𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭'𝐬 【 𝐌𝐞𝐭𝐚́𝐟𝐨𝐫𝐚 𝐃𝐞 𝐀𝐦𝐨𝐫】

ᴛᴜʟɪᴏ ⦅ 𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒆𝒍 𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐 ⦆

"𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐄𝐥 𝐃𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨"

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La noche había caído sobre El Dorado, y las luces doradas de la ciudad brillaban con un resplandor que parecía sacado de un sueño. Te encontrabas junto a Tulio, el carismático y astuto aventurero que había capturado tu atención desde el momento en que lo conociste. Tras el largo día, ambos se habían escapado a un rincón tranquilo cerca de la selva, lejos del bullicio de la ciudad y de las miradas curiosas de sus habitantes.

-Bueno, ¿no es este lugar algo impresionante? -dijo Tulio, recostándose contra una roca mientras miraba al cielo estrellado, con una chispa en los ojos que reflejaba su espíritu aventurero.

-Es hermoso, sí. Aunque supongo que tú ya estás acostumbrado a lo sorprendente -le respondiste, intentando no sonar demasiado fascinada.

Él se rio suavemente y negó con la cabeza. -No te creas. -Te miró, con una expresión que pocas veces mostraba, una mezcla de sinceridad y vulnerabilidad que no habías visto en él antes-. Este lugar... y tú... han sido de las pocas cosas que realmente me han dejado sin palabras.

Eso te tomó por sorpresa. Tulio era conocido por su astucia y sus bromas, pero no por sus confesiones sentimentales. Te miraste las manos, intentando no dejar que el rubor en tu rostro fuera tan obvio.

-¿Así que el gran Tulio está sin palabras? -le preguntaste, intentando aligerar el ambiente.

Tulio se rió, y en ese instante se acercó un poco más. -Bueno, quédate un poco más cerca y verás que tengo unas cuantas palabras que decir todavía, -susurró, con ese tono pícaro que era tan suyo.

Ambos rieron, pero al mirarlo a los ojos, el mundo pareció detenerse. La risa se desvaneció, y de repente todo era silencio, roto solo por el sonido de la selva a su alrededor. La mirada de Tulio se suavizó, y con una delicadeza que nunca esperaste de él, alzó una mano para acariciar tu mejilla.

-Sabes, no planeaba quedarme mucho tiempo en ningún lugar, -dijo en voz baja, su aliento rozando tus labios-, pero entonces llegaste tú... y empecé a dudar de todos mis planes.

Era una confesión sincera, sin trucos ni bromas, y sentías que tu corazón latía cada vez más rápido. Sabías que Tulio no era el tipo de persona que expresaba sus sentimientos abiertamente, pero ahora, en este momento, parecía como si él también estuviera dejando a un lado todas sus dudas.

-Tulio... -susurraste, sin saber exactamente qué decir.

Él sonrió y cerró la distancia entre ustedes, hasta que sus labios rozaron los tuyos en un beso suave, casi tímido, pero lleno de una ternura que no habías esperado de alguien como él. Fue un instante breve, pero eterno, y cuando se separaron, ambos se quedaron mirándose, como si estuvieran viendo al otro por primera vez.

-Así que... ¿quieres quedarte un poco más? -preguntaste, incapaz de ocultar la esperanza en tu voz.

Tulio te rodeó con sus brazos, recostándose contigo bajo las estrellas de El Dorado, como si el mundo más allá no importara en ese instante.

-Por ti, podría quedarme toda la vida.

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