GOOD GIRL

Pendientes

Miguel configuró el brazalete de Nun para que tuviera un traje como el suyo después de destrozar el de tela.

—Si te portas mal te lo quito. —sentenció descansando en su silla.

—Ya ví cómo lo configuraste.

—No me refiero a eso.

El cuerpo de Nun quedó expuesto en medio del lugar con un solo click desde el brazalete de Miguel, dejando en claro que podía desnudarla cuando quisiera.

La muchacha se cubrió con las manos y el calor subió a sus mejillas.

—Ven aquí. —Demandó como si nada. Nun dio unos cuantos pasos hasta quedar entre los fuertes muslos de Miguel. —Descúbrete, sería pecado no ver ese hermoso cuerpo.

—Creí que habíamos terminado. —la respiración caliente del moreno rozaba los senos de Nun.

—Esto está empezando, solo tocamos un tema—Miguel prueba uno de los pezones provocando que Nun se arquee, acercando más el pecho hacia su boca—, falta hablar sobre tu escapada. ¿Cómo te fue con Tiziano?

—S-solo... ¡Ah!—Por inercia quiso meter las manos cuando recibió una mordida en uno de sus botones, pero Miguel aprisionó sus brazos en la espalda, lamiendo y chupando con más ganas. —platicamos.

—Oh, genial. —Con la mano que tenía desocupada, acarició sin previo aviso los pliegues de Nun, quien apretó rápidamente sus muslos. —Abre, no te dije que cerraras las piernas.

Los largos dedos de Miguel se recubrieron con el fluido de la chica y se colaron fácilmente entre sus paredes blandas.

—¿Te excita pensar en él mientras te toco? —el tono serio y la respiración agitada del hombre eran una combinación perfecta.

—¡N-no! —cada vez costaba más trabajo mantenerse de pie por lo cerca que estaba de tocar el punto detonador.

—Qué maravilla, tu coño me está suplicando. —Nun se contraía alrededor de los dos dedos. —Entonces, ¿Por qué estás casi chorreando? Nun

—Porque te quiero adentro, Miguel. —Era tanto el deseo que a pesar de temblar como una gelatina, la muchacha lo pidió firmemente, viendo directo a los ojos que se teñían de rojo. —¡Mmh! E-estoy cansada de fingir que no me gustas.

Miguel logró ponerse aún más duro y algo golpeó su pecho con fuerza, la expresión suplicante y los gemidos lascivos de la fémina hacían difícil controlar los instintos salvajes de su genética. Habían sido una tortura durante dos años las ganas de manipular a su antojo el cuerpo de Nun, de besarla y embestirla incontables veces.

Sabiendo que era correspondido, no había nada que le impidiera perder el control.

—¡M-miguel!—la presión de un tercer dedo hizo que la chica se desbordara por tercera vez en el día.

La lujuria de Miguel lo hizo levantarse para desactivar su traje y empotrar a Nun en cualquier superficie que se le atravesara, pero la voz de una tercera persona acabó con toda posibilidad.

—¡Miguel!—el antedicho activa el traje de la chica—Te traje el libro que...—Peter calla al ver a sus amigos parados uno frente al otro.

Los nervios invadieron a Nun, seguro tenía grabado en la frente que acababan de dedearla.

—Supongo que ya platicaron las cosas porque ni a mí me han dado un traje de esos.

—Peter...—dice con cansancio—¿Solo viniste a eso?

—Sé que dijiste que ya sabías qué hacer, pero en mi defensa recuerdo que nada salió bien cuando trataste de hablar con Miles.

—Justo estábamos hablando, ¿Puedes ir...

—¿Ya cenaste? Peter—Nun no quería enfrentar nuevamente a Miguel ahora que había confesado estar loca por él, pensaba que se había levantado para rechazarla con su especial gentileza y después mandarla a casa. —Aun no termina la promoción de hamburguesas de la cafetería y no he cenado.

—Genial, Gwen y Hobie también están cenando. —Nun se había encargado de dejar a Miguel en ascuas todo el día. Quería aclarar las cosas aunque las palabras no fueran lo suyo, pero para él era más importante que su pequeña araña comiera.

—¿Quieres ir?—La muchacha dudó un poco antes de hacer contacto visual con el moreno.

Ambos se miraron unos segundos, queriendose decir tantas cosas.

—Cenaré después —se da la vuelta para revisar los monitores anaranjados.

Durante el camino a la cafetería Nun trataba de entender la pesadez que sentía en el corazón.
Rachas de ansiedad la obligaban a tallar sus dedos entre sí.

—Te vas a borrar las huellas dactilares. —Peter habló. —Por lo que sea que estés pasando con Miguel no te preocupes, ya sabes cómo es mi amigo, se ve bravo, pero no muerde.

Era gracioso escuchar eso con el cuello y los pechos marcados por sus dientes.

—Hey, Nun, ¿Qué pasó hoy?—saludó con intriga la rubia. —Todos estaban sorprendidos de no verte regresar con Miguel y se veía muy enojado.

—Oh —se acomodó en un sillón. —, solo ignoré algo que me dijo.

—Me llenas de orgullo.— Hobie iba por su segunda hamburguesa. —Ya era hora de que te rebelaras contra el sistema

Peter regresa de ordenar y le roba una papa a Hobie.

—Creí que el sistema me iba a eliminar. —dice Nun hundiéndose en su asiento y Gwen la mira asombrada.

—¿Bromeas? Sería ridículo que después de tanto tiempo te mandara a casa por una cosa de nada.

—Le gustas. —Nun se atragantó con una papa que también le había robado a Hobie.

—¿Cómo sabes eso?—Peter mostró interés porque tenía el mismo presentimiento.

—NPI, bro.

—Nada de eso.

—A ti te gusta, ¿no?—Gwen dejó anonadada a Nun.

No solo Jess, ¿Todos lo sabían?

—No sabía que te gustaban sin sentido del humor—El de bata rosada bromeó mientras recibía las hamburguesas de un Spiderman con mandil de arañitas.

No puede ser.

—Sí tiene sentido del humor—. Recuerda las veces que han bromeado camino a sus enfrentamientos.

—Entonces sí te gusta. —afirma el punk cruzando las piernas sobre otro asiento.

—¡Sí! Sí me gusta y no sé si yo a él. —se levanta con prisa y toma sus tres hamburguesas. —Fin de la historia, nos vemos mañana.

En el comedor únicamente quedaron tres personas.

Tres personas con intenciones de ayudar a su amiga.

—¡Hey, chicos! Me escapé de la escuela ¿Qué hacen?

Cuatro personas.

🕷️Veo que les causa gracia la palabra "raja" del capítulo 3, no lo pensé bien al escribirlo😭

No sé si cambiarlo o mantenerlo como mi evento canónico.

Gracias por todo su apoyo🕸️