claro, vamos.

«Si quiero dejar de pensar en "él " debo despejar mi mente»

Íbamos camino, me rodeó con uno de sus brazos y me acercó a su boca casi para besarme, uno de mis senos tocó su pecho lo cual hizo que se abultara un poco.

—Son grandes ¿verdad? —expresó una sonrisa pervertida.

—Dejala en paz Shanks —Lo regañaba Hancock titular del área de marketing.

Vi como "él" se acercaba a nosotros mirándome, dado el caso supuse que comeríamos sólo los titulares de las áreas.

—Bien, vayamos a comer —me soltó.

Llegamos al restaurante y todos pedimos nuestro platillo, comimos y charlamos hasta que se hizo de noche, Shanks y Hancock bebieron demasiado, por suerte alguien pudo llevarlos a casa sin problema.

Se tornó un silencio incómodo al estar ambos solos caminando a la entrada, el sonido de las pisadas se hacían escuchar una y otra vez, me sentía muy incómoda.

Ardiente Cómplice +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora