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PASARON SIETE MESES DESDE LA DESTRUCCIÓN Y EL CAOS que tuvieron lugar en el baile del Rey Benjamín, y desde entonces, muchas cosas habían cambiado.
Mal y Ben solucionaron sus problemas, Evie y Doug empezaron a llamar a su relación como lo que era, Jay se quedó como el soltero de los Hijos de los Villanos, y Carlos empezó su relación con Sam.
Los dos estaban en ese momento en una cita, una clásica salida de picnic con la manta roja y blanca, y diferentes alimentos colocados en la cesta que ambos habían cocinado ellos mismos.
Sam llevaba la vieja camiseta de Carlos, junto con su abrigo rojo y blanco, recostada y observando el sol. Carlos llevaba un jersey negro de cuello alto, tumbado en el regazo de Sam mirándola a la cara, sentado en silencio.
—Mirar fijamente es espeluznante, sabes—.Sam se rió, mirando a Carlos con una suave sonrisa.
—No es mirar fijamente, es admirar—.Carlos rió, su corazón volando en círculos al ver esa dulce sonrisa, que veía todos los días.
—Oh, cállate.—Sam siguió riendo, antes de sumirse en sus pensamientos.
Carlos pareció darse cuenta. Se incorporó y la agarró de la mano, frunciendo el ceño ante la expresión sombría de su rostro.—¿Qué pasa?—
—¿Qué pasa cuando ya no estemos juntos?—.Sam habló suavemente, mirando a Carlos mientras negaba con la cabeza.
—Sam, pensé que ya habíamos dejado de pensar en...—
—¡Oh, pero no lo hemos hecho!—Sam habló, levantando ligeramente la voz.—¿Qué pasó cuando nos separamos, qué pasará cuando todo se venga abajo?—.
—No podemos venirnos abajo cuando nos va tan bien—.Le susurró Carlos, sosteniendo su cara entre las manos.—Les ha pasado a otros, pero no nos pasará a nosotros—.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?—Ella apoyó la cabeza en la suya, escuchándolo suspirar satisfecho mientras ambos cerraban los ojos.
—Porque somos tú y yo—.
Sam negó ligeramente con la cabeza, abriendo los ojos sólo para mirar los párpados cerrados de él.—I got a lot of things; I have to do. All these distractions.—Sam empezó a cantar, viendo como los ojos de Carlos se abrían para mirarla fijamente.
—Our future's coming soon.—Carlos terminó por ella.
Sam se apartó ligeramente de su frente, sus ojos fueron al suelo.—We're being pulled, a hundred different directions.—
—But whatever happens, I know I've got you.—Carlos interrumpió, llevándola a buenos pensamientos en lugar de malos.—You're on my mind you're in my heart, it doesn't matter where we are. We'll be alright.—Carlos se levantó de su sitio en la cobija, extendiendo la mano, viendo como Sam la agarraba lentamente.—Even if we're miles apart!—
Sam sonrió mientras Carlos la agarraba ligeramente por la cintura y le rodeaba los hombros con los brazos.—All, I wanna do.—Empezó, Carlos uniéndose a ella.—Is be with you, be with you. There's nothing we can do!—
Carlos la levantó con cuidado por la cintura, observando y riendo entre dientes cómo se asustaba al ser levantada.—And no matter where life takes us, nothing can break us apart!—La tomó de la mano, haciéndola girar, antes de hacerla girar hacia sus brazos.—I just wanna be with you!—
—I just wanna be, with, you.—Terminaron, abrazados. Intentaron darse un beso, antes de oír las campanas de Auradon, señalando el nuevo toque de queda que se había establecido. Los dos soltaron una risita mientras se apresuraban a limpiarse y a correr hacia sus dormitorios, tomados de la mano.
Habían disfrutado el uno del otro durante los últimos meses. Pero esto, era sólo la calma antes de la tormenta...
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