¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
∘˙܀ꔛ⚜︎ ܀˙∘ ⊹˙∘܀ ⚜︎ꔛ܀˙∘
𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐩𝐞
- Felipete regalará un hermoso ramo de flores antes de que te dirijas a un picnic en el bosque.
La tarde había caído suavemente sobre el bosque, y el sol se desvanecía en un manto dorado cuando Felipe llegó montando su elegante caballo. Con una sonrisa encantadora, se acercó y te presentó un hermoso ramo de flores silvestres. Cada pétalo brillaba con los colores vibrantes del atardecer, y al instante, sentiste que este gesto sencillo pero significativo hacía que tu corazón latiera más rápido.
Juntos, se dirigieron al lugar del picnic, un claro mágico rodeado de árboles altos que parecían susurrar secretos al viento. Allí, sobre una suave manta, se habían dispuesto almohadas coloridas que invitaban a relajarse. La canasta de picnic rebosaba de delicias: frutas frescas, panes crujientes, quesos variados y dulces caseros que parecían haber sido preparados con cariño.
Mientras compartían la comida, la conversación fluía con naturalidad. Felipe hablaba de su vida en el palacio, de las responsabilidades que conllevaba ser príncipe y de sus sueños de un futuro donde pudiera hacer una diferencia. Por tu parte, compartiste tus propios sueños, tus anhelos de aventuras y tu amor por la naturaleza. La risa y las miradas cómplices hacían que el tiempo pareciera detenerse.
A medida que el cielo se oscurecía, las estrellas comenzaron a brillar, y Felipe te guió para tumbarte sobre la manta y observarlas. Cada constelación parecía contar una historia, y tú te sentías afortunada de estar allí, compartiendo ese momento mágico con él. El silencio entre ustedes estaba lleno de una conexión especial, como si el universo estuviera conspirando para unir sus caminos.
Cuando la noche llegó a su punto más profundo, decidieron que era hora de regresar. Felipe te ayudó a levantarte, y juntos caminaron hacia sus caballos. Montaron juntos, él detrás de ti, asegurando su mano en tu cintura. La brisa nocturna era fresca, y el suave sonido del trote de los caballos acompañaba el latido de tu corazón.
Al llegar a tu hogar, la luna brillaba sobre ustedes, y Felipe detuvo su caballo. Se inclinó hacia ti, tomando tu mano con delicadeza. "Pasé una increíble tarde," dijo, su mirada intensa reflejando la sinceridad de sus palabras. Luego, con un gesto romántico, besó la parte superior de tu mano, dejándote con un suave escalofrío.
"Me encantaría volver a salir contigo pronto," agregó, y con una sonrisa que iluminaba la noche, te prometió que sería el primero en buscarte. Mientras se alejaba, no pudiste evitar sonreír, sintiendo que esa primera cita había sido solo el comienzo de una hermosa historia entre el príncipe y tú.
