Gato encerrado

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—¿Qué me ves? —Miguel cuestionó a Peter sin dejar de ver el monitor.

El más bajo llevaba varios minutos analizándolo.

—¿De verdad no tienes otra cara? —La expresión del moreno no había cambiado desde que llegó a la oficina, labios rectos, entrecejo fruncido y hombros tensos. —O ¿No has visto a tu novia hoy?

Miguel lo miró.

Peter no se equivocaba, habían pasado unos cuantos días sin ver a Nun luego de aquella ajetreada mañana. Mucho pasó durante el poco tiempo que estuvo fuera, por eso debía registrar y monitorear todo para disminuir riesgos.

No podía esperar más para estar cerca de ella de nuevo. Después de todo, el evento canónico no estuvo en riego por ellos, así que su relación no era una amenaza.

Hasta ahora.

Si en el futuro lo fuera, Miguel no sabría qué hacer si tuviera que separarse de Nun.

—¿Crees que no me di cuenta del plan infantil que armaron?

—Pero caíste, ¿No?

El silencio habló por él.

Solo Peter sabía que el plan había tenido éxito porque aquella noche regresó a la oficina del moreno para disculparse por presionarlo y al no encontrarlo le preguntó a Layla dónde estaba.

La respuesta fue "Tierra-500 005, Spiderwoman Nun Wesley"

—¿No trajiste a tu hija hoy?— Miguel cambió el tema sabiendo que la pequeña pelirroja era la debilidad del hombre.

—No, se quedó durmiendo porque estuvo jugando con el bebé de Jess todo el día de ayer. ¿Quieres ver una foto?

Unas horas después de la intensa batalla contra la anomalía, Jess sintió una contracción y luego un charco se formó en el suelo del cuartel.

A la mañana siguiente ya existía un nuevo spider.

Gerald Drew.

—Hablando de Jess, debo ir a hacer su trabajo. —Habla Miguel levantándose de su silla y apagando el sistema.

La Spiderwoman era la encargada de supervisar el buen funcionamiento de la máquina "vete a casa", pero se le dieron vacaciones por su nueva vida como madre.

Tras el incidente con el lagarto, la máquina se dañó y se retrasó la devolución de otras anomalías, aunque gracias a Margot se restableció rápidamente.

Después de correr a su amigo de la oficina, Miguel fue a terminar su trabajo, solo faltaba eso para poder ir a ver Nun.

Él le había pedido que no fuera al cuartel hasta que todo estuviera en orden o surgiera una misión urgente, cuando la realidad era que no quería que se encontrara con Tiziano, quien a diferencia de otras veces, estaba más presente en la sede ayudando a llenar reportes tras el problema en su universo.

Los pasillos estaban más concurridos de lo normal y aun entre tanta gente, Miguel reconoció aquella silueta que lo hacía desconocerse a sí mismo.

Nun salía de la cafetería tranquilamente.

¿Cuál era el menú de hoy?

Ah, sí.

Pizza.

—Nun. —Miguel la llamó y ella se paralizó, sin necesidad de darse la vuelta sabía que era él, la habían atrapado. —Hey, chamaca.

De nuevo la llamó al ver que apresuró el pasó para huir. No corrían, caminaban rápido. Él se dio cuenta hacia dónde se dirigía la muchacha, se quería refugiar en la sala de estar donde descansaban Gwen y Miles.

—¿Escuchaste algo?— preguntó Gwen a Miles retirando un poco sus audífonos, el antedicho ni siquiera la escuchó y siguió tarareando con los audífonos bien puestos mientras dibujaba. Gwen no quiso interrumpir, se colocó bien sus auriculares y siguió bailando.

Nadie se dio cuenta de la spider a la que amordazaron y encerraron en el cuarto de mantenimiento.

—Qué desobediente te has vuelto. —Miguel susurró al oído de la chica desde atrás, aprisionándola contra la pared con su cuerpo y tapando su boca con una mano. —Sigue así, puedo corregirte las veces que sean necesarias.

Las piernas de Nun flaquearon cuando la lengua del moreno recorrió su oreja.

—¿De qué te sirve retarme afuera si te vuelves una puta sumisa cuando estamos solos? —dos dedos se introdujeron en su boca. —¿Tu coño estará igual de húmedo?

Miguel la hizo girar su cabeza para que lo viera, amaba observar su rostro cuando tenía el control de su cuerpo. Desde el brazalete de Nun, pixeló el traje de ella únicamente de su parte íntima y sin previo aviso con un dedo palpó su tenso clítoris.

Los dedos de Miguel vibraron por el gemido atrapado de Nun, quien cerró los ojos y arqueó su espalda sobre el sólido pecho de él.

—Un poco más y se escurre. —el moreno besa la mejilla de la chica y desciende con sus labios por su frágil cuello sin dejar de estimularla.

Ciao, ¿Han visto a Nun? —fue imposible no reconocer ese acento. Tiziano llegó a la sala de estar donde estaban Gwen y Miles. —La iba a ver afuera de la cafetería, pero no la encontré.

De no ser por los dedos que obstruían el paso de su voz, un chillido los hubiera delatado cuando Miguel incrustó apenas la punta de sus colmillos sin inyectarla. Los movimientos sobre el sensible botón aceleraron y la chica solo podía sujetarse de las firmes muñecas del castaño.

El bullicio de la sede cubría los gemidos de la fémina y pasaban desapercibidos ante los super oídos.

Algo dentro de Miguel se encendió cuando sus sospechas fueron confirmadas.

Nun y Tiziano se iban a encontrar.

—Yo también quería hablar con ella. —Gwen dejó de bailar. —Quiero saber qué ha pasado con el gruñón de Miguel.

—De eso íbamos a platicar, espero que me diga que ya se van a casar o ya no soportaré escucharla hablar más de él. —Tiziano se dejó caer en el sofá y observó la libreta de dibujos de Miles. —Bello, la mia ragazza también usa esa técnica.

¿Miguel había escuchado bien?

Tiziano tenía novia.

Nun se quejó cuando Miguel se detuvo sin dejarla alcanzar el orgasmo y se mareó cuando la cargó como costal, quedando el trasero del hombre en su campo de visión.

—¿Qué clase de posición sexual es está? —susurró de cabeza la muchacha. —¡Ah! —Miguel la sorprendió con una nalgada.

—¿Alguien gritó?—Miles se levantó, caminó hacia el pasillo y lo único que pudo ver fue un destello anaranjado por debajo de la puerta del cuarto de mantenimiento. —Creo que Spider-Cat sigue utilizando los portales para cazar ratones. ¿Por qué Miguel no le dice nada y a mí sí?

—Porque él ayudó cuando el edificio se plagó de ratones. —Habló Gwen.

—Entonces no diré nada. —El chico regresó a su asiento para seguir escuchando hablar sobre técnicas de dibujo a Tiziano.

—Creo que Nun no va a venir hasta mañana. —dice el italiano.

—¿Por qué? —Gwen se recuesta en el sofá.

Non lo so, el sentido arácnido me dice que está en una misión con Miguel.

Tiziano, quien poseía un sentido arácnido tan sensible como su sentido artístico, por supuesto sintió la presencia de Nun justo después de preguntar por ella.

Pero ¿Qué clase de amigo sería si interrumpiera la diversión de su amiga?












































🕷️❤️

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