El tirador 2-4

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El hombre estaba apuntando a lo que parecía ser un héroe, un héroe con su armadura completa, se podían ver unos ojos azules provenientes de su casco, sensores, solo detectaba el movimiento de estos, pero el héroe no hacia intento de defenderse ni de atacar, de hecho, ahora mismo enfrente del hombre que aún seguía apuntando, tenía en sus manos, una cerveza.

-uhm...volviste a comprar de esta eh?, sabes que a mí no me gusta-dijo el héroe con su típica voz robotizada

El hombre al ver la reacción del héroe, solo bajo el arma y empezó a dar una pequeña sonrisa

-jaja Max...eres un maldito hijo de perra-dijo guardando su arma

-Si así es, perdón por la visita inesperada...de nuevo, cuanto tiempo Carlos...-dijo Max poniendo la cerveza en la mesa-

-Si...cuanto tiempo...-dijo mientras se dirigía al refrigerador-para lo próxima revisa que hayas cerrado bien...la puta luz no se paga sola...

-Uhm...lo siento, lo tendré en cuenta-

Carlos saco otra cerveza, ahora para él, mientras se dirigía a la cocina por un destapador, abrió su cerveza y dirigió su mirada a la de Max

-quiere que te la...-no pudo terminar la frase al ver que Max ya la había abierto con sus manos-

-Oh si claro, puedes humillarme abriéndola así-dijo mientras caminaba nuevamente a la sala principal, y se sentaba frente a Max

-Bueno, es la ventaja de ser más joven-

-jaja púdrete Max, solo tienes veinticuatro-dijo Carlos mientras bebia un poco de su cerveza

-Si y tu cuarenta y cuatro, aunque te admiro, a tu edad sigues siendo mercenario-dijo mientras veía por la ventana, el apartamento estaba en lo alto, por lo que podía ver casi toda la ciudad

-Gracias supongo, en fin, ¿qué te trae por aquí? No creo que hayas venido solo a saludar-

-...-Max solo siguió viendo por la ventana, en silencio, sin decir una palabra-

-Eh estado algo ocupado, ya sabes, la guerra actualmente es una mierda, no sabes que te puede atacar, un héroe, una persona oh...un vampiro-mientras ponía un dedo por su casco, este descubrió su rostro, mostrando sus ojos verdosos

Max empezó a beber un poco de la cerveza, no le gustaba, pero no había otra opción

-...vine aquí porque requiero tu trabajo, tirador, francotirador para ser más exactos-dijo Max ahora sentándose en el otro sillón, sin apartar la mirada de la ventana-

-Uhm...depende, siempre que me encargas tus mierdas son muy difíciles, bien, ¿a quién tengo que matar? -dijo dando otro sorbo-

Rápidamente Max se levantó y le entrego un archivo, en él había una foto de un hombre, probablemente el objetivo.

Carlos empezó a leer entre líneas el documento, para ser preciso, solo las partes que consideraba importantes, aun tenia su cerveza en la mano izquierda, por lo que podía sentir como el frio lo quemaba, pero más se quemaría al terminar de leer.

-Maldita sea, ¿de verdad esto es? -fue interrumpido por Max, que ahora estaba viéndolo fijamente

-Si, real...Clifton, hombre de treinta y cinco anos, acusado de violar a su propia hija-dijo Max aun mirando a Carlos, siendo mas serio de lo que es- hace dos días lo metieron a la prisión

Al escuchar esto, Carlos alzo la mirada a Max, ahora poniendo la cerveza en la mesa.

-entonces, cual es el problema? -

-fácil, ese hijo de puta tiene contacto con un héroe, mañana lo van a trasladar a Caelindale-Dijo Max mientras seguía bebiendo

-A Caelindale?! -dijo Carlos alzando la voz- hijo de...no puedo creerlo, como diablos pueden hacer eso?...mandarlo a la otra maldita ciudad? Jaja, no son idiotas, saben que lo van a querer matar aquí-dijo Carlos ahora recargándose más en el sillón y tomando la cerveza de la mesa-

-Pero aun no entiendo, ¿cómo diablos quieres que lo mate? -

-Fácil, pude infiltrarme en la base y saqué el horario, mañana a las nueve de la mañana, lo trasladaran, y allí es donde entras tú, sacas tu francotirador, y lo matas-

Carlos al escuchar el plan de Max, sintió como el trago de cerveza se le atoro en la garganta, provocándole tos

-Estas loco?! ¿Como diablos quieres que lo mate mientras lo sacan de su puta jaula? -

-Simplemente, apunta desde arriba, hay una montana por la cárcel, mientras el sale a tomar el camión lo tendrán parado allí, así que solo le apuntas y listo, problema solucionado-dijo Max poniendo una pequeña sonrisa que rápidamente se borro

-Jaja si muy fácil no?...escucha Max, eres mi amigo, y te aprecio pero no voy a hacer esa mierda, y si fallo? Todos van a inspeccionar el área, no quiero morir...y menos porque no quiero que ella me vea en una puta fosa...-Carlos ahora volteaba a ver una foto en la pared, era el pero no solo, a su lado había dos personas más, una mujer con el pelo largo, era negro, muy negro, en medio había una niña, de alrededor unos seis o siete.

El rostro de Carlos ahora mostraba un aura de melancolía y tristeza, no lo dijo en voz alta, pero en su mente pensaba en como hubiera sido su vida si el solo hubiera escuchado a su esposa.

Ahora todo era incomodo, Max empezó a ver el cuadro también, obviamente sabía lo que Carlos esta pensando en ese momento, tardo alrededor de un minuto para poder volver a hablar, no quería parecer un insensible.

-...Te daré veinte mil...-

Carlos al escuchar la oferta, rápidamente miro a Max, aun teniendo ese reflejo de melancolía

-Ya sea que lo mates o no, si fallas, simplemente te los depositare ahora mismo...tienes mi palabra-

Carlos desvió nuevamente su mirada para mirar el cuadro, luego de suspirar, decidió hablar.

-...Treinta...-dijo con voz seria-

Max simplemente siguió viendo a Carlos, sabia como era, era un buen hombre, pero al momento de hablar serio, no había nada que lo parara.

-...veinticinco, ambos ganamos, no?...-dijo Max aun si entender porque había dicho eso último, era de esas veces que hablas sin pensar, y sin que te des cuenta, has dicho una estupidez.

Carlos dio un trago a su cerveza, estaba casi por terminársela, aún estaba fría por lo que podía esperar un poco más para acabársela.

-okey...bien, veinticinco mil, pero no creas que siempre será así...-dijo Carlos soltando una pequeña sonrisa burlona para que Max se diera cuenta que estaban en buenos términos

-Bien...me alegro que así sea...-Max siguió tomando, de igual manera estaba casi por terminársela-

El ambiente ya estaba mas relajado, ahora ambos solo estaban en silencio viendo la ventana, hasta que Max decidió hablar.

-Y...como a estado tu hija?-

-Bueno, la verdad no la eh visto...ya sabes que está en Caelindale...lo único que hago es, llamarla...siempre me dice que le va bien en la escuela, tiene amigos, y me extraña obviamente...-cada vez que hablaba, Carlos hacia pausas, pausas que obviamente revelaban el dolor que sentía el hablar de su hija-

-Por lo menos es inteligente como su madre, no salió igual de holgazán y perdedor que su padre jaja-dijo ahora terminándose la cerveza-

Max soltó una pequeña risa, sabía que siempre Carlos le gustaba hacer esa clase de chistes hacia su persona

-Mira, se que no conozco a tu hija y no eh estado mucho tiempo hablando contigo, pero déjame decirte, que estoy seguro de que ella no te ve así...ni tampoco tu esposa-

-jaja, habla por mi hija, por mi esposa no lo sé, es decir, la entiendo, le oculte toda esta mierda desde siempre y por mi culpa...ahora están alejadas de mi...-dijo Carlos siguiendo viendo la ventana-

Sombras de engaño: héroes y nocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora