VIII

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— Eso sería todo, espero que tengan una agradable estadía y disfruten de su luna de miel —

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— Eso sería todo, espero que tengan una agradable estadía y disfruten de su luna de miel —

— Eh nosotros...—

Esta vez Stiles interrumpió a Derek, poniendo su mano sobre la de él y agradeciendo a la recepcionista con una sonrisa en su rostro.

— Lo siento por eso, pero si vas a dar un discurso a cada persona que nos desee una feliz luna de miel, se terminará volviendo incómodo — habló Stiles mientras entraban en el ascensor.

— Ok, tienes razón — Derek se encogió de hombros y entrelazó sus dedos con los del menor — es sólo para que no sospechen —

— ¿Y eso que importa? —

— Shhh cállate, sólo sigue el juego — Derek usó su mano libre para abrir la habitación, quedándose con la boca abierta cuando vio el interior.

Esto estaba a otro nivel, el ambiente era aún más romántico que el del primer hotel. También habían pétalos sobre la cama y sobre una mesita un pequeño balde metálico con hielos y una botella de champagne dentro, a un lado habían fresas y una fuente con chocolate. En la esquina del cuarto, el jacuzzi estaba listo, con más pétalos de rosa flotando y probablemente habían puesto alguna esencia en el agua, ya que olía muy bien. Y como broche de oro por la ventana podían apreciar una vista espectacular de la torre Eiffel.

El mayor corrió hacia el jacuzzi dónde se quitó la camiseta, ante la mirada atenta del castaño.

— ¡¿Pero qué haces?! — exclamó Stiles tapándose los ojos cuando los pantalones desaparecieron del cuerpo de Derek.

— Mmh, ¿Aprovecho el jacuzzi?, el agua está caliente —

Stiles separó un poco sus dedos para mirar entre estos y se relajó cuando notó que el mayor se había dejado puesta la ropa interior. Con pasos lentos se acercó al jacuzzi dónde tocó el agua, la temperatura estaba perfecta.

— ¿Por qué no te metes?; mira, tiene hidromasaje —

El menor miró un poco inseguro y trató de excusarse — Es que quiero comer fresas —

— Puedes comerlas aquí —

Sin decir nada más, Stiles fue a buscar las fresas y luego comenzó a sacarse la ropa con movimientos lentos, que provocaron que el mayor desviara su mirada hacia la ventana. Y sólo volvió a mirarlo cuando ya estaba dentro del agua.

— Toma — el castaño ofreció una fresa en la boca de Derek, para después llevar una a sus propios labios, el mayor miraba cada movimiento casi asustado por lo provocando en él, no sabía si Stiles estaba siendo que estaba sensual a propósito o si era su mente sucia jugándole una mala pasada.

En un movimiento que no pre-meditó tocó el pecho del contrario con su dedo índice, subió lentamente hasta tocar la clavícula y observó cómo Stiles le devolvía una mirada con los ojos bien abiertos, asustado. Rápidamente se disculpó, escondiendo su mano bajo el agua, sin saber que le pasaba o porque su cuerpo estaba reaccionando de esa manera hacia el amigo que conocía hace años ya.

Y poco a poco la incomodidad del momento desapareció cuando comenzaron a hablar de sus impresiones sobre España y sus expectativas sobre el resto de lugares que les quedaba por visitar.

Media hora después la esquina de la habitación era un desastre gracias a la guerra de agua que habían iniciado.

En la tarde se dedicaron a pasear, comenzando por supuesto por la torre Eiffel, donde subieron y admiraron la gran vista. Se tomaron muchas fotos juntos, riendo, haciendo muecas. Eran simplemente felices, sin tomar atención al cosquilleo en su estomago, a la adrenalina en su corazón cuando se rozaban, cuando tomaban sus manos para caminar entre la multitud.

Dentro de su itinerario programado, tenían planificada una cena romántica en un restaurant lujoso para esa noche pero, ambos desistieron. Stiles tenia la convicción de que eso era una actividad totalmente planeada para una pareja y seria un poco incómodo que asistieran juntos, el mas alto no quiso recordarle que esa mañana ellos habían compartido un baño en un jacuzzi repleto de pétalos rojos con un aroma afrodisíaco. Después de todo él tampoco quería asistir a esa cena, pero por otros motivos. Simplemente pensaba que si llevaba al menor a cenar, sería un lugar que reservaría pensando en él. Porque aunque estuvieran juntos en un viaje que no habían planeado para ellos, Derek estaba muy seguro de que Stiles no era un reemplazo. Era mucho más que eso.

Al final se decidieron por pedir comida a su habitación, que consistía en filete, pasta y vino. Cenaron simplemente vistiendo sus pantalones de pijama, mientras reían de tonterías sin sentido.

Al día siguiente Derek despertó emocionado, visitaría el "Louvre" y no podía creer todas las obras que vería, incluso algunas retratadas siglos atrás.

Estaba solo en la cama, pero podía escuchar el suave murmullo del agua cayendo en el baño, así que buscó su teléfono en la mesita de noche para revisar una vez más la ruta al museo, mientras esperaba su turno para ocupar la ducha.

Pero su teléfono no estaba por ninguna parte, haciendo memoria recordó que la noche anterior lo había llevado al baño cuando fue a cepillar sus dientes.

Se levantó y debatió unos minutos consigo mismo acaso sería correcto entrar o era una invasión a la intimidad de su amigo. Al final se decidió por entrar, sería sólo un minuto para tomar su teléfono. Además él había hecho eso muchas veces cuando aún iba a la universidad y compartía vivienda con Peter y Theo.

Suavemente giró la manilla para comprobar que no estuviera con seguro y sin hacer ruido, la puerta se abrió.

Derek se arrepintió al instante pero no podía irse, sus pies estaban clavados en el suelo y su mirada en Stiles que tenía el antebrazo apoyado en la pared sosteniendo su frente, su espalda se marcaba perfectamente mientras recibía la mayor parte de agua y su otra mano trabajaba de forma rápida, arriba, abajo. Pequeños ruidos salían de su boca y gracias a la posición en diagonal el mayor pudo observar como mordía sus labios tratando de acallar sus gemidos.

Derek podría jurar que nunca había visto una imagen más erótica en su vida, que se jodiera el Louvre y su Venus de Milo, él estaba observando el arte en vivo y en directo, en el baño de su habitación.

Se preguntaba a qué ente superior debía agradecer por las duchas con mampara de vidrio. Sin darse cuenta su respiración se estaba haciendo más pesada. El menor murmuró algo que por el ruido del agua no alcanzó a entender pero si pudo ver cuando su rostro se transformaba por el placer, observó cómo chorros de líquido blanco salían de su miembro y por un breve segundo se preguntó cuál sería su sabor.

Al darse cuenta de sus pensamientos, despertó de su estado conmocionado y salió rápidamente del baño, olvidando su teléfono. Cogió una toalla que afirmó estratégicamente frente a él, cubriendo su erección y en el momento que Stiles salió del baño con una sonrisa, Derek entró, apenas murmurando "buenos días" a su amigo.

Después del incidente de la mañana el museo perdió un poco su brillo, al menos para el mayor. Porque aunque estaba en uno de los lugares más famosos del mundo para observar el arte, él perdía la concentración cada vez que veía a Stiles sonreír, cada vez que miraba esos labios abultados y recordaba como se veían esa mañana siendo apresados por los dientes del castaño. Se preguntaba cuál sería su textura, ¿Serían tan suaves como se veían?.

Y el menor, totalmente ajeno a los pensamientos del otro, sólo podía reír cuando éste se quedaba callado en el medio de alguna explicación.

Marry me - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora