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EL RESTO DE LA CORONACIÓN SE CONGELÓ, TODAS EXCEPTO LOS HIJOS DE LOS VILLANOS que no lograron completar su objetivo. Maléfica se lo estaba pasando en grande.
Mientras cantaba una suave melodía, se metía con los miembros de la realeza que permanecían congelados frente a ella, inclinando la corona de Ben y metiéndose con su padre, y arrebatándole la varita al Hada Madrina mientras Mal sollozaba.
Sam levantó la espada mientras veía a la madre de su amiga caminar delante de ellos.—Aw... ¿Porque se enamora? Es ridículo. No es lo que tú quieres—,le dijo a su hija.
La voz de Mal se había elevado mientras hablaba con la villana.—Tú no sabes lo que quiero—Gritó ella, con lágrimas cayendo de sus ojos.—Mamá, ¿alguna vez me preguntaste a mí qué era lo que quería? Somos distintas—.
Maléfica miró a la multitud con su arrogancia habitual.—Es evidente. He tenido años y años y años y... Años de práctica malévola. Ya lo lograrás—,fue rápidamente reprimida por su hija de cabello morado.
—No, no quiero hacerlo— finalizó Mal, haciendo que la sonrisa arrogante de su madre se convirtiera en un ceño maligno.—Y desearía que tú jamás hubieras logrado ser tan mala. El amor no es débil ni ridículo. En realidad, es algo asombroso—.Sam no se dio cuenta de que Carlos miraba en su dirección, pero estaba concentrada en cómo la palabra amor le hacía venir a la mente.
—Yo sé una cosa, jovencita. No debe de haber lugar para el amor en tu vida—.Maléfica miró detrás de Mal con una sonrisa burlona, al ver que Sam le llamaba la atención. Utilizó su cetro para elevarla en el aire, haciéndola avanzar.—Y por lo que parece que está pasando con el chico perro de ahí, Sam no lo tiene tampoco—.Sam luchó mientras era sostenida en el aire, sus amigos gritaban su nombre, protestando para que Maléfica la bajara.
—Tu padre estará muy decepcionado—.susurró Maléfica al ver que a Sam se le llenaban los ojos de lágrimas. Tiró a Sam a un lado, haciendo que Carlos y Evie corrieran hacia ella para ayudarla.
Mal vio como su madre se reía, aprovechando para robarle la varita.—¡Te ordeno, te mando, varita a mi mano!—.Efectivamente, la varita fue a parar a la mano de Mal, sus amigos soltaron carcajadas secas de sorpresa.—¡Ja! ¡Se la quite!—Sam estaba a su lado con un brazo alrededor del hombro de Carlos.
—Yo creo que no. Esto ya es tedioso e inmaduro. La varita. Dame la varita!—apremió Maléfica, como si le entrara el pánico por dentro.
Carlos extendió la mano abierta hacia Mal, impidiéndole moverse.—Resiste, Mal. Puede que el bien sea más poderoso que el mal—.murmuró.
—¡Ay, que divertido! ¿Es en serio? Arf!—Carlos se estremeció un poco, pero Chico saltó para salvar el día mientras saltaba sobre Maléfica. Ella lo apartó rápidamente mientras él huía, antes de empezar a gritar.
—¡Basta! Se arrepentirán de esto—.Un humo verde la rodeó mientras se convertía en un enorme dragón. El grupo de cinco corrió y comenzó la batalla por su libertad.
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SALTO DE TIEMPO DEBIDO A LA PEREZA DE LA AUTORA
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Tras la intensa mirada de Mal con su madre, Maléfica dejó de ser vista como la gran dragona. El grupo de cinco se quedó confuso, antes de caminar hacia delante.
—¿Qué es lo que pasó?—Preguntó Evie mientras caminaban.
—No tengo idea—.Mal respondió.
—¿Tú, hiciste eso?—
—¡No lo sé!—
—No, no, no, no.—El Hada Madrina se dio a conocer a la sala.—Tu madre lo hizo. Se encogió al tamaño del amor de su corazón. Así que está muy pequeñita—.
Mal se inclinó hacia su madre, que siseó ante su rostro cariñoso.—¿Sera tan pequeña para siempre?—,preguntó.
—Bueno, para siempre es un largo tiempo. Tú ya sabes amar. Ella lo hará—. El Hada Madrina sonrió a sus alumnos.
Mal se levantó y les entregó la varita.—Evidentemente esto es suyo—.El Hada Madrina tomó con gusto la varita en sus manos, sonriendo mientras le devolvía el anillo a Mal.—Todos han aprobado con diez la clase de bondad—.El grupo de niños se rió y vio cómo el Hada Madrina se daba la vuelta y agitaba la varita.—¡Bibbidi-bobbidi-boo!—
Un fuerte rugido sonó cuando todos se descongelaron, Ben comenzó a cargar hacia Mal, quien le puso una mano en el pecho para detenerlo.—¡Okay, okay! Ya, tranquilo, ya lo solucionamos—.Ella se rió de él, haciéndole sonreír.
Ben tomó a Mal por la cintura, haciéndola girar con amplias sonrisas en sus rostros.—La próxima vez, yo te rescato, ¿okay?—.bromeó Ben.
—Sí. Qué tal si no hay próxima vez, ¿okay?—.Mal soltó una risita, pero su sonrisa desapareció al ver a Jane siendo disciplinada por su madre. Palmeó suavemente el pecho de Ben, antes de abandonar su cálido abrazo.—Ahora vuelvo—.
Sam sintió una mano en su hombro, girándose para ver a Lonnie sonriendo tristemente.—Estoy, tan, tan apenada, por la forma en que actué con ustedes. Como si fueras alguna clase de marginada que no pertenecía—.Lonnie admitió, causando que Sam sonriera.—No los defendí de Audrey y Chad en el día de la familia, pero me gustaría compensarlos—.
—¿Cómo harás eso?—Preguntó Sam, levantando una ceja.
—Estaba pensando en convertirme en tu amiga primero—.Lonnie sonrió, agarrando fuertemente la mano de Sam.
Ella sonrió a la chica frente a ella.—De acuerdo Lonnie.—Ella sonrió, apretando la mano de Lonnie ligeramente. Sus cejas se arrugaron cuando Lonnie se inclinó en su oído, susurrando.
—Y para ayudarte a salir con Carlos—.
La cara de Sam se puso completamente rosa cuando Lonnie se alejó riendo. Ella se sacudió cuando sintió a Carlos poner su brazo alrededor de su cintura. Ella reaccionó poniendo un brazo sobre su hombro, caminando hacia el grupo.
Jay puso sus brazos alrededor de Mal y Sam, quienes sostuvieron sus brazos bajo su cintura. Jay mantuvo una sonrisa brillante.—¡Que inicie la fiesta!—Gritó Jay, haciendo que el grupo estallara en un ataque de risa.
—¡Ohayohay Hey!— gritaron todos.
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