-No puedo creer que no permitas que me vista. - ______ reclamó a su marido. Sonrió tímidamente al empleado que le estaba sirviendo la cena, luego se volvió hacia Aidan mientras el sirviente desaparecía tan discretamente como había llegado. El comedor en que se encontraban era enorme y espacioso, decorado en estilo español. Los pensamientos de _______ volvieron a centrarse en su desnudez. Éste era el tercer día que pasaba en la isla y todavía no había podido ponerse ni una sola prenda de ropa. La buena disposición que había empezado a experimentar hacia su marido la noche de bodas se había disuelto, y la irritación había ocupado su lugar. - De saber que iba a ser tratada de esta manera... -
-¿Qué habrías hecho? - Murmuró Aidan, y sus ojos penetrantes se clavaron en los de ella. Se habría casado con él igual y los dos lo sabían. Era eso o observar impotente como ponía en la calle a su madre y a su hermano.
-Espero que estés disfrutando... -
-Muchísimo. -
-...porque no va a durar para siempre. - Él arqueó una ceja.
-¿No piensas cumplir tu parte del acuerdo? - Él acercó su vaso de Pinot Grigio a los labios. - Qué poca deportividad por tu parte, amor. -
-Encontraré la manera de recuperar Taylor Chemicals. - Masculló ella. - Ya lo verás. - Sentenció.
_______ se preguntó inútilmente por qué había estado atacándolo todo el dia. Su desnudez no le había molestado tanto los dos primeros días de su luna de miel, ¿entonces por qué ahora...?
Frunció el ceño. Se negaba a aceptar que quizás se sentía rechazada porque, hasta el momento, él no había intentado consumar el matrimonio. De hecho, no la había tocado desde la noche en que tomó su virginidad anal. Ahora se sentía absurda por haber albergado semejantes ideas románticas sobre él después de que eso hubiera pasado. Su orgullo, reconoció, se resentía al sentir su rechazo evidente. Aidan posó el vaso de vino blanco y chasqueó las yemas de los dedos.
-No tienes ninguna posibilidad de recuperar la compañía y ambos lo sabemos. Ahora quiero ver como desaparece tu enfado y comes.- _______ bufó, poniendo los ojos en blanco.
-Querer es poder. Además soy alérgica al espárrago. -
Juraría que sus amenazas no lo habían preocupado ni lo más mínimo, sin embargo, curiosamente, el comentario sobre su alergia sí que pareció molestarle.
-Lo siento, amor. No lo sabía. Te pediré otra cosa. - _______ movió rápidamente una mano para posarla sobre la de su marido.
-Por favor, no toques el timbre. - Dijo tímidamente. - Casi prefiero comer el espárrago antes de que alguien más me vea desnuda. - Le pareció que su mirada se suavizaba, pero no podía estar segura.
-¿Tuviste algo que ver con eso...? - Aidan preguntó suavemente, poniéndose en guardia. _______ parpadeó arrugando la frente.
-¿Algo que ver con, qué? -
-Con que me despidieran hace años. - Su mandibula se endureció. - Con robar mis ideas y fingir ante la junta que eran de Lorenzo. - Suspiró.
-Aidan...me siento fatal por lo que hizo mi padre, pero... -
-Nada más responde a mi pregunta. - Murmuró. - Con un sí o un no será suficiente. - Lo miró directamente a los ojos.
-No. - Dijo firmemente. - No me enteré de que te habían despedido hasta una semana después de que sucediera. Pasaron otros dos meses antes de que descubriera lo que mi padre te había hecho. - Su espalda se enderezó. - Puede que no me creas, porque está claro que soy una Taylor, pero es la verdad. - Aidan tomó el vaso de vino y bebió.
ESTÃS LEYENDO
ððððððšð¬ ððððð«ð§ðšð¬ [áŽáŽ áŽáŽáŽáŽáŽÉªáŽÌÉŽ] (ð. ð.) [âïž]
FanfictionElla era suya para embarazarla, suya para...poseerla. Aidan no tenÃa ninguna intención de conformarse con que era suya. Suya para tomarla, una relación frÃa y cortés con su esposa como sucedÃa en muchos matrimonios de la alta sociedad. Cuando le hab...