Capítulo 5

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Al momento que Alexander entra al auto comienza el interrogatorio de su madre.

-hijo ¿te encuentras bien? ¿qué te pasó?-preguntó muy alterada para el gusto de Alexander.

-sólo me sentí mareado y me caí, eso es todo-dijo en un tono frío ante tanta preocupación.

-pero pudiste golpearte con algo en la caída, ¿te revisaron?-

-sólo me caí y el doctor me ayudó-

-está bien, pero ¿no quieres ir un tiempo a casa? tal vez sería el estrés que te hizo desmayar-

-no, mamá, estoy bien. Tranquila- intentó no enojarse por la insistencia.

-hijo, no te estreses tanto podemos irnos en familia o puedes optar por sólo dar los exámenes libres-

-ya detente por favor...-dijo ya enojado- ¿pueden dejarme en el departamento?-

-pero-

-está bien, hijo- interrumpió su padre, no quería una discusión.

El resto del viaje fue en silencio absoluto entre ellos, Alexander estaba perdido en sus pensamientos viendo hacia afuera. Hasta que llegaron a su departamento.

Alexander se bajo, los miro y dijo con una sonrisa -discúlpenme por actuar así, muchas gracias por traerme y preocuparse por mí.
Adiós, que estén bien, los quiero-

-De nada, hijo, sí necesitas algo nos llamas-

-adiós, hijo- se despidió su padre, quien como suponen ya es un hombre de pocas palabras.

Alexander se despidió con un leve movimiento de mano y entró al edificio, subió hasta el piso 5 y se encerró en su departamento cerrando con fuerza la puerta, camino hasta su pieza y vio por la ventana, ellos no se irían, se estacionaron cerca para vigilarlo.

-malditos...-gruño Alexander enojado, necesitaba ir al hospital abandonado.

Tomó un polerón negro y una mochila la cual llenó con comida, sin olvidar la manta que pensaba necesitaría el albino. Y bajó por las escaleras del edificio, caminó hasta llegar a la salida trasera y corrió lo más rápido que pudo, sabía que sus padres serían capaces de seguirlo por su seguridad sí lo encontraban.

Miró hacia atrás, ocultándose en los edificios aledaños, no había nadie, lo había logrado, sintió un alivio y siguió corriendo hasta adentrarse en el espeso bosque donde debía utilizar la linterna de su celular, era fácil perderse ahí. Pero quizá por las ansias llegó antes que las veces anteriores, entró con su respiración agitada por todo el trayecto, descansando un momento y fue al subterráneo.

El pasillo, las escaleras otro pasillo hasta llegar a la puerta. Alexander entro lentamente para no asustarlo.

Observaba con cautela desde afuera para no darle una sorpresa y asustarlo.

El ser miraba desde una de las esquinas, se veía confundido con una mueca que Alexander no supo a que relacionar, pero hizo como sí nada y camino hasta quedar frente a frente.

Alexander se sentó en el piso y colocó la mochila en el suelo, el ser miraba extrañado todo lo que él hacia.

-toma -dijo Alexander ofreciéndole una galleta.

Él lo miro con el seño fruncido, pero tomo la galleta, la olfateo y mordió, saboreo lentamente como sí se sorprendiera de que tuviese un sabor, sus ojos brillaron y tragó toda la galleta sin vergüenza.

-más- pidió, Alexander lo miro atónito, esa voz era hermosa.

-claro...-hablo rápidamente con tal de no incomodar y le dio otra galleta- ¿Cómo te llamas?- dijo intentado no sonreír como un idiota de sólo escucharlo.

Luego de un rato donde comía su galleta, el ser lo miro y dijo:-yo... no lo recuerdo,¿Cuál es tu nombre?-

-Alexander pero llamame Alex, ¿por qué no recuerdas tu nombre?-

-...¿por qué regresaste?-

-y-yo...pues...-

-si no quieres decirlo está bien-interrumpió al verlo sonrojado y nervioso- no te obligare, gracias por la comida-

-s-sí... ¿por qué vives aquí?-preguntó intentando no sonrojarse, pero no sabía que estaba así desde que lo miró.

Esperaba una respuesta, pero el albino no parecía reaccionar, lo miraba muy atentamente, como sí en algún momento fuese a atacar, mas este reaccionó mirando hacia el suelo mientras apretaba sus manos.

-lo siento, es... es una larga historia...soy un experimento... este era el lugar donde debía quedarme o me matarían al igual que a mi familia...luego de una emergencia, porque se escapó uno de nosotros, el lugar empezó a desalojarse y me dejaron aquí...-

-perdona por preguntar...-dijo dolido de oírlo, aunque no diera ningún tipo de expresión.

-no tienes porque disculparte, no lo sabías ni es tu culpa-

-pero ¿por qué no sales?-

-¿y qué haría? No tengo familia, soy un fenómeno, no tengo otro lugar más que este...-

-¿por qué no vas conmigo?-preguntó emocionado. Pero lo asustó, se alejó un poco acomodándose en el suelo.

-...n-no lo haría... tengo miedo a los demás...-

-entonces ¿por qué no huyes de mi? ¿Por qué me hablas? -

-¿Qué quieres de mi?- se veía molesto.

-...¿a que te refieres?-

-nadie hace algo por alguien más sin nada a cambio...aunque no tenga nada, dime que quieres de mí- se veía cada vez más enojado hasta el punto de empezar a levantarse y parecer preparado para atacar.

-¡no son esas mis intenciones! Sólo...me preocupas- parecía que lo había calmado, volvió a sentarse y tener esa misma expresión neutral, no había socializado con nadie durante años.

-¿te preocupas por alguien que no conoces? ¿Que atacó a tus amigos?... ¿qué clase de humano eres?-

-tan sólo me preocupa que estés en un lugar así...sólo quiero ayudarte-

-no debes hacerlo...gracias de todas formas-

-está bien...ah toma-dijo sacando de su mochila la manta- bueno... yo sólo quería saber como estabas, buenas noches-

-Alex gracias...-dijo de manera neutra su rostro no denoto ningún sentimiento, pero observaba y acariciaba la manta por ser una tela extremadamente suave.

Alexander salió del lugar con una sonrisa, había hablado con él...su voz, sus ojos, su cabello, todo en él le parecía perfecto, pero le preocupaba por lo que le pasó

debió pasar por mucho por como actuó al hablar...

Fue hasta su departamento y se recostó encima de las sábanas, pensando en lo que pasó y en lo que hablaron, mirando al techo hasta que cayó rendido por el sueño cuando el sol empezaba a iluminar en el exterior.

Te encontré por casualidad ♢Yaoi/Gay♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora