[capitulo 3]

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En cuanto Minho puso un pie fuera del estudio de Jungkook, él realmente no perdió el tiempo y habló, de una manera muy directa a mi parecer.

—Hay que hacerlo —Se sacó los zapatos.

—Impresionante, pareces un niño en su plena juventud —Intenté quitarme la sudadera.

—No te quites la ropa —Dió un paso hacia mi —Eso debes dejarlo para mí.

Es aquí donde confirmo que no podré aguantar mucho este trato.

Este contrato no tiene fecha de expiramiento, a menos que los involucrados lo deseen, deberán volver a firmar su final. El artista involucrado Jeon Jungkook, tiene como regla ser discreto en su máximo esplendor, al igual que la señorita Lalisa Manoban, quién recibirá una demanda de alta cantidad, si dice alguna palabra sobre lo que suceda entre los dos involucrados.

Queda estrictamente prohibido que alguno quiera involucrarse de manera amorosa y personal.
Este contrato puede volver a empezar si alguno lo desea y acceden.

¿Cómo no voy a enamorarme de éste hombre? Pues tendré que hacerlo, ya he firmado.

Jungkook me tomó por la cintura, su mano izquierda se adentró a mi espalda, al sentir su toque frío solté un jadeo. Ya no podía hacer más, así que me dejé llevar.

Mientras el metía sus manos por debajo de mi sudadera, con las mías lo acerbacaba más a mí. En un momento ágil él me subió al escritorio y me sentó.

Rápidamente eliminó mi sudadera, dejándome sólo en sostén, al mirarme, el relamió sus labios, provocando que yo me pusiera sumamente nerviosa.

—Hoy vas a tocar el cielo, meserita.

Jungkook inundó sus rostro sobre mis pechos, haciendo que soltara un gemido bajo. No aguanté más y le quité la sudadera que también él llevaba puesto.

Dios mío, que cuerpo.

En un movimiento ágil, Jeon desató mi sostén, dejando ante su merced mis pechos, y él no lo pensó ni dos veces cuando se llevó uno de ellos a su boca, gemi por tal acción.

De verdad nunca me imaginé estar así con él, pero realmente era un sueño hecho realidad.

De un momento a otro, ambos estábmos desnudos, y él dándome placer por doquier, sus embestidas eran muy necesitadas.

—Me gustaría deleitarme con tus gemidos linda, pero aquí no —Con su mano izquierda tapó mi boca.

Verlo a los ojos mientras me penetraba era realmente estar tocando el cielo, jamás me lo habían hecho como él.

Ambos llegamos al orgasmo, pero antes de que el sacara su flujo, salió de mí, limpiándose con un pedazo de papel, no debíamos correr riesgos.

—No estuviste mal —Me sonrió mientras subía sus boxers —Te pediré tú taxi.

—No es necesario, lo haré yo —Me encogí de brazos.

—Me hiciste un favor Lisa, el primero lo pago yo —Me dió la espalda.

Auch, eso dolió.

Aunque prácticamente si es un favor, no me gustó la manera en que lo dijo. Vamos Lisa, no es tú novio para que deba cuidar lo que sale de su boca.

Contrato de Confidencialidad |Lizkook| +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora