" Luz en el Campanario "
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🔔ೄྀHabías entrado en Notre Dame esa noche buscando refugio, tratando de escapar de las sombras y del peligro que te había acechado en las calles. Jamás imaginaste que allí, en ese majestuoso templo de piedra y vitrales, encontrarías algo más que protección: encontrarías a Quasimodo, el campanero cuya amabilidad te envolvió desde el primer momento.
Quasimodo te recibió sin preguntas, sin juicios. Con una gentileza inesperada, te curó las heridas y te ofreció un rincón de su hogar en lo alto de Notre Dame. En ese campanario, entre el sonido de las campanas y la cálida luz que se filtraba al amanecer, fuiste descubriendo quién era realmente él. La ciudad entera ya lo adoraba. Los niños corrían a su encuentro en cada festival, las familias lo saludaban con cariño, y hasta los comerciantes lo invitaban a participar en las celebraciones. Pero por alguna razón, ninguno parecía ver lo que tú sí veías: el alma noble, generosa y profunda que vivía dentro de él.
Pasaron semanas y luego meses, y entre largas conversaciones y silencios compartidos, ambos comenzaron a comprender lo que sentían. Te habías enamorado de él. No por la adoración que los parisinos le mostraban ni por la bondad que todos reconocían, sino por la fuerza con la que Quasimodo había enfrentado cada dificultad, y por la ternura oculta en su mirada que solo unos pocos afortunados podían ver. Había en él algo tan puro y sincero, tan lleno de vida, que cada día al verlo sentías que tu corazón se llenaba un poco más de amor.
Una noche, mientras miraban juntos las estrellas desde el campanario, te decidiste a decir lo que sentías.
“Quasi… has sido para mí mucho más que un amigo. Has sido un refugio, una luz. No me importa cómo luces; solo importa cómo late tu corazón.” Lo miraste con una sonrisa tímida, esperando, sintiendo cómo tu propio corazón martillaba con fuerza.
Quasimodo te observó, incrédulo al principio. “¿En verdad... no te importo yo... así como soy?”
“No. Te amo exactamente así,” respondiste, tomando suavemente su mano.
Él respiró temblorosamente, una mezcla de alivio y alegría floreciendo en su rostro. Los recuerdos de Esmeralda aún habitaban su corazón, pero en ti veía algo diferente. No solo eras dulce y amable, sino que le amabas en su totalidad, sin reservas, y sin esperar nada a cambio. Para Quasimodo, fue como despertar en un sueño, uno en el que finalmente podía ser amado de verdad.
A partir de esa noche, Notre Dame cobró un nuevo sentido para ambos. Las campanas sonaban más alegres que nunca, y París los veía caminar juntos, con sonrisas cómplices y miradas llenas de ternura. Los días se llenaron de momentos sencillos, como leer juntos en la torre, intercambiar historias o mirar el horizonte en silencio, sintiendo la paz de saberse amados.
Quasimodo había encontrado en ti más que un amor: había encontrado la aceptación que nunca creyó posible.
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𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭'𝐬 【 𝐌𝐞𝐭𝐚́𝐟𝐨𝐫𝐚 𝐃𝐞 𝐀𝐦𝐨𝐫】
FanfictionPequeños relatos de diferentes personajes. Ningún personaje me pertenece solo la T/N o Reader como mejor les guste.