- ¡Saque la caja de esferas de tu zotano, espero no te moleste! -. Escucho el grito de Missa desde la planta de abajo.
No le dio importancia, pues estaba más concentrado analizando los libros que el otro azabache le había traído de la biblioteca.
Realmente lo agradecía, con lo sucedido hace semanas, las ganas de salir escaparon de su cuerpo cual agua en sequía.
Aunque admitía extrañaba un poco la biblioteca y su tranquilidad.
Y aunque no lo dijera en voz alta, al chico que atendía.
De alguna forma se había acostumbrado a su presencia.
Aunque ahora encerrado en sus cuatro paredes, podía encerrarse en su mente y escribir algunas cosas, aprovechando que la Universidad ahora estaba en vacaciones laborales.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un fuerte ruido de abajo y escuchar al chico gritar, bajo rápidamente al lugar, viendo efectivamente que Missa había roto algunas esferas.
- ¡Lo siento! ¡Es que se me resbalaron algunas! -. Quacks solo sonrió mientras negaba.
Missa no tenía remedio.
Y mientras el de chamarra morada recogía el desastre, el de gorro acomodaba su árbol artificial que Missa había sacado al parecer también de su zotano.
Y al acomodarlo perfectamente, estaba dispuesto a irse, sin embrago Missa lo detuvo.
- Se que ya no eres tan fan de las festividades, pero ammm...podrías decorar conmigo? Antes lo hacía con Spreen y, no tengo ganas de decorar mi casa, pero aprovechando que tu tienes árbol y... -. Y antes de que el chico se siguiera ahogando con sus palabras Quacks se soltó del agarre y se dirigió a las esferas.
Tal vez tengo que limpiarles un poco el polvo. Pensó.
Missa no dijo nada más y se volvió a acercar junto a una sonrisa.
Y mientras los dos decoraban el árbol, Quacks sólo podía mirar con orgullo y tristeza al chico.
Él era muy fuerte.
No como él.Missa tenía más familia en otra ciudad, sin embargo ahí estaba junto a él, sin dejarlo solo ni un segundo.
Rápidamente se paró de su lugar y se dirigió a su teléfono.
Sin perder tiempo le toco el hombro a Missa al mismo tiempo que señalaba el objeto.
El azabache entendió a lo que se refería y poso junto al árbol; así que Quackity tomó foto de aquello.
- Ey, ve los libros que te traje, el chico de la biblioteca me ayudó a escogerlos -. Le guiño un ojo, lo que provocó que Quacks rodará los suyos.
El chico de la biblioteca era raro.
Pero al mismo tiempo muy lindo y amable.
Sin perder tiempo volvió a ir por los libros.
Hojeo los primeros, sin embargo al ver el último, noto que resaltaba algo entre las hojas.
Una nota.
Y no era una nota cualquiera, era un número de teléfono.
Hey chico de los libros, soy el chico raro de la biblioteca.
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Llama a este número si necesitas otro libro ;)
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Libros ||Quackbur
FanficPorque a Wilbur le gustaba ver a Quackity sumergido en los libros, y al chico le gustaba sentir la mirada curiosa del castaño en él. Y si Quackity no podía hablar, ¿Qué más daba si su mirada decía más que mil palabras? 📚✨📚✨📚✨📚✨📚✨📚 ¡SE EMPAREJA...