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-Ahora quítate las bragas. - Dijo Aidan roncamente cuando la corta falda se deslizó hacia abajo enroscándose a sus pies. - Quiero verte completamente desnuda, vestida sólo con los tacones. - Las bragas blancas de seda cayeron a continuación, uniéndose con rapidez a la ropa que estaba en el suelo. Oyó como Aidan suspiraba y no estaba muy segura de cómo interpretar ese sonido. Se mordió el labio inferior, sintiéndose de nuevo avergonzada e insegura de su cuerpo. ¿Estaba excitado o irritado? No sabría decirlo. No debería importarle. - ¿Te depilas completamente el sexo? - Dijo él con voz ronca. - ¿Siempre lo has tenido depilado? - Ella asintió, todavía demasiado avergonzada para mirarlo a los ojos. - ¿Por qué? - Murmuró él. - ¿Te gusta lo sensible que se vuelve cuando te masturbas? - Su cara enrojeció subitamente, dándole la respuesta. _______ desvió la miraba. - Demuéstramelo. - Ordenó con voz arrogante y posesiva. - Siéntate, separa las piernas, y demuéstrame cuánto te gusta tocarte. -

-Aidan... -

-Demuéstramelo. - La interrumpió, callando su protesta. - Tu sexo ahora me pertenece, _______. De ahora en adelante, lo usarás sólo para complacer a tu marido, no para ti misma. - Luchó por recuperar el aliento. Este hombre tenía el don de la palabra. _______ sabía que ésta iba a ser la masturbación más corta de su vida pues ya estaba a punto de correrse.

-De acuerdo. - Susurró.

Sentada enfrente de él, abrió las piernas de par en par colocando una sobre cada reposabrazos. Podía sentir su mirada penetrante clavada descaradamente en su coño expuesto, una mirada que la marcaba como hierro candente.

-Tócate. - Dijo con voz ronca. Él se desabrochó los pantalones y liberó su erección de la prisión en que se encontraba. Era larga y gruesa, con una vena que se marcaba en el medio, de la raíz al glande. - Juega con tu coño para mí. - _______ deslizó los dedos hacia abajo hasta encontrar el clítoris. Se mordió el labio al ver como la contemplaba con la mirada excitada. Cerró los ojos y comenzó a manipular su clítoris, frotándolo circularmente hasta que su respiración se fue volviendo más y más pesada. - Muy bien, buena chica. - Dijo con tono grave. - Sigue frotándote el coño para mí. De ahora en adelante tendrás que pedirme permiso antes de acariciarte. ¿Lo entiendes, _______? - En algún recóndito lugar de su mente, _______ encontró las fuerzas necesarias para asentir. - Este coño ahora es mío… - Le recordó posesivamente. - Y nadie lo tocará sin antes pedir permiso a su dueño. - _______ jadeó y la pasión se arremolinó en su interior formando un nudo en su vientre. Continuó restregando los dedos sobre su coño mojado, el clítoris hinchado le palpitaba clamando por la culminación. Oyó entrar al ayudante personal de Aidan y, por un momento, consideró la idea de parar. Pero sabía que eso no le gustaría a su marido. Continuó masturbándose, más allá del límite en que podría importarle si alguien la miraba. Es más, saber que otro hombre la estaba observando sin que ella lo viera ya que tenía los ojos cerrados, hacía que se excitara aún más si eso era posible. Se acarició más fuerte y un quejido suave escapó de sus labios. - Espléndido… - Murmuró Aidan con voz excitada. - Exquisito. - En ese momento, _______ se corrió con un gemido ruidoso, sintiendo como la sangre encendía su cara. Los pezones erectos, dilatados e hinchados. Su aliento entrecortado y jadeante. - Eso será todo por ahora. - Oyó que Aidan murmuraba a Tom, su auxiliar. Abrió los ojos y observó como su marido aceptaba una copa de brandy. - No necesitaremos más de sus servicios hasta que el avión aterrice. -

-Por supuesto, Sr. Gallagher. -

Tom se retiró con expresión impasible pero el bulto de sus pantalones contaba otra historia. Aidan entrecerró los ojos y la miró, diciéndole sin palabras que no consentiría que mirara la ingle de su ayudante.

¿Entonces por qué permitió que su ayudante mirara como se masturbaba? Se preguntó vacilante. Sin embargo, se dio cuenta de que ya sabía la respuesta; Aidan probablemente había querido exhibir su posesión ante un varón inferior a él, otra muestra de dominación sobre ella. No sabía si sentirse insultada o adulada por el hecho de que él la encontrara digna de exhibición.

𝐏𝐞𝐜𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐬 [ᎀᎅᎀ᎘᎛ᎀᎄɪᎏ́Ɏ] (𝓐. 𝓖.) [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora