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- ¡FELICES 21 PRIMAVERAS QUACKS! -. Grito un muy emocionado Missa en cuanto Quackity le abrió la puerta de su casa.

El de gorro sonrió por eso, llevando una mano a su boca mientras sus ojos se achinaban. Rápidamente se hizo a un lado mientras dejaba a su amigo pasar a su hogar.

No le costó mucho identificar que llevaba un pastel en las manos.

No era fan de ellos, pero no quería cortarle la ilusión al otro.

- Te traje un pequeño pastel, espero te guste mucho -. Quackity asintió mientras sacaba platos y tenedores de la cocina para repartir el pastel.

Por otra parte Missa andaba chismoseando el hogar del pelinegro mientras le agarraba el Internet para poner las mañanitas al mexicano.

- Tus primos me comentaron que iban a venir el fin de semana -. Quackity abrió los ojos con sorpresa.

Hace mucho no los veía, le hacía ilusión contarles todo lo que había pasado estos últimos meses que no se han visto.

¿Cuándo dijo Missa llegaban? Tenía que preparar la habitación extra para su llegada.

Y justo cuando le iba a ir a preguntar al otro chico, se escucho por toda la casa las tan características "mañanitas".
Al parecer Missa las había puesto en la bocina.

- Ahora si, ¡Estás soooon, las mañaniitaaasss que cantaaaba....! -. Y mientras el chico cantaba, el de gorro llegaba con los platos a la mesa junto a una gran sonrisa.

Enserió Missa hacia que sus días mejorarán. No le gustaban mucho sus cumpleaños, pues no eran lo mismo a años anteriores, pero los dos mexicanos habían prometido disfrutar sus días al máximo, así que tenía que cumplirlo.

Así que ya después de darle su respectiva mordida al pastel, y partir dos trozos para ellos, los dos chicos se sentaron en la mesa.

Hablaron un poco, Missa le decía todos los planes que tenia, mientras Quackity se quejaba porque pronto regresaría a la Universidad, y tenía que entregar un proyecto de metodología de lectura.

- Ni te quejes, que tu quisiste estudiar lengua y literatura -. Quackity agacho la cabeza con pesadez ante eso, pues aunque amaba la licenciatura, no evitaba sentir que aveces lo sobrepasaban los trabajos.

Y antes de hacer otra cosa, su teléfono vibro.

*Nuevo mensaje de "Chico raro de la biblioteca  :)" *

Missa pudo ver con claridad la notificación, pues el teléfono se encontraba boca arriba de la mesa.

Rió por el curioso nombre mientras el de gorro tomaba su teléfono.

- ¿Quién es, y por qué le pusiste ese nombre tan raro y largo?, No, espera, ¡Es el chico de la biblioteca! -. Descubrió junto una gran sonrisa que contagio al otro chico.

PORQUE NO ME HABÍAS DICHO QUE ERA TU CUMPLEAÑOS, WTFFF

Sonrió al leer el mensaje.

Se le había hecho muy gracioso comentarle en un mensaje sacado de tema que era su cumpleaños, sabiendo con completa certeza, que el otro no lo sabía.

Por lo que solo se limito a contestar con su tan característica carita sonriente.

- Uyyyy, esa sonrisa que te cargas, ¿Le diste las galletas que compraste en Navidad? -.  El azabache asintió, provocando que el otro chico riera en grande por eso.

Missa estaba tan feliz de ver como su amigo se abría con otras personas.

Y antes de que Quackity comentara algo,  una llamada entró a su teléfono.

"Luzu". Decía.

El de lunares mordió su labio con duda, ¿seria bueno contestar?

- ¿Hace cuánto no hablas con él? -. Quackity bajo la mirada. Ya sabía lo que venia.

- No te juzgo por haberlo rechazado cuando te pidió ser algo más. No está mal elegir tu paz mental antes de entrar en una relación Quacks, pasaron muchas cosas...así que es entendible. Sólo...tal vez no deberías evitarlo -. El de gorro asintió.

Sabía perfectamente que no era su culpa no haber aceptado al castaño cuando se le declaró hace un par de meses.

Realmente en ese entonces, no estaba listo para estar en relación con el español. A penas estaba viviendo su nueva "normalidad", no quería un cambio abrupto nuevamente.

Aunque no podía evitar sentirse mal por Luzu, ya que era un gran chico, así que prefería evitarlo para no lastimarlo más.

- ¿Jschlatt ya no te busco, verdad? -. Rápidamente Quackity nego con disgusto.

"Y ni que se atreava". Pensó fastidiado.

No lo odiaba.

Pero bien se podía ir al carajo.

- ¿Y qué onda con el chico de la biblioteca? -. El azabache aparto la mirada junto una sonrisa.

Y sin comentar nada, se paró del lugar mientras recogía los platos.

Missa soltó una gran risa por eso.

- ¿Qué? ¿De él no me vas a contar? -. Mencionó con burla mientras veía como el otro chico huía a la cocina.

Sin duda la convivencia de ellos mismos, sanaba heridas que alguna vez la vida les hizo.

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;;En la historia se mencionaran
personajes del DSMP, QSMP
y Minecraft extremo ;)

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