Era el turno de las chicas de entrar al sauna, se cruzaron en el pasillo, Pedro detuvo a Mel apartándola.
Pedro: Escucha Mel...tu me tienes miedo?
Mel: Qué?..miedo? a ti?...si eres como un oso de peluche...!!!
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Pedro: Un oso de peluche?
Mel: Si...tierno...amable...protector...dulce...
Pedro: Yo soy dulce?
Mel: Si lo eres...y ..de verdad...me encantó como me defendiste de Jonathan...
Pedro: Es un idiota..se cree tu dueño!!!
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Mel: Gracias.... ( dijo abrazándolo, pero él la apartó)
Pedro: Estoy sudado...
Mel: Y qué?... ( mirándolo divertida) yo tengo aceite en todo el cuerpo... (Pedro puso su mano en el hombro y la resbaló por el brazo hasta tomar su mano)
Un escalofrío la recorrió entera, un escalofrío casi tan grande como el que sintió Pedro al darse cuenta de que se acercaba a territorio prohibido. Su conciencia no estaba precisamente para marcarle límites , de un tirón la acercó a su cuerpo.
Mel no rechazó su descaro, todo lo contrario, lo invitó a seguir.
- Señor, debe entrar con el masajista!!!
Pedro: Si, ya voy!!! ( dijo sin dejar de mirar a Mel)
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