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Tal y como lo había dicho, había empezado a leer el libro.

Wilbur se encontraba muy feliz con la lectura, hace una semana que lo está leyendo.

Aunque no era el mejor libro que había leído, le parecía entretenido para pasar la tarde.

Por lo que lleva leído, era sobre una historia de amor.

Le estaba costando un poco leerlo, pues era el único libro disponible en el lugar, por lo que cuando llegaba el pelinegro al lugar, el castaño tenía que detener su lectura y dejar el libro en su lugar para que el de gorro no lo notará.

Y así como lo predijo, el otro chico fue al mismo lugar para tomar el libro y llevarlo consigo mismo a la mesa para poder leerlo.

Y nuevamente Wilbur sin tener nada que hacer, observo al pequeño chico perdido entre las palabras.

Su curiosidad y ansiedad comenzó a brotar al ver las expresiones del otro chico mientras leía.

Carajo. Se moría de ganas de ir a su lado y leer lo que seguía del libro para entender el porque el chico, que por cierto, muy rara vez era expresivo, ahora se encontraba en una montaña de emociones.

La campana de la puerta sonó por la sala.

Y fue una pena que despertara a Quackity de su ensoñación en las letras y a Wilbur de la vista.

Al lugar entro un pelinegro.

Llevaba puesta una chamarra morada con mangas azuladas y su rostro era acompañado de una cálida sonrisa.

Miro con recelo como el chico se dirigió directamente al otro pelinegro, el cual lo recibió con una gran sonrisa.

Auch. El castaño siempre había intentado provocar algún gesto al de gorro y esté nunca le había si quiera devuelto la sonrisa.

Supuso rápidamente que era por la nula desconfianza.

Wilbur solo pudo reconocer como chico le hizo un pequeño gesto con la mano y el otro pelinegro se lo regreso, para segundos después sentarse a su lado para comenzar a platicar.

Sin darse cuenta sus ojos se perdieron en ellos.

¿Quién era él? Nunca había visto al pelinegro venir con alguien.

¿Debería intervenir? El chico de gorro se veía muy feliz con su lectura, y ahora no podía continuarla por la presencia del otro.

O sea el chico se veía feliz, pero vamos, el entendía perfectamente lo que era ser interrumpido en plena lectura.

Sin embargo sintió su cuerpo paralizarse al ver como el chico que hace minutos había llegado, alzó la vista a su dirección, provocando chocarán miradas.

Ups, había sido atrapado viéndolos.

Sintió que moría de vergüenza al ver de reojo como el chico soltó una pequeña risa y le susurró algo al chico a lado suyo.

Bien, si ya se había quitado la fama de chismoso con el otro chico, lo más seguro es que nuevamente la tendría.

Carajo, ¿Dónde estaba Roier, Cellbit, o cualquier otro de sus compañeros para cubrirle el puesto?

- Gracias, linda tarde -. Le dijo el otro chico mientras se encaminaba a la salida del lugar.

Al parecer ya se iría.

Por lo que Wilbur aún con la pena, le sonrió.

- Igualmente, vuelva pronto -. Sin duda quería que la tierra lo tragara.

Vio que el chico se quedó parado en la puerta. Fue fácil identificar que esperaba al de bufanda.

Así como también fue fácil saber que el pelinegro de ojos ambar, lo miraba fijamente, como si lo analizará.

- Hola Wilbur, Cellbit te busca para algo. Si quieres yo me encargo un momento de la recepción  -. Y dios por fin escucho sus plegarias.

Para sorpresa de Roier, quién esperaba que el otro chico se negara y le dijera que no iba a tardar nada con Cellbit, este acepto que lo cubriera sin dudarlo.

- Claro, las fichas de los libros que se han tomado están ahí. Vuelvo -.

Sin embargo antes de huir de la mirada penetrante del pelinegro con chamarra, quedó un poco consternado cuando vio a lo lejos, como el chico de gorro sacaba un lápiz y unos posting para escribir algo.

Sin embargo lo dejo pasar, pues asegurandose que el de bufanda no rayaba el libro, fue a buscar a Cellbit en la segunda planta de la biblioteca.

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3

;;El chico que no dejaba de analizar a Wil es Missa jaja

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