08

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-Tu coño es delicioso. - Murmuró. - Tan apetitoso como siempre me imaginé que sería... - Ella abrió los ojos como platos. ¿Tan apetitoso como siempre imaginó que sería? Eso casi sonaba como si hubiera fantaseado con ella alguna vez. - Pero ahora ha llegado el momento de adentrarnos en la siguiente fase; - Gruñó mientras se desabrochaba los pantalones. - La fase en la que te penetro de la mañana a la noche, inundando tu vagina con mi esperma. - Arqueó una ceja arrogantemente al tiempo que se bajaba los boxers. - La fase en la que dejo embarazada a mi esposa de mi primer heredero. - Su primer heredero..._______ se humedeció los labios. ¿Entonces habría más bebés? ¿Acaso no se conformaría con uno si su única intención fuera la venganza? ¿Y yendo aún más lejos, la dejaría embarazada si su única motivación fuera vengarse de su padre? De ninguna manera podría imaginarse a Aidan Gallagher haciéndole eso a un niño, así que tuvo que admitir que todavía no lo comprendía lo bastante bien para juzgar. - Mantén las piernas abiertas de par en par. - Ordenó Aidan y se arrodilló colocándose entre ellas. - Si fuera posible, me gustaría tenerlas así separadas día y noche, con tu vagina siempre visible y preparada para que la penetre. - _______ expulsó el aliento, su excitación crecía a pasos agigantados. Algunas mujeres encontrarían repugnantes sus palabras vulgares, pero ése no era su caso. Aidan era la personificación de la masculinidad con sus modales arrogantes y poco cultivados. Era brusco y tormentoso, justo las cualidades que más la habían atraído tantos años atrás. Cada vez le resultaba más difícil separar el pasado del presente, la muchacha de dieciseís años de la mujer de veinticinco. Aidan pasó una mano posesiva sobre su coño. - Nunca he visto una vagina más perfecta. - Anunció de forma algo ausente. Algo sólo, porque no había nada ausente en Aidan. - Debería estar en una revista. - Alzó otra vez la ceja de siempre. - A no ser porque yo no comparto. - ________ recobró el aliento por un momento. ¿Por qué le hablaba de esta manera? ¿Por qué elogiaba su cuerpo? ¿Y por qué insistía en revelar sus propias vulnerabilidades? Aidan abarcó su erección y la dirigió hacia su entrada. - He esperado mucho, mucho tiempo para tenerte, ________. - Murmuró mientras cubría su cuerpo con el suyo. Sus ojos marrones se abrieron un poco con la revelación. - Demasiado tiempo, maldición. - Su mandibula estaba apretada, sus dientes cerrados con fuerza. Se zambulló en su vagina con un gemido, clavándole el pene hasta el fondo. Ella jadeó con la penetración, capaz de sentir su órgano latiendo en su interior. Comenzó a agitarse lentamente adentro y afuera, y el sonido de su vagina envolviendo su pene actuó como afrodisiaco. - De tu vagina al cielo.... - Dijo roncamente, los párpados pesados, y continúo entrando y saliendo suavemente de ella. - No quería penetrarte hasta llegar al dormitorio, pero no podía esperar más. - _______ se mojó los labios, esa confesión le había dado el valor que necesitaba.

-Entonces fóllame. - Susurró, sintiéndose alentada. - He fantaseado contigo desde que era una niña. Conviértelo en realidad. - Aidan abrió los ojos de par en par. Su cuerpo inmóvil, los músculos tensos. - Es verdad... - Dijo, ruborizándose. Apartó la mirada. - Por favor no hagas que me arrepienta de haberlo confesado. - Susurró.

Él permaneció inmóvil un momento más, como si estuviera dándole vueltas a algo en la cabeza. Le habría gustado mirarlo para ver su reacción, pero estaba demasiado avergonzada. Un poco después ya volvía a estar jadeando mientras él la destrozaba por dentro, y un poco después gemía mientras él cubría su cuerpo y bombeaba dentro y fuera de su vagina con embistes rápidos y violentos.

-¿Es lo bastante real para ti, _______? - Masculló con la mandíbula apretada. Luego rotó las caderas y golpeó en su interior más rápido y más duro.

-Sí. - Gimió, ofreciéndole su pecho mientras arqueaba la espalda. - ¡Sí!-

Él apresó sus tetas y enterró la cara entre ellas, sorbiendo febrilmente cada pezón mientras se estrellaba contra su vagina una y otra vez. El chasquido de carne contra carne compitió con el sonido húmedo de sus pezones entrando y saliendo de su boca mientras continuaba chupándolos sin descanso. _______ jadeó y un gemido se escapó de sus labios. Se estiró hacia abajo y le agarró las nalgas, sus dedos se hundieron en los duros montículos.

-¡Qué bueno! - Murmuró con los ojos cerrados mientras una brisa tropical refrescaba sus cuerpos ardiertes.

-¡Sí, así, así! -

-Sí, así, así, sólo mía. - Dijo posesivamente Aidan levantando la cara de sus pezones. Liberó sus pechos y enroscó un largo y grueso mechón de cabello castaño alrededor de una mano. Apretando los dientes, giró suavemente las caderas y, de repente, clavó otra vez su pene dentro de ella, sus caderas martilleando adelante y atrás mientras entraba y salía de su vagina.

-Oh, Dios.... - Gimoteó _______. Su cabeza comenzó a retorcerse frenéticamente mientras el sonido de su vagina envolviendo su pene llegaba a sus oídos. - Más duro. - Pidió. - Fóllame más duro. - Soltándole el cabello y sin dejar de penetrarla, se apoyó en las rodillas y le levantó las piernas sobre los hombros, empalándola otra vez sin perder un sólo golpe. Aidan la montó más y más fuerte, su cuerpo estaba en plena forma y podía soportar el ritmo violento. _______ jadeó, podía sentir cada pulgada de su inmenso pene enterrado profundamente en su interior. Abrió los ojos para observar cómo la penetraba, para mirar como su enorme polla desaparecía dentro de su vagina con un sonido de succión. Más y más. Una y otra vez. La penetro más fuerte y más rápido y... - ¡Oh Dios mío....! - _______ chilló fuera de sí, cerró los ojos y su cabeza cayó hacia atrás contra el camastro. Sus pezones se dispararon hacia afuera y sus piernas se estremecieron encima de sus hombros mientras su cuerpo se convulsionaba con el orgasmo. - Sí oh, Dios, Aidan.... -

Aidan gruñó y continuó penetrandola. Escuchar como se corría con su nombre en los labios lo convirtió en un salvaje. Sus dedos se hundieron en la carne de sus muslos mientras golpeaba su vagina sin piedad.

-Eres mía. - Masculló con los músculos marcados y tirantes mientras se enterraba una y otra vez en su vagina, una y otra vez. - Mía. -

Se derrrumbó encima de ella, cubriendo su cuerpo por completo y las piernas de ________ se envolvieron instintivamente alrededor de sus caderas. Sus palmas ahuecaron sus pechos mientras entraba y salía salvajamente de ella. La montó implacablemente con su polla, al tiempo que sus manos le estrujaban los pechos posesivamente.

Su cara parecía adolorida, como si supiera que estaba a punto de correrse y deseara que esto no sucediera, como si quisiera que ese momento durara para siempre.

Aidan enterró su pene hasta el fondo, penetrándola con embestidas duras y profundas. Los ojos cerrados, los músculos tensos, se hundió en su vagina una, dos, tres veces más.

Se corrió con un gemido ruidoso, la mandíbula apretada, mientras chorros de semen inundaban profundamente las entrañas de su cuerpo, que se estremecía contra el suyo.

Su matrimonio había sido consumado por completo.

Durante un buen rato, ninguno de los dos movió ni un músculo ni dijo una palabra. Se quedaron allí, saciados y agotados, durante lo que les parecieron horas. _______ siguió aferrada al cuerpo de Aidan, ciñéndole la cintura con los brazos.

Él también la tenía abrazada, se fijó, y no parecía tener ninguna intención de soltarla. Levantó la cabeza y sus ojos vagaron distraídamente; observó la silueta de una palmera meciéndose bajo la brisa nocturna, la luna creciente proporcionaba un atmósfera mística al que podría ser un momento crucial en sus vidas.

Cerró los ojos y abrazó con fuerza a su marido. Se preguntó qué sería de ellos después de esta noche. ¿Podría Aidan olvidar alguna vez lo que le había hecho Lorenzo? ¿Y si no podía, conseguiría verla alguna vez como una persona a parte del hombre que lo había sacrificado en el pasado?

_______ suspiró mientras sus manos acariciaban distraídamente la espalda de Aidan. Esperaba que todo saliera bien y que su marido conseguiera apreciarla por sí misma y no como una prolongación de Lorenzo. Si no, pensó _______ tristemente, no tendrían ninguna esperanza de felicidad.

Y los pecados de su padre habrían destruido con eficacia dos vidas más.

𝐏𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐. 𝓖.) [✔︎] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora