Canon

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—Evento canónico en peligro.

¿Decirle que la amaba alteraría la línea?

Por primera vez, Miguel dudó de lo que debía hacer.

No la dejes ir.

—¡Tierra-601, necesitamos refuerzos!— habló un Spiderman por ambos comunicadores. —¡Anomalía peligrosa!

—Es la tierra de Tiziano... —Nun se preocupó por su amigo. —Hay que ir, Miguel. —un clic en su brazalete y su traje se activó.

—No.

Miguel ni siquiera se movió y ella se quedó procesando.

—¿Qué?

—Dije que no. —El traje de Nun se desactivó desde el gizmo de Miguel, volviendo a su ropa normal.

—¿No escuchaste lo que dijeron?—la confusión crecía en la chica, un evento canónico estaba en peligro y el líder de la Spider Society no se movía. —No es momento de ponerme una prueba de obediencia. Debo ir, el universo de Tiziano está...

—Evento canónico en peligro. —El comunicador de Miguel volvió a sonar.

—Me voy. —Nun presionó desesperadamente su gizmo buscando abrir un portal, pero su mano fue tomada bruscamente.

—Obedece, te quedas aquí conmigo. —El hombre se impuso.

Nun buscaba respuesta de su actitud en sus ojos.

—No puedes estar hablando en serio, Miguel.

—¡Refuerzos!—otro Spider se escuchó.

Ella dejó de prestarle atención al moreno para ver su gizmo indecisa, seguramente pensando en cómo zafarse de él.

—Nun. —Él la llamó, haciéndola voltear su angustiado rostro.

Sosteniendo todavía su muñeca la jaló hacia él, tomando su cara con la otra mano para estampar sus labios en los de ella. Al comienzo Nun se mostró renuente, pero siguió el ritmo del beso sintiendo su desesperación.

—Por favor, quédate—Miguel habló apaciblemente sobre sus labios, mirándola con extremo cansancio. —Confía en mí, Nun, no vayas.

¿Qué confiara en él?

Ella confiaba ciegamente en él.

La chica tomó entonces el rostro del moreno, apartando un mechón rebelde. Veía a un hombre roto, lleno de miedo y vulnerable.

—Miguel, no voy a ir a ningún lado, yo solo quiero estar junto a ti.

—Evento canónico fuera de peligro, próximo a completarse.

Antes de que alguno pudiera decir o hacer algo, Jess se proyectó desde el brazalete del hombre.

—Miguel, la anomalía que estamos combatiendo escapó de la máquina "vete a casa". Es el lagarto que capturaron Nun y tú, no vengan, los está buscando a ustedes. Ya lo estamos controlando. —La mujer colgó.

¿El evento canónico tenía que ver con ellos dos?

Miguel debía interrogar a Lyla porque evidentemente ella sabía sobre todo esto.

—¿Ibas a decir algo antes de que sonara la alarma? —Nun también tenía muchas dudas, pero la principal era si lo que Miguel le iba a decir era "te amo".

En aquel momento, Miguel solo siguió a su corazón, pero con lo que acababa de pasar debía investigar y pensar las cosas mejor antes de poner en riesgo a Nun.

—Que te traje donas porque supe que son tus favoritas. —él agarró dos platos y tomó asiento en la mesa. —Hay que apurarnos, debemos ir a la torre.

—Ah. —La desilusión atravesó su pecho, aunque la imagen de Miguel en su pequeño comedor con un plato rosado le causó gracia. —¿Probaste la dona que te di? —. Preguntó encendiendo la estufa de nuevo.

—Se la comió Mayday. —la chica se rio.

—Me gusta jugar con ella. Me pregunto si seré una buena madre. —la sonrisa que tenía desapareció cuando recordó que ese tema era delicado para Miguel. No quería voltear y ver su expresión.

—Serías una excelente madre. —Entonces lo vio, recargado en la mesa y solo viéndola a ella con una sonrisa.

Cada día más enamorada de Miguel O'Hara.


La mañana transcurrió "tranquila", algo normal en la vida de un Spider.

—¿Qué rayos te pasó anoche?—Cris se oyó a través del comunicador. —Todos me preguntaban por ti y yo ni sabía si estabas en el planeta tierra. ¿Estás bien?

—Estoy muy bien. —reía observando el paisaje desde el techo de la organización. —Fue una noche muy ajetreada.

—Mmm, ¿Te acomodaron la matriz?

—¡Cris!

La amiga se carcajeaba.

—¿Fue el mexicano mamadísimo de otro universo?

Cris conocía un poco la jerga por unas vacaciones que pasó en México.

—Sí. —Se cubría la cara avergonzada aunque no la veía. Su amiga soltó un gritito del otro lado.

A huevo.

—¿Solo aprendiste eso?

—No, también que no seas pendeja y cásate con ese hombre si es científicamente seguro.

Eso la hizo recordar lo que sucedió en la mañana.

Cuando recibieron noticias de que la anomalía había sido capturada y de vuelta a su casa, inmediatamente llamó a Tiziano para saber cómo se encontraba. Después de todo tuvo que ser algo grave como para poner en riesgo el canon.

Después de saber que él se encontraba de maravilla, le contó que pasó su noche de San Valentín con Miguel, pero aún no sabía si el hombre la quería como algo más que una amante.

Tiziano le dijo que se fijara en sus acciones, pues a una persona como Miguel quizá no le era tan fácil admitir sentimientos complejos como el amor.

Entonces reflexionó.

Le dio un traje inteligente, le llevó su postre favorito, salió de su oficina para ir a verla a otra tierra, tomó el desayuno con ella, le dejó ver su sonrisa...

Le dijo que era su araña favorita.

Si eso no significaba que la quería, entonces Nun tenía la percepción de la realidad distorsionada.

Tantos golpes y saltos en el multiverso la estaban dejando loca.

No presionaría a Miguel sabiendo por lo que había pasado, a penas se estaban abriendo uno al otro.

Al que espera, Dios lo premia.

¿O cómo era?







—Lyla, ¿Qué fue lo que pasó? —De nuevo en aquella oscura oficina con distintos escenarios proyectándose. Uno de ellos, el abrazo en la cocina, en el que Miguel detuvo su mirada más tiempo.

—¿De qué hablas?—La de lentes apareció.

—No me reportaste las probabilidades de riesgo.

—Aunque no te lo dijera sabía que no la dejarías ir. No con el Spiderman de la 601 estando ahí.

Miguel apretó los dientes, se había distraído de más y no consiguió averiguar con exactitud cuál era su relación.

—¿Qué sucedió con el canon?

—Aún falta tiempo para que suceda el evento canónico, pero si Nun hubiera ido a la tierra-601 entonces no se podría completar.

—¿En qué afectaría?

—La anomalía los buscaba a ustedes. —Lyla arrastró la imagen del lagarto atacando a matar a los Spiders en la mañana. —Si tan solo la hubiera visto a ella llegar, estaría...

—Muerta...







































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