𝑣. ᴀsᴜsᴛᴀᴅᴏ

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ASUSTADO
𝑤𝑎𝑟𝑟𝑖𝑜𝑟

ASUSTADO𝑤𝑎𝑟𝑟𝑖𝑜𝑟

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CARLOS HABÍA ACABADO LLEGANDO AL CUARTO DE LAS CHICAS, aburrido después de las pruebas del torneo y de su entrenamiento de atletismo. Sam y él decidieron dar un paseo rápido hasta que Jay volviera de hablar con el entrenador.

Caminaron alrededor de la escuela hasta que llegaron a un pasillo vacío. Habían estado caminando en silencio todo el tiempo, considerando que cualquier tema del que hablaran podría revelar su plan. Cuando se adentraron en el pasillo vacío, Sam empezó a hablar.

—¿Crees que podremos lograrlo?—preguntó Sam en voz baja, con cuidado por si alguien podía oírla.

Carlos se giró un poco para mirarla.—Ustedes pueden. Yo no creo que pudiera hacerlo—murmuró mientras detenía sus pasos.

Sam le siguió, con el ceño fruncido.—¿Por qué dices eso?—

Carlos suspiró.—¿Alguna vez has pensado en, ya sabes, no ser mala?—preguntó, haciendo que Sam pensara en sus palabras.—¿Cómo sería la vida aquí, si pudiéramos ser nosotros mismos? ¿En vez de seguir a nuestros padres a todas partes?—

Sam miró a su amigo.—Lo sé, pero no puede ser—habló ella, escuchando de nuevo el suspiro de tristeza de Carlos.—Nuestros padres son villanos. Nosotros somos sus hijos. No hay final feliz para nosotros. Es la única razón por la que vivimos—.

Carlos agachó la cabeza mientras comenzaba a caminar de nuevo. Acabaron en un silencio incómodo mientras a Carlos le venía otra pregunta a la cabeza.—¿Tienes miedo de hacer esto?—

Sam caminó a su lado, dejando escapar un pequeño asentimiento.—Sí, pero no hay espacio para el miedo. Tenemos que hacerlo—,murmuró.

—Al menos lo haremos juntos—.Carlos envió a la chica una pequeña sonrisa.

Sí. Juntos.
























EL GRUPO TENÍA POR FIN A JAY, que había irrumpido en la habitación con una camiseta del torneo de Auradon

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EL GRUPO TENÍA POR FIN A JAY, que había irrumpido en la habitación con una camiseta del torneo de Auradon. Evie y Carlos estaban felices por él, pero a Sam le preocupaba el cariño que le estaban tomando mientras se sentaba junto a Carlos.

—¿Funcionó el plan con Jane? ¿Te llevara a la varita?—preguntó Jay, después de presentarse con alegría.

Mal lo miró, irritada.—¿Crees que estaría perfeccionando cada hechizo de este libro... ¡¿Si no hubiera fallado por completo?!—Gritó Mal, haciendo que Jay saltara de sorpresa.

—Oh, alguien amaneció de mal humor—.Jay habló mientras Carlos y Evie soltaban risitas. Mal suspiró mientras cerraba su libro.

—¡Mi mamá cuenta conmigo! No la defraudaré—.Mal dijo tristemente, mirando como Sam miraba al vacío. Sam volvió a la realidad cuando escuchó a Jay.

—¡Podemos lograrlo!—Jay gritó de repente, haciendo que cada chico lo mirara confundido.—Hay que estar unidos—.

Sam se rió, tomando su libro del suelo.—Mírate, todo sobre el trabajo en equipo—habló ella, haciendo que él sonriera.

—Y no regresaremos hasta lograrlo. Somos malos...—Mal habló.

—De corazón—.Todos terminaron por ella. Hubo un silencio que llenó la habitación, antes de que Evie dejara de coser y mirara al grupo.

Se puso la mano bajo la barbilla.—Ah, sí. El hada madrina usara la varita con Ben en la coronación a la que iremos. Y yo no tengo nada que ponerme—.El grupo miró a Evie con una mezcla de agradecimiento y enojo, por no haber mencionado algo antes. Ella se encogió de hombros, ajena a por qué la miraban.—¿Qué?—

Su conversación se vio interrumpida cuando llamaron a la puerta. Mal se levantó de la cama, abriéndola para revelar al Príncipe Ben.

—Que tal, Mal—.Ben saludó nervioso, haciendo que Mal levantara una ceja.—No los vi hoy. Me pregunto si tienen alguna o hay algo... Que... necesiten...—

Mal miró a sus amigos, que negaron con la cabeza, antes de dirigirse al príncipe.—No que yo sepa—,aseguró.

Ben dejó escapar un pequeño suspiro, antes de dar una palmada.—Okay. Que bien. Bueno, eh, si quieren algo, sólo, eh ... —

—¡Oh, espera!—Ben miró de nuevo a la chica con una pequeña sonrisa tímida.—Um, ¿es cierto que iremos a tu coronación?—.Mal señaló a los presentes.

Ben asintió, respondiendo a su pregunta.—Sí, irá todo la escuela—,explicó, sonriendo.

—Wow. Eso es emocionante—.Mal fingió estar emocionada mientras sus amigos la miraban.—¿Crees que los cuatro podríamos sentarnos en primera fila junto al Hada Madrina, para que se nos pegue esa bondad?—,preguntó.

La sonrisa de Ben desapareció mientras suspiraba.—Ojalá pudieran. Adelante sólo estoy yo, además de mis padres y mi novia—.explicó Ben. Se encendió una bombilla en la cabeza de Mal.

—¿Y tu novia?—

Ben asintió. —Sí. Perdona—.

Mal se quedó callado unrato, antes de reunir una sonrisa falsa, dirigiéndola a Ben.—Gracias, hasta pronto.—Cerró la puerta en la cara de Ben, girándose para mirar a sus amigoscon una sonrisa de satisfacción.—Creo que haremos que Bennyboo se consiga unanueva novia—. Mal palmeó hacia su libro, Carlos lo agarró y se lo lanzómientras ella lo atrapaba. —Quiero un hechizo de amor—.

 —Quiero un hechizo de amor—

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𝐖𝐀𝐑𝐑𝐈𝐎𝐑 | ᶜᵃʳˡᵒˢ ᵈᵉ ᵛⁱˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora