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LA GENTE ESTABA ENLOQUECIDA MIENTRAS LOS CHICOS DEL EQUIPO DEL TOURNEY CORRÍAN por el campo. Se oían fuertes vítores mientras Sam estaba de pie junto a Evie, tomándola de la mano mientras miraba emocionada el partido.
—Que suspenso, amigos. Quedan 47 segundos en el reloj. Y estan empatados. Halcones de Sherwood, dos. Caballeros, dos. Qué partido entre los mayores rivales de Auradon —El locutor habló desde la banda. Sam miró cómo el equipo pedía un tiempo fuera, lo que la hizo mirar a los jugadores del banco.
—Los equipos entran en sus campos y se ubican en la zona de riezgo. ¡Akiho! Los dragoneos han estado lanzando una lluvia de fuego—,aulló el locutor por el micrófono mientras Sam apretaba la mano de Evie, esperando a que metieran a Jay o a Carlos en el partido. Lonnie se sentó junto a ellas y saludó a Sam chocando los cinco.
Vio como ponían a Chad en el juego, pero sus ojos y su sonrisa se ensancharon cuando vio a Jay y Carlos levantarse. Parecía emocionada al ver al entrenador ponerlos en el juego, haciéndola aplaudir con fuerza junto con Evie.
—Eligio al impetuoso Jay de la Isla de los Perdidos y al pequeño Carlos que casi no puede sostener un escudo—Sam miró al locutor. Si las miradas mataran, él estaría a dos metros bajo tierra. El locutor miró al público riendo, pero cuando vio la dura mirada de Sam, sus ojos se abrieron de par en par y se dio la vuelta.
—Cuando esten en sus posiciones, esto sera un gran momento. Y empezo de nuevo.—Salen de sus posiciones y corren hacia el campo.—Aquí vamos. Pase largo para Jay. Jay pasa el balón al príncipe Ben. Buen bloqueo de Carlos. Hace una pequeña danza en la cara de su oponente—Sam se rió de la emoción de Carlos, haciendo su baile en el campo.—Y ahora Jay recupera la pelota. ¡Aquí viene Jay! Jay, logra esquivar en el medio campo.—El locutor continuó.
—Jay hace un pase al príncipe Ben por la zona de riesgo—Sam se mordió ligeramente el dedo mientras miraba el partido, y suspiró al ver cómo el disparo era bloqueado por el rival.—¡Oh, qué salvada de Philip, el portero de los Halcones!—.
Sam mantuvo los ojos fijos en el partido, sin concentrarse en nada más. Realmente deseaba estar en el campo.—Quedan 23 segundos. La tensión se puede cortar con una espada—, bromeó el locutor. El público se quedó callado un segundo, expectante. Evie agarró de nuevo la mano de Sam, apretándola.—Pase largo del balon a Jay. Jay, que buena jugada, gran salto. Un buen movimiento de Jay. Buen bloqueo de Chad. Jay se la pasa al Príncipe Ben. Carlos con un buen bloqueo, cae. Jay atraviesa la zona de riesgo, se acerca a Carlos. Oh, está recibiendo el fuego del dragón. Igual, continúa. Jay, salta en el medio campo. Está en el claro. El balón vuelve a Jay. —
—¡Vamos Jay!—Sam gritó, animando a su mejor amigo. Vio como saltaba sobre el escudo de Carlos, y se lo pasaba a Ben.
—Se la pasa al príncipe Ben. Anota!—Sam y Evie saltaban mientras gritaban, felices de que el equipo ganara el partido.—¡El príncipe Ben lo ha ganado! ¡Qué jugada tan generosa de Jay! ¡Qué equipo! ¡Increíble! Y son los chicos nuevos, Jay y Carlos, quienes le permiten al príncipe ser el ganador. ¡Qué gran victoria! Un final maravilloso para uno de los mejores partidos de la historia. Aquí están, amigos. Los ganadores del primer...—
